CASO RUBIALES

Jenni, a la fiscal: “El beso no fue consentido; no fui respetada”

El programa ‘Código 10′ de Telecinco ha emitido las declaraciones de la jugadora ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez para presentar la querella contra Luis Rubiales.

Un nuevo capítulo del ‘Caso Rubiales’ ha salido ahora a la luz. El programa ‘Código 10′ en Telecinco ha tenido acceso al relato que la futbolista del Pachuca dio ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez para formalizar su denuncia sobre el expresidente de la RFEF. La jugadora, visiblemente afectada, relató ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez cómo vivió ella los hechos que le llevaron a presentar una querella contra el expresidente Luis Rubiales y cómo le está afectando. “Cuando estábamos en la ceremonia de la entrega de medallas, me pone la medalla. Yo saludo a la reina, abrazo a su hija y ya el siguiente era Rubiales. Yo le abrazo y lo primero que le digo al abrazarlo es ‘la que hemos liado’ y pega un brinco sobre mí y me mantengo firme. A la que baja lo único que recuerdo es que me dijo ‘este Mundial lo hemos ganado gracias a ti. Lo siguiente que recuerdo son sus manos sobre mi cabeza y el beso en la boca”.

Jenni Hermoso declaró también ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez que todo lo ocurrido le está afectando seriamente en su vida particular y se ha sentido indefensa. “No he salido de casa, por qué tengo que estar reprimida. Creo que no merezco haber vivido todo esto. Mancharon mi imagen y sentí que nadie me protegía”.

El momento del beso: “No fui respetada”

La jugadora reconoce ante la Fiscalía que le sorprendió el beso de Luis Rubiales: “¿Capacidad de reacción? No, ni me lo la esperaba. Cómo lo iba a esperar en ese escenario, en una final del Mundial... Ni busqué ese momento, ni sé nada para que se llevara a cabo ese acto. En ese momento estaba en shock por esa celebración. Un hecho histórico que nos ha costado la vida conseguirlo. En ningún momento me podía esperar que pasara eso. Sí que, al igual por la adrenalina le abracé, era una persona de confianza y nadie se esperaría eso por muy espontáneo que fuera. Yo ahí no tuve tiempo de reaccionar. Fueron segundos y, al instante, me bajé de la tarima con mis compañeras. Lo primero que les dije a Alexia y a Irene es: ‘Oye que me acaba de dar un beso Rubiales en la boca’. Alexia me dijo: ‘¡Qué dices!’. Y yo le dije: ‘Sí, sí. Muy fuerte’.

Y lamenta que el gesto de Rubiales le privara de celebrar el título de campeona del mundo: “Al instante, no pude disfrutarlo. Me sorprendió porque ni yo ni nadie se esperaba ese acto de celebración. Me siento con ellas, llega la entrega de trofeos e intento desconectar de esto y disfrutar el momento”. Y sobre la pregunta clave de si el beso fue consentido, Jenni Hermoso respondió ante la Fiscalía con rotundidad: “No. No me sentí respetada ni como jugadora ni como persona”.

En el vestuario: ”Me sentía incómoda”

Jenni relata los hechos al finalizar el partido: “Volvemos al vestuario. Hay un ambiente de celebración. Hemos sido campeonas. No lo imaginábamos. Y al final mi sensación en ese momento era de que no podía robar ningún protagonismo al hecho que había pasado porque era histórico. Teníamos que disfrutar de algo que nos había costado tanto conseguir”.

Sobre si en ese momento era consciente de lo que estaba pasando: “En ese momento intenté hacer tripas corazón y seguir disfrutando con mis compañeras. No quería arrepentirme de no disfrutar ese momento. Tenía claro lo que había pasado. Se lo transmití a mis compañeras justo al bajar. No había visto la imagen del beso hasta que me lo enseñan en el vestuario. Cuando vemos las imágenes es como... ‘¿Esto ha sido real?”.

