Atracón blaugrana a domicilio

Dice la RAE que atracón es el exceso de una actividad cualquiera. Trabajar, llorar, marcar. A esto último se hinchó el Barcelona, por primera vez a domicilio esta campaña, en su visita al Villarreal. Lo hizo con gran juego desde las bandas en la primera mitad y casi sin querer en la segunda, cuando pisaron el verde las Graham Hansen, Mariona o Alexia. Para entonces Aitana, con un doblete de goles, y Ona Batlle, con otro de asistencias, habían dejado la victoria más que encarrilada. Las culés recibirán al Benfica en la Champions con su impoluto pleno en la Liga F: ocho victorias en ocho partidos disputados, 34 goles a favor y dos en contra.

Giráldez rotó una vez más, mostrando el poderío que tiene en plantilla a pesar de las lesiones. El juego puede ser más o menos rápido, pero últimamente igual de efectivo. En el equipo amarillo Soldevila, Llompart y Bicho apenas podían seguir el balón con la mirada. Es lo que ocurre cuando enfrente tienes un centro del campo formado por Walsh, Pina y la actual Balón de Oro Aitana Bonmatí. La de Sant Pere de Ribes continúa de dulce. O más bien siempre lo ha estado.

Suyo fue el primer tanto culé, precisamente en el minuto 14, a pase de Walsh. Aunque el mérito fue casi propio de la medio catalana, que giró hasta dos veces sobre sí misma para deshacerse de su par y batir a Carbonell. Golazo. Batlle estaba en plan correcaminos por la izquierda y fue la encargada de servirle el 0-2 a Oshoala que remató a placer. Imposible de fallar. Pero hay que meterla.

Las bandas funcionaban bien. Bronze asomaba por la derecha con criterio cada vez que podía. Brugts, en ese extremo, no destacaba demasiado, algo que también le ocurría a Pina, quizás algo más tapada por la presencia de Salma Paralluelo en ese extremo y la mencionada lateral catalana jugando a otra velocidad.

Los pies de Cata Coll

Solamente McKenna asustó a una Cata Coll que, tan tranquila y descara como siempre, se vengó con un regate en la frontal del área de esos que le dejan el corazón en un puño a cualquiera. Solo la portera balear puede hacer esas cosas y que el final siempre sea feliz para ella. No hubo más señales de vida del Villarreal en la segunda mitad.

Aitana volvió a ver portería tras asistencia de Batlle, Salma Paralluelo lo hizo después de un regalo de Mariona y Graham Hansen anotó el quinto de falta con ayuda de Giménez. Oshoala, al rematar de cabeza un rechace de Carbonell a disparo de Alexia, cerró la cuenta en el primer atracón a domicilio de un Barcelona que ya piensa en la Champions. Hasta el momento todos los resultados fuera de casa habían sido cortos (0-2, 1-2 y 0-1), pero nada le quita el hambre a las culés. Y el domingo hay Clásico en Montjuïc.

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