AS HISTORIA

Así se ganó La Séptima

En 1998, el Real Madrid batió a la Juventus en Ámsterdam. Los blancos volvían a ganar la Copa de Europa, en este caso, la Champions. AS recuerda aquí cómo fue aquella campaña...

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La solidificación de un bloque...

En 1996, Lorenzo Sanz decidió construir un bloque campeón con una doble intención primero era ganar la Liga y en segundo lugar, el asalto a la Copa de Europa, algo que no se lograba desde 1966 (tres décadas habían pasado) cuando el Madrid se impuso al Partizan en Bruselas. Contrató a Fabio Capello y fichó a jugadores como Mijatovic, Suker, Roberto Carlos, Seedorf e Illgner. Aún quedaban veteranos de la vieja guardia como Sanchís, Chendo y Fernando Hierro, y jóvenes como Raúl y Redondo, patrocinados por Valdano y de recia personalidad. Ese bloque se consolidaría a lo largo de una campaña en la que ganaría la Liga 1996-97 con claridad.

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El Rosenborg para empezar

El Madrid volvía a participar en una edición de la Champions League, la segunda en su historia, y para el redebut en la competición le tocó en suerte el Rosenborg noruego. A priori, al conjunto nórdico se le podía considerar una perita en dulce, pero era todo lo contrario. La temporada anterior había eliminado al Milan y llegaron hasta cuartos de final, donde les eliminó la Juventus, a la postre finalista. Los blancos, sin embargo, encontraron un aliado en el meta rival, Jorn Jamtfall, que falló en los dos primeros goles, obra de Panucci y de Zé Roberto. La avalancha de juego blanco se vio refrendado con otros dos tantos: uno de Raúl a pase de Roberto Carlos, y otro de Morientes, que se estrenaba así en la competición.

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Triunfo del Madrid lejos del Bernabéu

Das Antas, el estadio del Oporto que ya había sido testigo del triunfo de los blancos en 1987, volvió a ver un triunfo del Madrid lejos del Bernabéu en esta competición. Los madridistas encarrilaron pronto el encuentro gracias a un gol de Hierro, de cabeza a la salida de un saque de esquina. Los portugueses, que habían salido con una disposición muy defensiva, temerosa de la pegada de los de Heynckes, gozaron de diversas ocasiones, pero la mala puntería, las malas decisiones y un inspirado Cañizares solventaron los problemas. Raúl apuntilló la victoria gracias a un pase de Roberto Carlos.

FOTO:JOSE MANUEL RIBEIROREUTERS
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Remontada ante el Olympiakos

Remontada y goleada triunfal de los blancos, que se convirtieron en un ciclón con el paso de los minutos. Sin embargo, fueron los griegos los que se adelantaron en el marcador por medio de Dabizas, que se adelantó a Hierro en un saque de esquina. Los blancos le dieron la vuela al marcador por medio de Suker, que transformó un penalti, y de Morientes, que se adelantaba al meta Tochorouglou en un balón suelto en el área. Ya en la segunda parte, los blancos, más liberados, fueron un martillo pilón ante la meta helena. Suker, de nuevo desde los once metros, Víctor, en una brillante acción personal (arrancó en su propio campo y se recorrió cerca de 70 metros antes de marcar), y Roberto Carlos, de potente zurdazo, cerraron el marcador.

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Sin goles en Atenas

El estadio Olímpico de Atenas fue testigo del primer empate a cero del Real Madrid en la historia de la Champions League, aunque pudo haber finalizado en un nuevo triunfo de los blancos: un remate de Panucci fue repelido por el meta griego Tochoroglou y acabó estrellándose en el larguero. Los griegos protestaron una caída dentro del área de Giannakopoulos: el centrocampista rompió la línea defensiva de los blancos y cayó ante la salida de Cañizares. Krug, colegiado alemán, no señaló nada. Lo que sí cayó fue una lluvia de objetos y bengalas cuando Suker fue sustituido: el croata se había declarado un fervoroso seguidor del Panathinaikos, el eterno enemigo del conjunto rojiblanco.

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Casillas en Noruega

Única derrota del Madrid en esta primera fase de la competición. En el Lerkendal Stadium, el Rosenborg se impuso al Madrid 2-0. En un terreno helado y con bajas temperaturas (se hablaba de unos 10-12 grados bajo cero), el juego directo de los noruegos acabó con la buena trayectoria de los madridistas. Sin embargo, la noticia estaba fuera de los terrenos de juego; un joven portero, Iker Casillas, viajaba con el primer equipo al estar Bodo Illgner lesionado y recibir Santiago Cañizares un fuerte impacto en el tórax, lo que le convertía en duda para este encuentro (al final jugaría). Casillas era un joven chaval de apenas 16 años de edad, que estando en clase, recibió una llamada del club para que se incorporara a la expedición blanca...