Luego, habla del momento que protagonizaron en el vestuario: “Me dicen que el presidente está fuera. Me dice: ‘Jenni, Jenni, del beso se está hablando mucho’. Le digo que eso no había estado bien. Le dije: ’Sabes que te va a caer’. Porque al final lo hizo delante de todo el mundo. Él me explica el momento del beso otra vez y le dije ‘no me tienes que explicar nada’. Ahí, él me dice que tiene que entrar al vestuario para decir unas palabras y yo creo que ahí él era ya consciente de lo que estaba pasando. Cuando entró, intentó desviar un poco el tema y nos dijo que teníamos un viaje pagado a Ibiza todas las que quisiéramos”. También se refiere a su forma de tratarla: “Él me cogía, me agarraba del hombro porque yo estaba a su lado, ya que entramos juntos al vestuario. Ahí me empecé a sentir incómoda y vi que algo más grave estaba pasando. Sobre su relación con Rubiales, aseguró: “Teníamos una relación de jugadora y presidente. Un trato formal, cordial”.

El comunicado: “No escribí nada”

La fiscal le pregunta: “¿Volvió a hablar con él?”. La jugadora española lo explica: “Personalmente no, pero sí que hubo varios momentos. Para el autobús, se hace un silencio mortal y me empiezan a decir desde delante que baje rápido, que estaba el equipo de Rubiales. Dije: ‘¿’Por?’. Y les digo: ‘Voy a coger las maletas’. Pero no me dio tiempo. Ni mi mochila. Me enseñaron un escrito que yo no dije ni una sola palabra. Tenemos que poner esto y quitar hierro al asunto. Y les dije: ‘Haced lo que queráis’.

Y se reafirma en que aquel comunicado era falso: “Recuerdo el momento de la euforia, de la alegría. No escribí ni dije ni una sola palabra de ese escrito. Patricia Pérez, la jefa de prensa de la Selección, fue quien me enseñó ese escrito. Yo dije: ‘No tengo por qué hacer esto, no lo quiero hacer’. Me estaba sintiendo como que estaba obligada a hacer algo. Me sentí coaccionada. Al final pienso que ellos son igual trabajadores y tenían que hacer esto. El no vino a decir que pusiera ese comunicado, fueron otras partes. Ahí yo creo que ya sabía de la magnitud del asunto”.

En el autobús: “Intenté evadirme para que ellas no se preocuparan”

Jenni Hermoso también explica cuando en el autobús se empieza a hablar del beso: “En ese momento la mitad no había visto las imágenes, no sabían ni lo que había pasado. Era un momento de euforia. El beso empezó a hablarse un poco y en ningún momento me sentí cómoda porque era algo que había pasado conmigo e intenté evadirme para que ellas no se preocuparan”.

Sigue describiendo cómo vivió ese momento: “En el autobús yo estaba más nerviosa y sabía que la situación había sido conmigo, esa imagen que estaba dando la vuelta al mundo. Yo no podía haber consentido ponerme a llorar para que todas me preguntaran y romper ese momento que es algo que no sabemos si se va a volver a repetir en nuestras vidas y que era de celebrar”.

En el avión, sobre hacer un video: “Hazlo por mis hijas”

“Ya estamos en el avión. Ya éramos conscientes de qué ambiente se respiraba. Me llamó y me dice: ‘Se está liando por el beso. Me tienes que ayudar. Tenemos que grabar un vídeo ahora en Doha juntos porque me están llamando acosador, que te he agredido..’. Y le dije: ‘Ya te lo he dicho que se iba a liar’. Y le dije que no. Me insistió con que lo hiciera por sus dos hijas, que están llorando en el avión. Y me dijo ahora mando a alguien que hable con tu hermano. Yo le dije que no, que hablara con mi agente”.

Y sigue su relato: “En todo momento, no me estaba sintiendo respetada en ningún sentido. Lo siguiente fue Jorge Vilda hablando con mi hermano para que me convenciera de que yo tenía que hablar. Se utilizó a mi familia. Yo no busqué ese beso y me estaba pidiendo solucionar un acto que él provocó. Yo me sentía como víctima. Me sentí coaccionada. Yo en ningún momento me sentí bien. Me dicen que estuviera atenta porque Jorge Vilda estaba dando vueltas al avión para intentar hablar con mi familia”.

