Madrid espera a su reina

El 9 de mayo de 1990 llegó al mundo en Madrid una de las referentes del fútbol español: Jenni Hermoso. Ella fue una de las primeras. Una de esas niñas que creyó en su pasión cuando parecía prohibido. Se metió en los partidos del patio del colegio. Creció pegada a un balón en las pachangas de su barrio madrileño de Carabanchel.

Esa niña alta y espigada despuntaba con los de su edad. Se regateaba a los mayores. Hacía viguerías con sus pies. Tanto es así que pronto la vinieron a buscar. Fue el equipo que en aquel momento llevaba la voz cantante en el fútbol femenino en España: el Rayo Vallecano. Se curtió con las mejores, y pronto se le quedó pequeño. Dio el salto a la liga sueca, al Tyresö. Emigrar para cumplir su gran sueño.

“La Jenni Hermoso como persona también agradece todo lo que lo que le ha pasado y lo que ha ido superando”

Jenni

“La Jenni Hermoso como persona también agradece todo lo que lo que le ha pasado y lo que ha ido superando. A día de hoy poder cerrar con repetir esta historia es algo que enmarcaría en mi vida para siempre. Al 2026 le pido lo mismo que desde hace unos años: tranquilidad y mantenerme siempre fiel a la esencia que tengo siempre dentro y poder disfrutar del fútbol todavía”, admitió.

El Barcelona le dio una gran oportunidad de regresar a España, con un impass en el PSG. Se dio cuenta de que como en ‘casa’, en ningún lado. Una temporada en el Atlético de Madrid y vuelta al Barça para vivir los mejores años de su vida profesional. Cuando el fútbol femenino daba un salto, Jenni, de nuevo, tuvo que emigrar.

Esta vez a México. Desde la otra parte del mundo añora su tierra, especialmente su Madrid. “Gracias a ellos soy lo que soy hoy. Cuando cruce ese túnel y vea el estadio lleno y sepa que está ahí mi familia va a ser muy emocionante y muy bonito porque quiero que estén en todo y en cosas tan bonitas como ese día y esa final ya a partido único lo vamos a disfrutar mucho todos“, admitió emocionada ante este partido histórico. No hay mejor embajadora que Jenni, allá donde este. Nunca es tarde para cumplir sueños. A sus 35 años, Jenni lo hará mañana: jugar por un título en el Metropolitano, ante su gente, en su Madrid. Nunca es tarde para soñar.

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