Islandia muere en la orilla

La selección de Islandia intentó, con más garra que fútbol, emular el milagro de 2013, pero se quedó a medias. Empezó por debajo en el marcador al encajar el gol más rápido de la historia de la Eurocopa a los 43 segundos, obra de Malard, y tuvo que remar contracorriente durante todo el encuentro. Su afición, incansable, las espoleaba desde la grada y las insulares nadaron y nadaron hasta lograr empate en el 101′, de penalti señalado por el VAR. No sirvió de nada. Bélgica había ganado su partido e Islandia moría ahogada en la orilla.

Diacre aprovechó la primera plaza que Francia tenía en el bolsillo para hacer rotaciones y dar descanso a sus futbolistas titularísimas. Bacha y Torrent cogieron los laterales, que hasta ahora habían tenido de dueñas a Karchaoui y Périsset, y Geyoro y Cascarino también se quedaron en el banquillo. Malard, y no Sarr, fue la elegida para sustituir a la lesionada Katoto en la posición de delantera centro. Le salió bien a la seleccionadora francesa. La delantera del Lyon, de 22 años, no tardó ni un minuto en convertirse en la goleadora francesa más joven en una Eurocopa femenina.

La jugada con la que lo consiguió fue pura poesía. Taconazo y pared medida con una Mateo exquisita en lo técnico y definición con un disparo cruzado, pegado a la madera, imposible para Sigurdardóttir. A Islandia se le complicaba el sueño de los cuartos de final y las de Halldorsson dieron un pasito adelante para intentar hacer el empate.

La joven Sveindís Jónsdóttir remataba al larguero a la salida de un córner en el 11′ y Sara Bjork empujaba a las suyas con el empuje propio de las capitanas. Pero el tanto no llegaba y Francia seguía creando muchísimo peligro al contrataque: Mateo, Baltimore, Diani... Aunque el partido apuntaba a tragedia vikinga, lo cierto es que el 0-0 que reinó en el marcador del Italia-Bélgica hasta en 49′ mantenía viva la esperanza de Islandia, agitada por una Jónsdóttir incansable.

Sin embargo, la futbolista del Wolfsburgo, con problemas físicos, acabó siendo sustituida y su equipo se fue apagando poco a poco. El VAR anuló por fuera de juego otro gol de Malard e Islandia disfrutó de sus últimas ocasiones de gol en pies de Thorvaldsdottir, que tuvo el empate en el 77′. Pero, tras un gran control y una excelente media vuelta, no la mandó a la red. Diez minutos después Geyoro sí hizo lo propio para Francia, pero otra vez el videoarbitraje, esta vez por mano, dejó a la selección ‘bleu’ sin el segundo. Las de Halldorsson necesitaban dos goles, pero la esperanza seguía viva.

Un penalti señalado por la checa Adámková en el 101′ tras revisar unas imágenes en las que se apreciaba la infracción de Sarr en el área acabó con el empate de Brynjarsdóttir, pero a esas horas Bélgica ya estaba en cuartos de final. Resultado insuficiente para Islandia, prueba a medio gas para una Francia que se enfrentará a Países Bajos el sábado.