JUEGOS OLÍMPICOS

Los sueños olímpicos de Ame Atiq

La central del DUX Logroño, internacional por Marruecos, anhela estar en París a las órdenes de Jorge Vilda, cuyo trabajo ensalza.

Cuando Jorge Vilda llegó a Marruecos el pasado mes de octubre, se encontró con una selección que venía de perder dos amistosos contra Zambia, quien, medio año más tarde de las dos derrotas infligidas al combinado marroquí, es su último obstáculo para clasificarse para los Juegos Olímpicos. En las citas de los días 5 y 9 de abril, ‘las leonas del Atlas’ buscarán el billete a París, donde Maryame Atiq, defensora del DUX Logroño de Primera RFEF, desea estar.

Hace poco más de medio año, antes de recalar en el conjunto logroñés, estuvo preseleccionada para ir al Mundial, pero finalmente se quedó fuera de la cita de la que España, con quien ahora es su técnico, salió ganadora. Aquello, sin embargo, solo la animó a seguir trabajando en pos de una nueva oportunidad, que Vilda le brindó en los amistosos de diciembre y en la penúltima ronda clasificatoria, contra Túnez. “En las eliminatorias venimos compitiendo bien. Tenemos opciones; si no, no estaríamos aquí”, recalca, huyendo de los precedentes (2-0 y 6-2) ante Zambia.

La confianza de la zaguera es plena porque, desde su fichaje, Jorge Vilda “ha elevado la exigencia en el nivel de juego y ha dotado a Marruecos de una identidad”. “Físicamente ya éramos una selección buena y la intensidad ya la teníamos, pero nos ha hecho identificarnos con una filosofía de juego y de trabajo que en el campo nos hace tener otra actitud”, narra Ame, como es conocida sobre el verde, respecto a algunas mejorías alcanzadas por el nuevo seleccionador.

De los ocho partidos que ha dirigido, cuatro amistosos y cuatro oficiales, siete han sido victorias y solamente en uno cosechó un empate, en su debut contra Uganda. Rápidamente, “ha conseguido que las jugadoras interioricen su sistema y su idea en los entrenamientos”, con una comunicación, también fuera del campo, que refuerza ese trabajo. “Habla mucho con nosotras sobre cómo nos encontramos y comparte su visión respecto a nuestra capacidad de mejora. Y los resultados están acompañando, expone Atiq, que está convocada para enfrentarse a Zambia.

Maryame Atiq, jugadora del DUX Logroño, con Marruecos.

De un pueblecito de León...

Maryame Atiq Ez llegó a Veguellina de Órbigo, un pueblo de la provincia de León de apenas 2.000 habitantes, cuando tenía cinco añitos. Desde muy pequeña, su padre le inculcó el amor al fútbol, y, recuerda, siempre ha sido “muy forofa”, aunque sus ilusiones no siempre las verbalizara. “Tenía sueños que quizás no contaba, porque podían pensar que estaba un poco loca, y otros con los que yo misma pensaba ‘es imposible, Maryame’. Pero algunos los he cumplido”, dice sonriente.

Lo ha hecho en España, su casa, y cuya nacionalidad ostenta también. “Es donde llevo desde pequeña, donde he disfrutado y donde he crecido dentro de mi deporte”, explica, dando valor a la trayectoria futbolística que, a sus 26 años, ha logrado ir forjando, aunque destacando, más si cabe, la importancia que tienen para ella sus orígenes marroquíes: “Desde pequeña he estado muy orgullosa de mi país, de mis raíces y de mi cultura. Poder representar a mi gente me emociona”.

... al profesionalismo

El camino recorrido es “un orgullo y una motivación” para la adulta que, como cuando era niña, sigue percibiendo “el día del partido como el mejor de la semana”, y quien un buen día decidió apostar de manera decisiva por el fútbol como su forma de vida. “Cuando jugaba en el Parquesol (en la extinta Reto Iberdrola), lo hacía gratis. Al volver de algunos partidos, llegaba a casa a las cuatro de la mañana y a las ocho tenía que entrar a trabajar (como administrativa). Aquel fue un año de inflexión”, recuerda.

Al terminar la temporada, se sentó con su familia, que le respaldó en su decisión de tratar de dedicarse profesionalmente al deporte. “Aposté por una rutina y por unos hábitos que me pudieran acercar a ello. Cambié la alimentación, mis horarios de descanso, de entrenamiento... Suponía un sacrificio, pero, por mi mentalidad, era muy difícil tomármelo como un hobbie. Cuando fiché por el Parquesol, fui yo a que me diesen la oportunidad, me la gané y fui titular. Yo siempre he trabajado para esto”, asevera, aunque “esto” signifique, por ejemplo, llevar meses sin ver a su familia.

Maryame Atiq, con la camiseta del DUX Logroño.

Paso adelante en el DUX

En el Unión Viera, conjunto grancanario de Segunda RFEF, comenzó esa andadura, que le llevó a representar a Marruecos por primera vez hace más de un año y desde donde el pasado verano dio el salto a Primera RFEF con el DUX Logroño. “Está siendo un año de un crecimiento personal muy grande; en el salto de categoría hay un cambio abismal. La liga es muy dura y muy competitiva, y estoy segura de que equipos de nuestra categoría podrían ser competitivos contra ‘primeras’ de otros sitios”, analiza la central.

Con la camiseta ‘vinotinto’, se encuentra a la estela del Barcelona B y del Deportivo de La Coruña en una segunda vuelta de mucho nivel, aunque, lamenta, “al equipo le ha pasado factura el inicio de temporada”. No obstante, confía en poder alargar su buena dinámica de esta segunda mitad de campaña y aspirar a entrar en el playoff, situado ahora mismo a siete puntos. No será fácil, pero nada en la carrera de Ame lo ha sido. “Pensando en el medio plazo, mi anhelo es estar en los Juegos Olímpicos”, confiesa. Aunque, antes de pensar en París, Zambia, el último escollo, espera.

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