SELECCIÓN ESPAÑOLA | GUERRERO

Irene, una guerrera de corazón

La centrocampista española muestra su fuerza a pesar de no estar siendo titular con España.

Guerrero, una guerrera de corazón. La jugadora del Atlético lidera a España con su garra y una fuerza interior. A sus 26 años demuestra en cada partido y fuera del terreno de juego su entrega. Va a por todas. Une al grupo. No se rinde. Sabe que esto no pasa todos los días. “Está siendo una experiencia muy bonita, creo que no voy a ser consciente de lo que estoy viviendo hasta que haya pasado. Pero tengo en la mente presente disfrutar cada momento, cada ratito. Cada café, cada tiempo con las compañeras. Creo que estás vivencias también forman parte del fútbol. Y es lo que nos vamos a llevar”.

Desde hace 12 meses su carrera profesional dio un salto gigante. Del Levante a fichaje estrella del club rojiblanco. En la Selección de la Eurocopa de Inglaterra al Mundial de Nueva Zelanda. “Te diría que es un sueño todo lo que me ha pasado en el último año. Pero la realidad es que he tocado la punta del iceberg y es por el trabajo diario que he empleado. La fuerza de cuando no puedes más, cuando piensas que has llegado a tu límite, no parar y seguir siempre hacia adelante. Creo que esa actitud me viene de familia, de lo que he vivido en casa. Siempre lo hablo con ellos, la palabra que nos define es resiliencia. Siempre, hasta en los peores momentos, estamos con una sonrisa y tiramos hacia adelante”.

Pero la vida familiar de Guerrero no fue sencilla. No fue un camino de rosas. Sus padres, ambos con una discapacidad física (con necesidad de una silla de ruedas para desplazarse) no dejaron de luchar para que su hija fuera a todos los entrenamientos. Movieron cielo y tierra para hacer realidad ese sueño. “La situación más agria que he vivido fue una personal, el fallecimiento de mi padre. Me ha hecho ser más fuerte, afrontar la vida con otra perspectiva y con otra filosofía. Disfrutar el momento, no pensar en mañana. Centrarse en el hoy, saber que las situaciones que se viven hoy no van a ser para siempre. Cada día llega una nueva y hay que afrontarlo. Siempre pensar en crecer y en seguir hacia adelante”.

Una fuerza desde el cielo lleva en volandas a la sevillana: “Todos los goles y todas las alegrías son para él. Es la persona con la que compartí todo. Mi familia siempre ha estado a mi lado, acompañándome en este camino. Ahora tengo a mi madre y a mis hermanos, pero la figura de mi padre siempre ha sido muy especial. Es mi motivación diaria, cada reto, mi fuerza para ir hacia adelante”.

“Todos los goles y todas las alegrías son para mi padre. Es la persona con la que compartí todo”

Irene Guerrero

De esos días felices tiene unos recuerdos únicos. “Me hice futbolista por mi familia, y en parte por mi hermano. Me mostró el camino. Cualquier rato que teníamos estábamos dándole patadas a un balón. De pequeña me ganaba, luego con los años la cosa ya cambió…”.

Compañera de lujo

Ahora lo hace al lado de Alexia y Aitana, a las que no duda en elogiar. “Es un privilegio, jugar al lado de las mejores del mundo te hace crecer y ser mejor jugadora. Esto es como una cadena, si ellas están bien, todo rueda. Si nosotras estamos bien, les apretamos y no se relajan. Aunque es difícil que lo hagan (risas)”.

Incluso, sabiendo que esas dos le privan de un puesto de titular. “La competencia la llevo bien. Es una realidad en este deporte, solo pueden jugar de inicio 11. Pero también pienso que son las jugadoras de banquillo las que revolucionan el partido. O incluso desde fuera, toca sumar”. Sabe que así podrá lograr su último sueño: “Ganar el Mundial”.

Al final de temporada tuvo otra recompemsa. el título de la Copa de la Reina. Allí se midió a las que ahora son sus pilares en La Roja: “Éramos dos grandes equipos, que llegábamos a la final de la Copa de la Reina en una situación idílica… pero al final el coraje y el corazón del Atlético se antepuso. Cuando todo parecía perdido, tiramos de eso”.

Da igual que esos apoyos sean del Real Madrid, Barcelona, Atlético, Levante o Pachuca: “Creo que todas las personas tenemos algo que nos hace especial. Que nos hace únicas. Soy una persona que me gusta ponerme retos, me gusta ser soñado. Y ponerlos muy altos. Los límites están en la cabeza y que, si día a día sigues haciendo el trabajo, se cumple lo que quieres”. Así lo lograras todo, eso seguro Irene.

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