MUNDIAL | SUECIA

Rubensson se viste de Seger

La pivote se ha adueñado del ancla de Suecia, relevando a la jugadora con más internacionalidades de Europa. “También he sido lateral; sé desplegarme en ataque”, añade.

JAMES ROSSEFE

EIin Rubensson (Ystad, 1993) llegó a Nueva Zelanda con la difícil, casi imposible, misión de reemplazar a Seger. La leyenda sueca, con 233 partidos internacionales en sus piernas (récord europeo), tuvo una lesión en el pie hace poco más de un año. Pasó por el quirófano y, aunque ha ido en la lista de Gerhardsson, no está físicamente preparada para asumir un papel importante dentro del campo. A sus 38 años sabe que está ante su último Mundial, pero también que le toca más ayudar desde fuera: “Sé el papel que tengo que desempeñar”.

Gerhardsson tenía un vacío importante que llenar. Y encontró a la pieza perfecta: Rubensson. La polivalente jugadora (prácticamente ha actuado en todos los puestos del campo) venía desde hacía algún tiempo trabajando como pivote en su equipo, el Häcken sueco. “He jugado mucho como centrocampista defensiva en el último año y creo que es un papel muy divertido. Ahí es donde me entreno más ahora. Lo hago lo mejor que puedo en cada entrenamiento”, asegura Rubensson. “Destaco en el juego de toque. Pero también he jugado mucho de lateral. Por eso tengo la mentalidad defensiva. He ayudado a equilibrar al equipo y me he unido a la defensa, pero también me he desplegado en nuestros ataques. En general, me he sentido bien”, añade la futbolista sueca sobre su papel en la selección. Rubensson sirve para todo. Ella misma alguna vez ha explicado que puede jugar de todo menos de portera. Y en todos los sitios rinde a un gran nivel. En este Mundial está siendo el pilar de una Suecia que sólo ha encajado dos goles en cinco partidos.

El secreto

Rubensson está en el mejor momento de su carrera. Cuando se le pregunta cómo a sus 30 años está mejor que nunca, Elin lo tiene claro: “Ahora soy madre”. La futbolista quería ser madre joven y aprovechó el parón por la COVID para cumplir otro de sus sueños. “No sabes lo que le pasa a tu cuerpo después de dar a luz”, explicó tras el nacimiento de su hijo. La futbolista reconoció: “Mi club me apoyó. Me ayudaron con mi entrenamiento, junto con mi fisioterapeuta”. Solo dos meses después de dar a luz, pudo reanudar los entrenamientos. Se las arregló para llevar sus niveles de condición física a alturas que no alcanzó incluso antes de su periodo de maternidad: “Jugué mi primer partido después de tres meses. Eso es bastante rápido”. Nueve meses después de dar a luz regresó a la selección. Ahora, dos años más tarde, espera cumplir otro sueño: ser campeona del mundo.

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