En Ibiza: “Me dicen, el beso es una tontería”

También relata “Nos fuimos a Ibiza y allí está el director de marketing. Nada más llegar. Me pasan su teléfono. Era el de integridad de la federación. Me comenta: ‘Sólo tienes que decir lo que ha pasado‚ que el beso es una tontería’. Y le respondo que si estoy obligada a hacer eso. Me dice que sí, que estoy obligada, porque va dentro del protocolo de la Federación y no tardamos nada. Le digo que lo siento, no sabía de qué hablaba, tengo que hablarlo con mi agente para ver ese procedimiento. Le pedí que me dejara tranquila. Estaba comiendo, llevábamos dos días sin dormir, estábamos agotadas. Rubén me dice ‘¿Puedes hablar con Albert Luque?’. Yo tengo una relación buena con él, de confianza. Me pone: ‘Enhorabuena por lo conseguido, ¿podemos hablar un momento?’. El mensaje de Luque se queda en el teléfono, sin respuesta. Terminamos de comer y nos fuimos a descansar. Hicimos una rúa por Ibiza por la tarde y nos fuimos a un hotel a ver el atardecer. Rubén insistía en que hablase con Albert y ya le contesto a Luque. Le dije: ‘Te contesto porque tengo confianza contigo pero no voy a decir nada, espero que lo entiendas, pero te agradezco el mensaje’. Y me dijo: ‘Gracias por contestar, no es solo para que hicieras algo”. La futbolista se refiere a Rubén Rivera, director de Marketing de la RFEF.

Después la jugadora afirma que Luque también estuvo hablando con una amiga suya: “Está mi amiga conmigo en Ibiza y yo en una hamaca veo que Rubén la llama. Insiste en que Albert Luque quiere hablar conmigo. Digo que no, que me dejen disfrutar de este momento. Desde que salí de Sídney hasta en Ibiza viendo un atardecer, que era el único momento que podía haber disfrutado de lo que hemos conseguido. Después ya viene el acoso a mi amiga. Fue un acoso total. Estuvo cuatro o cinco horas que yo decía ‘cómo es posible’. Yo viendo el atardecer y Rubén detrás haciendo gestos a mi amiga para que por favor le diera un minuto”.

También cuenta que en el hotel Luque siguió hablando con su amiga: “Ella estuvo hablando con Luque mucho tiempo por teléfono. Me dijo que iba a ir al hotel al que estábamos, Le dije que no iba a bajar, que no viniera porque no iba a hablar con él. Llegó Luque y mi amiga bajó y estuvo hablando con él. Llegaba un punto que hasta me enfadaba con mi amiga. Me sentía coaccionada. Estaban usando a mi familia y delante de mí. Hablaron durante mucho tiempo, no sé toda la conversación, le dije que no me lo contara. Que no quería escuchar. Le dijo que quería hablar conmigo, que con la confianza que teníamos, que me había hecho muchos favores. Favores de una entrada para una fiesta. Si me quiere pedir unas zapatillas que me pida unas zapatillas, no puede pedir que haga esto por muchos favores que me haya hecho. A día de hoy toda la conversión no la sé. Estuvieron hablando de que me convenciera para hablar con él. Estuvo como media hora hablando abajo del hotel con Luque”.

Tras la celebración: “¿Por qué tengo que estar reprimida o llorando en una habitación cuando no he hecho nada?”

