Griezmann, bajo sospecha

Durante muchos años, una década, Antoine Griezmann fue uno de los activos más importante de la selección francesa. Su récord de internacionalidades consecutivas, 84 partidos, cortado en el mes de marzo, es la mayor evidencia de que Deschamps le consideró un pilar fundamental en sus éxitos recientes. Sin embargo, después de una Eurocopa descafeinada, su relevancia con la subcampeona del mundo se ha evaporado por completo.

Griezmann fue suplente contra España, en las semifinales de la Eurocopa, y, después, no tuvo impacto en el partido una vez que entró en el terreno de juego. En la zona mixta, el segundo capitán de la tricolor se mostró sorprendido por la suplencia, reconociendo que “se estaba sintiendo cada vez mejor” y que, en una indirecta a Deschamps, había sido enviado al banquillo.

Los números de la Eurocopa suponen una continuación de su final de temporada con el Atlético de Madrid, extenuante, habiéndolo jugado prácticamente todo y sin posibilidad de descansar. Cero goles y cero asistencias es el bagaje de Griezmann en el torneo, estadísticas que suponen un aviso para su forma física.

A lo largo de toda la Eurocopa, durante todas las comparecencias públicas, todos sus compañeros han reiterado que Griezmann no estaba a su mejor nivel. Físicamente, el de Mâcon llegó fundido a tierras germanas y, aunque intentó revertir la situación, aplicándose en los entrenamientos, no fue suficiente para Deschamps, que no dudó en sentarle no una vez, como ante Polonia en la fase de grupos, sino dos veces.

Hacía diez años que Griezmann no era suplente con la selección francesa en un partido de eliminatorias en un gran torneo, concretamente desde el Mundial de Alemania en 2014. Desde entonces, el recorrido fue inmejorable. Campeón del Mundial en 2018, siendo MVP de la final, pieza clave dos años antes para llegar a la final de la Eurocopa y jugador insustituible en 2022, en Qatar, en una Francia que rozó la gloria contra Argentina en la final del Mundial.

Griezmann sigue siendo un jugador muy valorado por el staff técnico de la selección francesa, también por Deschamps, pero lo que es irrebatible es que su estatus de indiscutible ha virado completamente durante la Eurocopa de Alemania. El Mundial de 2026, en Estados Unidos, México y Canadá, puede ser su último torneo internacional, al que quiere, a diferencia de este año, llegar en plenas condiciones físicas.

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