REAL VALLADOLID SIMANCAS

¿Qué fue de las integrantes del primer Real Valladolid femenino?

Varias siguen en activo en categorías nacionales, otras son entrenadoras, dos ejercen como periodistas... Así fue aquella primera generación blanquivioleta.

Hace más de una década que el Real Valladolid tomó la decisión de clausurar la sección femenina reinaugurada el pasado verano. Adujo entonces que los costes económicos eran elevados y que la RFEF había cambiado sobre la marcha, como así hizo, el criterio sobre los descensos a la segunda categoría, después de garantizar a aquellos clubes que, como el blanquivioleta, habían aceptado apostar por la Superliga, que no los habría. Antes había asumido como propia la gestión del Juventud Rondilla, del que llegaron unas cuantas futbolistas, acompañadas en dos años por no demasiados fichajes, pero sí por algunos jóvenes talentos de la comodidad. Algunas de ellas fueron internacionales, otras llegaron a jugar en Primera, las hay que siguen jugando, algunas entrenan...

Luchando por el ascenso y la permanencia

Una de la jugadoras que recalaron directas de La Ribera fue la delantera Laura Fernández, que llegó a protagonizar la presentación de la primera equipación en 2009, junto a Borja Fernández. La riosecana recaló en Los Anexos con la vitola de ser internacional en categorías inferiores y, como otras tantas, tras la desaparición del Real Valladolid se pasó al fútbol sala, aunque volvió al verde... en el que hoy sigue. Del Parquesol pasó al Atlético de Madrid, donde ganó dos ligas y tuvo una grave lesión de tobillo que tuvo prácticamente un año de baja, fichó por el Madrid CFF, militó en el Espanyol y actualmente lo hace, por segunda temporada consecutiva, en el Deportivo de La Coruña.

Como deportivista, en el segundo escalón del fútbol patrio, lucha por volver a la máxima categoría. Enfrente ha tenido hace poco a Natalia Arranz, Nata, mediocentro de Pedrajas que llegó del club de su pueblo en el segundo año de existencia de la estructura blanquivioleta siendo también una adolescente, con apenas 15 años (Laura tenía 17). Después de dos años en el Rayo Simancas, militó un año en el Ponferrada y dos en el Friol lucense, hasta que volvió a casa para militar en el Parquesol, que abandonó el verano pasado para fichar por el Fundación Albacete, con el que lucha por la permanencia. Ambas compartieron vestuario en Los Anexos y en el José Luis Saso con Maka, capitana del Parquesol, que se encuentra actualmente recuperándose de una lesión de cruzado.

Laura Fernández milita actualmente en el Deportivo de La Coruña.RC Deportivo

Del verde al banquillo

Al contrario que a compañeras como las anteriores, a Cris Ruiz, correosa lateral que se desenvolvía fundamentalmente por la derecha, la oportunidad le llegó ‘mayor’; todo lo mayor que se puede considerar a alguien con 27 años. Era otra de las jugadoras que recalaron del Rondilla, trabajadora en su posición, en la que se siguió desenvolviendo hasta hace relativamente poco, puesto que tuvo sendos periplos por el Rayo Simancas, el Parquesol y el San Pío X en categorías nacionales. Formada como entrenadora, ha dirigido en clubes como el Laguna o el Arces en categorías de formación.

Como ella, ha optado por los banquillos Lorena de Castro, una de las jugadoras más talentosas de la joven hornada que tuvo Paco de la Fuente a sus órdenes. Internacional también en los primeros escalones de la selección española, procedía del Simancas y jugó después en varios equipos de la región al tiempo que se fue formando como técnico. Lastrada por las lesiones, se retiró joven, siendo el Real Sporting su último equipo, trabajó en el cuerpo técnico de la Federación de Castilla y León de Fútbol y cogió en octubre las riendas del CD Parquesol, al que ha cambiado la cara hasta sacarlo de los puestos de descenso que ocupaba en la Segunda RFEF (tercera categoría).

Doblemente pioneras y un referente

Dos de las benjaminas del grupo, Anabel Morán y Sandra Sánchez Riquelme, fueron doblemente pioneras: además de formar parte de las primeras futbolistas que vistieron la camiseta del Real Valladolid, fueron los dos primeros frutos de la Residencia de Jóvenes Jugadores que lo hicieron. Procedentes del Juventud Rondilla y del Zamora Amigos del Duero, de Nava del Rey y de Zamora, empezaron a convivir en estas instalaciones con chicos como Anuar Tuhami y Toni Villa, a la postre, profesionales. Como ellos, ambas tocaron la élite.

Anabel pasó por el Simancas y por el Parquesol antes de centrarse en sus estudios y en su profesión como periodista. Sandra fue durante un tiempo la espinita de los entrenadores que pasaron por el Saso, principalmente Rubén Jiménez, que no fue capaz de convencerle para volver al fútbol. Antes de esas ‘calabazas’ compartió vestuario con su inseparable Anabel en Los Pinos y como naranja, y de ahí pasó a la Academia del Atlético de Madrid. Con solo 23 años se retiró, pero no dejó de brillar: emprendió (en realidad, lo había hecho ya antes, mientras estudiaba periodismo) una particular batalla en pos de la difusión del fútbol femenino que la ha convertido en una de las voces más importantes del ‘futfem’ español, pionera y referente en un deporte que vivirá este domingo su mayor hito en clave vallisoletana.

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