Jenni Hermoso se emociona al hablar de cómo vivió los días posteriores a la celebración del Mundial: “Lo que he tenido que vivir estos días mi familia y yo... No poder salir de casa, una cámara todo el día intentando grabarme, persiguiéndome, echándome fotos con mi madre. De ir por la calle pensando que cualquiera me está grabando o me van a hacer algo. No me merezco haber vivido todo esto y no haber podido disfrutar todo lo que he hecho. Me ha dañado. A mí y a mis compañeras no nos han dejado disfrutar de algo así. Solo se ha hablado de lo que ha pasado en ese momento. Lo que hemos conseguido ha sido algo que se va a quedar ahí pero para mí ha sido y es muy difícil haberme tenido que ir de Madrid para no vivir toda esa presión que estaba teniendo de gente que solo quería hacerme daño. Solo buscaban el verme riendo. En ningún momento me iba a venir abajo. ¿Por qué tengo que estar reprimida o llorando en una habitación cuando no he hecho nada?”.

Irene Paredes, a Rubiales: “No me gustó lo que hiciste ayer”

El programa también ha emitido parte de las declaraciones judiciales de Irene Paredes, Alexia Putellas y Misa Rodríguez. Las jugadoras del Barcelona coinciden en que al principio entendieron que el beso había sido una casualidad. “Pensaba que era lo típico de cuando te vas a dar dos besos coincides en el mismo lado, que te rozas sin querer”, explica Alexia.

En su declaración Paredes afirma que empezó a avisar a sus compañeras de la gravedad del beso: “Yo les digo que paren con eso, que puede ser algo muy serio. Porque creo que en ese momento el señor Rubiales hace eso porque se cree con el poder de hacerlo”. De hecho Alexia detalla que en ese momento ve el vídeo y se entera “de lo que realmente ha sucedido, la acción y cómo la coge”.

Además de esta advertencia, la central también explica que en el avión habló con Rubiales de lo que estaba pasando: “Salí del baño y él venía con su equipo e intentando hablar algo conmigo sí que me dijo: ‘No entiendo, este país me está tachando de violador’. Y yo le dije: ‘Bueno, eso creo que es magnificar las cosas, pero en mi opinión, a mí no me gustó lo que hiciste ayer’. Y al ver esa respuesta él fue a reunirse con su equipo”.

Las tres coinciden que desde que salieron del estadio vieron que a Jenni le pasaba algo. “En el autobús se sienta a mi lado y sí que la veo preocupada. No la veo destrozada ni llorando ni nada, pero sí como diciéndome: ‘Es fuerte, o sea, ¿qué se le ha pasado por la cabeza? ¿Por qué ha hecho esto?’. Y luego en el avión sí que se pone a llorar y se rompe”, afirma Alexia que, junto a Paredes y Misa, corrobora la versión de Jenni sobre lo que pasó en el avión. Además, esta última explica que la actitud de Jenni “no era propia de ella, porque es una chica feliz, alegre y divertida, y yo la veo apagada”.

La amiga que Jenni Hermoso explica durante su declaración que Rubén Rivera viajó con el grupo a Ibiza y que estuvo insistiendo para que la jugadora hablara con alguien de la Federación o con Luque para que dijera que “lo que había dicho Rubiales era cierto, que había consentimiento y que se dejara el tema en el aire”. “Sinceramente creo que Rubén obviamente recibía presiones de alguien para que consiguiera que Jenni hablara. Porque la verdad a él se le veía realmente preocupado, muy nervioso, y no la dejaba tranquila”, afirma la amiga en su declaración.

De hecho, pone un ejemplo de la insistencia de Rivera: “Nosotras nada más llegar al hotel llega Rubén directo a ella, y le dice que tenía una llamada de Albert y que si la podía contestar. Jenni le dijo que no tenía batería y Rubén le dijo: ‘Bueno, dame el móvil si quieres y yo te lo cargo’. Jenni le dijo que ya lo cargaría en la habitación, pero insistió. Insistió y al final sí se llevó el móvil de Jenni y lo cargó”. “Me dio la sensación que entre Rubén y Albert Luque parecía como si les hubieran ofrecido la recompensa por ver quién conseguía que Jenni hablara, porque la verdad era todo muy agobiante, era muy incómodo”, añade la amiga la futbolista, que insiste en que “Jenni estaba muy incómoda, muy triste”.

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