Gisela Robledo: “Colombia puede pensar en ganar el Mundial”
Operada de la rodilla en octubre, la futbolista del Granadilla quiere recuperarse a tiempo de jugar el Mundial. “Vendían sancochos para pagarme las botas”, cuenta a AS sobre sus orígenes.
El rostro de Gisela Robledo (Guacarí, 2003) dio la vuelta al mundo en 2020 al aparecer en un anuncio comercial junto a Leo Messi, Michael Jordan, Usain Bolt y Serena Williams. Con 16 años ya había sido campeona de la liga colombiana con América de Cali y emergía como una de las grandes promesas del fútbol colombiano. Ya en enero de 2022, y con el cartel de mejor futbolista joven de Sudamérica en 2021, cruzó el charco para fichar por el Granadilla Tenerife, en el que permanece ahora mientras se recupera de la lesión del ligamento cruzado anterior y del menisco de la rodilla derecha que sufrió en octubre de 2022, durante una concentración con su selección. Aunque entonces pareció que decía adiós a la gran cita de este verano en Australia y Nueva Zelanda, lo cierto es que la atacante cafetera espera poder acudir. “Para eso me estoy recuperando ahora, para alcanzar el Mundial”, afirma en su charla con AS, en la que también coloca a Colombia como candidata a levantar el trofeo: “Queremos primero clasificar (a octavos) y luego pensar en el título. Nada es imposible”.
Gisela acaba contrato esta temporada con un Granadilla que logró el sábado una victoria histórica ante el Real Madrid en el Di Stéfano, donde estuvo una futbolista que se reencontró con su compañera y amiga de la infancia Linda Caicedo. El esfuerzo y sacrificio de la jugadora de Guacarí y su familia, que vendía sancochos para pagarle las botas de fútbol y los billetes de autobús de su localidad a Cali (a hora y media de distancia), siempre los tiene presentes...
—¿Cómo lleva la recuperación de la rodilla?
—Está siendo un proceso largo que nunca un deportista quiere pasar, pero son gajes del oficio. Unos futbolistas no los pasan y otros sí, y lastimosamente me tocó a mí, pero he disfrutado y he aprendido mucho de esa enseñanza que me dio la vida. Hice cuatro meses de recuperación en Colombia y ahora otros cuatro en España. Hasta ahora, gracias a Dios, mi rodilla ha evolucionado superbién, las pruebas salieron superbién y eso me tiene muy contenta.
—La lesión del ligamento cruzado anterior afecta a muchísimas jugadoras...
—A mis 19 años nunca me imaginé enfrentarme a una lesión así. Siempre nos preparamos para estar bien físicamente y mentalmente, pero son cosas de la vida. Tenemos que estar preparadas para todo lo que venga, para aprender, ser más profesionales, adquirir todas estas enseñanzas… Muchas personas me han dicho que son cicatrices que quedan para toda la vida, para hacer las cosas bien y trabajar después de la mejor manera.
—¿En quién se está apoyando durante el proceso?
—Al principio decidí operarme en Colombia y así lo acordé con el Granadilla, para no estar sola: poder estar con mi familia y que me operase el médico de mi selección, Mario Figueroa. Allá pasé mis primeros meses de recuperación y fue un éxito. También quiero dar las gracias a América de Cali, que me prestaron las instalaciones para poder hacer la recuperación. Me sentí arropada y contenta, estuvieron muy pendientes de mí y ya llegamos al acuerdo de regresar al club para seguir mi recuperación en España. Hago trabajo diario y personalizado, de día y de tarde. El proceso que traía de Colombia lo estoy siguiendo aquí y eso es muy bueno para mí, para que todo sea un éxito.
—¿Es posible que esté en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda?
—Son ocho meses de terapia, adaptación y todo lo demás... Creo que va a ser algo positivo para mí porque yo sé que al final todo pasa por algo, y para eso me estoy recuperando ahora, para alcanzar el Mundial. Sé que con la ayuda de Dios voy a poder estar. Tengo que ser positiva. Y si no es así, vendrán muchas más cosas para mí en el futuro. Una quiere jugar un Mundial, más ahora cuando el fútbol femenino ha tomado mucha fuerza, también por estar con mis compañeras de Colombia... Si no llego a estar, va a ser muy duro, pero hablaba con mi entrenador y él me dice que vaya despacio, que los tiempos de pronto se pueden dar y eso me tiene muy contenta. A esperar a ver de aquí a allá qué sucede.
—¿Qué objetivo se marca la selección colombiana en esa Copa del Mundo?