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Puerta grande ante el Oporto

Madrid y Rosenborg se jugaban el primer puesto del Grupo D en la última jornada. Los blancos recibían al Oporto, mientras que los noruegos viajaban a Atenas. Los madridistas fulminaron a los portistas, que llegaban con hasta seis bajas. Los goles de Hierro, Suker (dos, uno de ellos de penalti) y Roberto Carlos sentenciaban un duelo bastante desigual, así que los focos se tornaron hacia la capital griega, donde los noruegos iban venciendo por 1-2, con tantos de Rushfeldt, que luego jugaría en el Racing de Santander. Sin embargo, un gol en el último instante del yugoslavo Djordjevic facilitó el primer puesto de los blancos…

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Karembeu aparece en Alemania

Christian Karembeu se convirtió en el jugador más codiciado en el verano de 1996. Real Madrid y Barcelona lucharon por sus servicios, pero la Sampdoria, dueña de sus derechos, se resistía a venderlo. Acabaría jugando de blanco, pero ya en 1997, y por imposición de la voluntad del jugador. Y el centrocampista francés se convertiría en el héroe inesperado en la eliminatoria de cuartos ante el Bayer Leverkusen. En Alemania igualó un gol de Beinlich con una jugada personal que acabó en un punterazo…

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Artillería ante el Bayer

Si Karembeu se había convertido en el héroe madridista en Alemania, en el Bernabéu volvería a abrir el marcador gracias a un sorprendente remate de cabeza. Los blancos, que en la máxima competición continental se transformaban (en Liga estaba obteniendo unos resultados mediocres), volvieron a regalar otra noche de magia a los aficionados madridistas: dispararon hasta en 21 ocasiones sobre la meta alemana: 12 tiros a puerta, tres goles y seis que se marcharon fuera. De hecho, Heinen, su portero, fue el mejor hombre del Leverkusen. Tras Karembeu, Morientes, de cabeza (en la imagen), y Fernando Hierro, de penalti, certificaron el 3-0 final del marcador.

FOTO:DIARIO ASDIARIO AS
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Vergüenza en el Bernabéu

Con el Madrid clasificado para semifinales, el sorteo deparó otra eliminatoria contra otro equipo alemán. En este caso el Borussia Dortmund, el vigente campeón europeo. Lo que se preveía como un gran encuentro, una fiesta del fútbol se convirtió en vergüenza y escarnio para los blancos: un numeroso grupo de espectadores situados en el Fondo Sur del estadio Santiago Bernabéu derribaron la portería al colgarse de la valla de protección a la que estaban sujetos los cables que tensaban las redes de la misma. Se tuvo que ir a por otra portería a la antigua Ciudad Deportiva para poder disputarse el encuentro. El partido comenzó a jugarse con 75 minutos de retraso: incluso el Borussia pedía la suspensión del mismo. La UEFA sancionó al equipo madrileño con 121 millones de pesetas (unos 720.000 euros): 105 por exceso de aforo, más 16 por imprevisión y un partido de clausura…

FOTO:ALBERTO MARTINEFE
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Amarga alegría

Tras una larga espera, el partido se jugó y, de nuevo los blancos, volvieron a dar una nueva lección de casta, pundonor, buen juego… ante un mermado Borussia, donde faltaron jugadores clave en su sistema como el defensa Köhler y el atacante y estrella borusser Andy Möller por lesión. Aunque estuvieron a punto de adelantarse en el marcador: Panucci sacó el balón cuando se alojaba en la meta de Illgner. Los madridistas se adelantaron con un gol de Morientes a centro de Roberto Carlos. Karembeu, de nuevo, y con otro disparo cruzado que sorprendió a Klos, elevó el marcador a un 2-0 que parecía definitivo.

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Inconmesurable Redondo

El descomunal recital de juego del centrocampista argentino hizo que los blancos no pasaran apuros para alcanzar la final de Amsterdam. Tras el fuerte (y previsible) arranque local, el argentino se convirtió en amo y señor del encuentro: robó el balón en 15 ocasiones distribuyó a su antojo (buscó más el flanco izquierdo que el derecho), dio 54 pases bien por sólo seis malos (una media de seis pases acertados por cada error). Y eso que los blancos pudieron haber ganado si el colegiado inglés Paul Durkin no hubiese anulado dos goles legales a Raúl y a Amavisca. ante el Dortmund en Alemania.

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Crisis a una semana de la final

Cerca de una semana antes de la final, y con el vestuario distanciado del entrenador alemán, Jupp Heynckes, Lorenzo Sanz habló con el técnico como hacía habitualmente. Era una especie de toma de contacto para conocer sus impresiones. Heynckes fue rotundo: “No aguanto más”. Al día siguiente, Sanz llamó a los pesos pesados. Quería pedirlos un último esfuerzo: ganar la Champions…

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Ocho nacionalidades, una familia

