Isaac Cuenca se reinventa tras su calvario
El exjugador del Barcelona, que se retiró del fútbol profesional a los 30 años, ha superado su calvario con las lesiones y se dedica al mundo empresarial.
Debutó con el Barça a los 20 años y su irrupción en el primer equipo se ganó los elogios de Pep Guardiola, pero todas las promesas se derrumbaron por las lesiones. La carrera de Isaac Cuenca pasó en tiempo récord de sueño a distopía a partir de mayo de 2012, cuando sufrió la primera de la que sería una secuela de lesiones en su rodilla derecha.
En enero de 2013 puso rumbo al Ajax con la misión de realzar el vuelo, pero no salió bien. Volvió a Barcelona solo para confirmar su marcha definitiva y desde entonces empezó una larga lista de viajes -La Coruña, Turquía, Granada, Israel y Japón- hasta que decidió parar en 2021. “Me ha puesto en lugares que no me esperaba y mírame ahora, retirado con 30 años“, dijo Cuenca en una entrevista con el diario ARA.
“No me recuperaba bien y el médico me animó a que probara una última intervención porque no tenía cartílago y la tibia y el fémur chocaban mucho. Necesitaba dos trasplantes y volví al quirófano, pero no funcionó, así que dejé el fútbol“, recuerda el exjugador, que se sometió a hasta seis operaciones en su rodilla.
El retiro estuvo lejos de ser un martirio para él: “Después de la última intervención, la rodilla me dolía tanto que dejarlo correr me alivió. Claro que echo de menos el fútbol, pero el dolor físico era tan enorme que decidí que ya era suficiente“. En la actualidad, ya alejado de los terrenos de fútbol, Cuenca vive una nueva etapa como empresario; es cofundador de Cold2Sport, que fabrica productos de recuperación física empleando la misma tecnología que usan los enfriadores de botellas de vino.
El exazulgrana cuenta en La Graderia d’El Balcó de SER Cataluña cómo nació el proyecto: “Estaba haciendo la recuperación de la última operación que había tenido, con la idea de volver a jugar. Escuché una oferta (empresarial), escuché que había un líquido que se utilizaba para gran industria, para conglomerados, para transporte de alimentos en frío. Cuando me van explicando las características del líquido, me cuentan que se pueden parar las temperaturas a unos grados exactos, se le puede dar autonomía y es sostenible, automáticamente pensé en hacer rodilleras y tobilleras para usar este líquido para la recuperación”.
Hoy desde un lugar distinto, Cuenca echa la vista atrás y aconseja a esos jóvenes que, como él en su momento, apuntan a grandes cosas en el fútbol de élite: “Que respeten mucho los tiempos. Que una fecha marcada no sea el fin del mundo; si en cinco meses tienes que volver y en cinco meses no te estás sintiendo como debes, alárgalo a seis. Quizás el fisio tiene que rendir cuentas y que tú estés listo, pero quizás no lo estás; háblalo con el fisio, hazlo saber”.
Sobre su estado físico actual, rescata: “Hasta hace más o menos un años, que me piché células madre, no me podía levantar de la cama sin dolor”. “He empezado a tener una vida mucho más activa, pero sin jugar pádel, ni fútbol, ni correr. Hago pesas, bicicleta, natación, pero todo lo que tiene impacto no puedo”, matiza.
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