—Estoy muy contenta de seguir en contacto con el cuerpo técnico, la doctora, el fisio, el director técnico, todos... Tenemos mucha ilusión por hacer las cosas bien en el Mundial, ir paso a paso, sabemos que no va a ser fácil, pero queremos primero clasificar (a octavos) y luego pensar en el título. Nada es imposible. Llegar a un título Mundial, si uno lo trabaja y lo lucha, se puede. Ahora, con la gran selección que tenemos, ese gran talento, sé que se puede lograr y se puede pensar en ganar ese Mundial.
—¿Qué se siente al vestir la camiseta de su selección?
—Para mí significa honor, alegría, berraquera… de todo. Se me eriza hasta la piel. Siempre que me coloco la camiseta de Colombia, con la Sub-17, la Sub-20, la Mayores, siempre es un orgullo de patria, de corazón. Es lo máximo. Sé que con la ayuda de Dios seguiré portando esa camiseta y siempre que me la ponga voy a dar el cien por cien de mí.
—¿En qué punto de crecimiento está el fútbol femenino en Colombia?
—Creo y sé que el fútbol colombiano está tomando mucha fuerza, lo estamos notando y se está viendo. Hemos hecho historia con la primera colombiana en llegar a un equipo tan grande como el Real Madrid como es el caso de Linda Caicedo. Tenemos mucho talento, solo tenemos que explotarlo, darle visibilidad, apoyarlo más… para que sigan pasando estas cosas de llevar nuestro talento a otros países y mostrar eso, que Colombia es el talento.
—No ha tardado en marcar con el Real Madrid, ¿cree que triunfará ahí?
—Sí. La conozco desde muy pequeña, éramos uña y mugre. Tenemos lindas experiencias: títulos, derrotas… Sí, la veo triunfando en el Real Madrid. Lo ha demostrado solamente con estos pocos partidos. Ella sabe que tiene todo el talento, pero que siga así con esa disciplina y esa humildad que la caracteriza, esa berraquera, que sabe que ha pasado por momentos difíciles, como el problema que tuvo… Linda es un ejemplo a seguir. Ahora es cuando se ven los frutos. Me acuerdo cuando nos encontrábamos en Cali para ir a entrenar a Atlas: nos tocaba caminar, coger el bus, aguantar la lluvia, llegar a casa tarde, hacer la tarea y madrugar para ir al colegio…
—Volviendo a su club, ¿qué balance hace de su primer año en el Granadilla Tenerife?
—No fue un año como yo quería. Tenía muchas ilusiones al venir a España, adaptarme al equipo, salir adelante… Pero lastimosamente me pasó lo de la lesión. En el último partido, contra el Betis, hice mi primer gol en la Liga española y me supuso mucha alegría, también al equipo, y me voy a Colombia y me lesiono... cuando ya me estaba adaptando al fútbol europeo, cogiendo ritmo con el equipo, ganándome la titularidad con el profesor (el técnico, José Herrera)… Entonces volver otra vez a adaptarme a todo eso sé que va a ser un poco difícil, pero para eso estamos. Sé que con la ayuda de todas mis compañeras y el cuerpo técnico lo voy a lograr.
—Acaba contrato esta temporada...
—Sí, termina este verano, pero ya lo hablará mi representante, que me ayudó en todos esos temas. Por ahora estoy centrada en recuperarme y hacer las cosas bien para volver lo más pronto posible.
—Entonces, ¿está tranquila al respecto?
—Sí, estoy tranquila con ese tema. Ni se me ha venido a la mente. Solo estoy enfocada en lo mío, en la recuperación, tener todo bien con la rodilla y ser responsable con eso. Lo otro lo tengo a un lado, pero ya llegaremos a un acuerdo con el club, lo más probable es que sí… Veremos a ver, no sé qué podrá pasar de aquí a este verano, pero hasta ahora está así.
—¿Cómo empezó a jugar al fútbol?
—Empecé en Guacarí, jugando con hombres. Mis inicios fueron muy duros... Me tocaba pedir ayuda para pagar el transporte, mi familia me ayudó también mucho, vendían sancochos para pagar mis botas, comprar los pasajes todos los días a Cali, llevarme de un lado a otro… Al principio mi mamá no me apoyó en la decisión de decidirme por el fútbol, pero fue algo que coloqué adelante con mi hermano y ahora se ven los triunfos. No fue nada fácil en Guacarí. Todos tenemos nuestra historia, a algunos les toca más fácil y a otros no...
—¿Qué deseo le pide a este 2023?
—Quedar superbién de mi rodilla, que sé que va a ser un éxito porque estoy metiéndole ganas, con mis terapias, levantándome cada día a hacer el trabajo, hasta cuando te levantas desmotivada porque quieres jugar… Eso es lo que más deseo, quedar superbién de mi rodilla y de ahí lo que se venga que sé que van a ser muchos éxitos. Soy demasiado joven y me queda mucha carrera de fútbol por delante.