El once que entraría en la historia del Madrid y de la Champions League. De pie, y de izquierda a derecha posan Illgner (alemán), Hierro (español), Seedorf (holandés), Redondo (argentino), Panucci (italiano) y Morientes (español). Abajo, y en el mismo orden aparecen Karembeu (francés), Mijatovic (montenegrino), Roberto Carlos (brasileño), Raúl y el capitán Sanchís (españoles). Once jugadores, un equipo y ocho nacionalidades diferentes. El Madrid pasaría de jugar y ganar la Sexta con un equipo completo de españoles a otro once, 32 años después, en donde primaba la multinacionalidad. Es más, en la segunda parte, entraría Davor Suker, croata…

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Dos genios en la final

La final pasaba por los pies y las mentes de Redondo (Real Madrid) y Zidane (Juventus). El argentino era el líder silencioso mientras que el francés atravesaba un momento de juego espléndido (acabaría ganando el Mundial ese mismo año y el Balón de Oro). Y así fue: La Juventus arrancó de manera fortísima, cercando el área de Illgner. Deschamps y Davids estrechaban la circulación de juego blanco, Zidane liberado, y con Del Piero e Inzaghi arriba. Pero llegó una orden desde el banquillo blanco: Karembeu se pegó a Zidane, Raúl bajó a echar una mano a los centrocampistas y lentamente el partido fue adquiriendo otro cariz. El propio Raúl estuvo a punto de marcar en el minuto 25, pero la alegría estalló en el minuto 66… Un disparo de Roberto Carlos golpeó en Iuliano, el balón quedó muerto a pies de Mijatovic, que regateó a Peruzzi y marcó. El Madrid se acercaba a su ansiada Séptima…

FOTO:Jesús AguileraDIARIO AS
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El GOL

Una jugada que había empezado en la lateral derecho, con un centro pasado de Panucci, acabó en los pies de Roberto Carlos. Éste decidió centrar al área.Su centro-chut impactó en Iuliano, y quedó en franca posición para que Mijatovic, recogiera el balón, rodeara a Peruzzi y marcara. Era el GOL...

DIARIO AS
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Eran las 22:08 de la noche...

Pedja Mijatovic corre a festejar su gol a la Juventus. Son las 22:08 de la noche en Madrid. El montenegrino, que parece no saber hacia dónde dirigirse, enfilaría el banquillo donde están los miembros de la expedición madridista. Allí festejaría su gol con Fernando Sanz: el delantero no había marcado ni un solo gol durante toda la temporada europea, pero el zaguero le previno: “Vas a ser decisivo con un gol”...

FOTO:Jesús AguileraDIARIO AS
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Loor a La Quinta

Manolo Sanchís levantó el trofeo al cielo holandés. Fue el único miembro de La Quinta del Buitre que ganó la Champions con la camiseta del Real Madrid. El zaguero volvería a ganarla dos años después en París, antes de retirarse en 2001. De esa manera igualaba a su padre, que también la había ganado de blanco en 1966. El triunfo de Sanchís agrupaba el reconocimiento a una generación que comenzó a cambiar la historia del fútbol español en la década de los 80, pero que no pudo extenderlo por todo el continente europeo…

FOTO:DESMOND BOYLANREUTERS
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Todos alegres... menos uno

La plantilla del Madrid celebra la Champions recién ganada en el césped del Amsterdam Arena. En la imagen se ve a los jugadores risueños, alegres, contentos… pero si se fijan bien, en la lado derecho aparece Jupp Heynckes con cara de circunspecto. El técnico alemán no quería salir en la foto. Ya era un secreto a voces que no continuaría como técnico blanco.

FOTO:DIARIO ASDIARIO AS
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Lorenzo Sanz, a la estela de Bernabéu

Lorenzo Sanz besa la Séptima Copa de Europa. La larga travesía del desierto había llegado a su fin. Su proyecto, lujoso y ambicioso, abría una nueva etapa en el Real Madrid. El presidente, que de niño ayudó a su abuela en su trabajo de aguadora en el estadio madridista, cumplía el sueño largamente esperado de la afición blanca...

FOTO:JUAN CARLOS TIRADODIARIO AS
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El gesto de la Vecchia Signora

La Juventus llegaba a esta final como claro equipo favorito para alzar de nuevo la Orejona. El ciclo ganador de Lippi se mantenía y se asentaba firmemente en Europa: había jugado las finales desde 1996. Una vez concluido el encuentro, el entrenador italiano entró en el vestuario madridista. Saludó y felicitó a todos los miembros de la expedición blanca y se percató de que estaban celebrando el título con agua. Regresó al suyo y mandó que las cajas de champagne que tenían los italianos preparadas para su festejo fuesen enviadas al vestuario blanco. Detallazo…

FOTO:Mark Leech/OffsideGetty Images
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Y Cibeles recibió a la Orejona...

La estatua de La Cibeles recibió su primera Copa de Europa. La primera vez que la fuente recibió a la gente había sido en 1986., con motivo de la goleada de España a Dinamarca en la goleada por 5-1. Casi doce años después, y tras presenciar el ofrecimiento de Ligas y Copas de España, la diosa era ofrendada con la Copa de Europa. Más de 200.000 aficionados acompañaron a los jugadores en la celebración.

FOTO:MONDELOEFE