Al Mundial con mamá

El Mundial prometió ser único. Y lo está siendo por una razón: el tema de la maternidad. El fútbol femenino ha vivido en los últimos tiempos una progresión enorme. Las jugadoras de todo el mundo ya son reconocidas y las ligas, profesionales. Los derechos comienzan a ser una realidad. Eso ha llevado a que haya futbolistas que se han lanzado a ser madres.

Está siendo inédito en ese aspecto. Es el Mundial de las madres. Y de los hijos. El de los biberones, los juguetes y los disfraces de Frozen, además de los balones. En la dureza de un campeonato entran en juego la tarea de las madres. Muchas selecciones, ante tal asunto, se han posicionado por promover la conciliación. Las jugadoras no viajan solas, lo hacen de la mano de sus progenitores.

España ha roto barreras en este aspecto. La RFEF acordó un plan de conciliación revolucionario: 15.000 euros por jugadora para poder llevar familiares a Nueva Zelanda. Irene Paredes fue la primera y cuenta con el aliento en tierras neozelandesas de su pequeño Mateo. También lo está viviendo Ivana Andrés, con su hija recién nacida que con apenas un mes se ha recorrido el mundo para ver a su madre.

No son las únicas. Alemania y Francia han movido ficha. Martina Voss-Tecklenburg apoyo a Melanie Leupolz para que se llevar a su hijo con ella. “Es bueno apoyar a las madres que juegan. ¡Muchas jugadoras lo quieren!”, dijo con naturalidad la alemana. Una de las primeras decisiones que tomó Herve Renard fue permitir que las jugadoras viajen con sus hijos.

Amel Majri regresó a la convocatoria de Francia con su bebé, de tan solo 9 meses. “Es indispensable crear estructuras que ayuden a las jugadoras que tienen hijos pequeños”, explicó el seleccionador. “Debemos contar con estructuras que incluyan una guardería, es de importancia vital”. Con su aliento han llegado a los cuartos de final. También lo ha hecho la australiana Yallop. Igual que Correa, Cruz y Benítez de Argentina. Troelsgaard, en Dinamarca. La neerlandesas Van Der Gragt y Spitse. Las suecas Hurtig y Rubensson, y la jamaicana Cheyna.

Referente

Si hay una selección que abrió el camino es Estados Unidos. “Tenemos un número récord de mamás. Esto nunca ha pasado con ninguna selección. Y eso es algo por lo que hemos trabajado increíblemente duro”, admitió Alex Morgan hace unos meses. La delantera, icono mundial, fue madre de su hija Charlie en mayo de 2020. Unos meses después fichó por el Tottenham y la imagen dando biberones dio la vuelta al mundo.

No es la única que vivió eso en tierras neozelandesas. Crystal Dunn, Julie Ertz y Noemi Girma también estuvieron acompañadas. Todas ellas aseguran que un factor que les ayuda a luchar cada día más por conseguir sus sueños. La novena edición de la Copa del Mundo va a imposible de olvidar para todas ellas. Eso seguro.