¡Aitana de mi vida!

Se hizo historia, sí. Por fin, la Selección logró pasar una eliminatoria en un gran torneo y fue nada menos que en un Mundial. España fue capaz de dar un recital ante Suiza y recuperarse de la cornada ante Japón. Lo hizo sin miramientos y al ritmo de Aitana, que logró un doblete y se coronó como la jugadora del partido. No estuvo sola, fueron todas en equipo. Jugadoras como Alba o Oihane dieron un paso al frente. Laia Codina también, a pesar de haber puesto en aprietos a La Roja durante unos minutos. La Selección va lanzada hacia el sueño del Mundial.

Gloria o muerte. Todo o nada. Vilda se jugó un órdago para los octavos de final ante Suiza. Revolución en el once para soñar con hacer historia, la de pasar una eliminatoria en un Mundial y colarse en cuartos. Fueron cinco cambios, entre ellos Alexia, Mariona o Misa. Pesos pesados. Entraron Oihane, Laia Codina, Esther, Alba y la gran sorpresa, Cata Coll, en la portería. La mallorquina saltaba al ruedo en la cita mundialista sin haber jugado ni un minuto con la absoluta. Un papelón.

Pero era el día para morir matando. Con sus ideas, fieles a lo que sentían. Un día radiante en Auckland, con el sol que lucía por primera vez en un partido de las españolas en tierras neozelandesas. El día para Aitana, Alba, Esther, Paredes… Esas jugadoras que dejan huella por donde pasan y que tienen una oportunidad única de dejar el nombre de España donde le corresponde. Comenzó a rodar el balón y las primeras sensaciones no fueron buenas. Nervios en defensa. Pero España cambió el chip. Esta vez no podía pasar lo que contra Japón. Se apostó por el juego vertical por la banda de Salma y, si no, rápidamente se giraba hacia el otro costado, el de Alba.

Thalmann la sacó, pero el rechace le volvió a la de Albacete para que se la dejara en el área pequeña a Aitana, que frotó la lámpara como nos tiene acostumbrados en las citas grandes. Un recorte maravilloso para dejar sentadas a las suizas y rematar a placer con la zurda al fondo de la red. Cuatro minutos y La Roja estaba por delante. El sueño duró poco. En una jugada sin peligro ninguno fue Laia Codina la que retrasó sin mirar que Cata estaba adelantada. El balón entró, sí. La pifia del Mundial supuso el empate en contra. La fortuna volvía a no sonreír a España una vez más, con los riesgos que eso entrañaba.

A pesar del papelón, el equipo no se vino abajo. Volvieron a coger el mando las Jenni, Esther, Aitana, Alba y compañía. Fue esta última la que remató de cabeza un centro de Ona, la mejor respuesta al error de Laia y al mazazo del gol en contra. Asistencia y gol de Alba para levantar a España. Las de Vilda se estaban jugando mucho, demasiado. Por eso esta vez no perdieron la compostura. No dejaron entrever sus costuras ni cuando Suiza se lanzaba a la contra, a lo Japón. El dominio y las ocasiones más claras siguieron siendo de España. Tere probó con un tiro lejano pero potentísimo que se fue por poco.

Dominio total

España carburaba. Si no llegaba Oihane, estaba Aitana. Si no llegaba Laia, Tere cerraba. La lección estaba bien aprendida. El juego de la Selección seguía siendo muy vertical. Así llegaron dos ocasiones seguidas de Aitana, que cada vez que tocaba el balón hacía magia. Con esa magia la catalana logró el tercero mediante otro recorte entre las defensoras como si estuviera bailando. Recordó Aitana a Iniesta, ese Iniesta de Sudáfrica que es historia del fútbol español.

Antes del descanso vino el cuarto y con premio inesperado para Laia, una jugadora que lo necesitaba más que ninguna tras su error. La central marcó tras un barullo de piernas en el área. Algo necesario después de su estreno con tropezón. Un chute de energía para la catalana. Y para todas, por el espectáculo que estaban dejando en equipo. Esa fue la palabra: equipo. Y en esa parte también entró Cata, que en la primera ocasión que tuvo Suiza la solventó con galones.

España bajó de marcha pero aún así siguió amenazando. Incluso metiendo a jugadoras noveles como Eva Navarro y María Pérez, y sacando del campo a Esther y Tere. Volvió a aparecer la magia de Aitana, que esta vez asistió a Jenni que también se unió a la fiesta del gol. La madrileña se plantó delante de la portería suiza y con su clase acarició el balón hacia el fondo de la red. Lo mejor fue la presión previa que originó el tanto.

Fueron cinco pero pudieron ser más, con el desparpajo que mostró Eva, Salma o Athenea en los minutos finales. Con el muro derribado de manera brillante, España ya sueña con algo muy grande. El próximo obstáculo será ante Países Bajos o Sudáfrica. Hay equipo para todo. A por ello.