Empate de infarto en Zorrilla

Real Valladolid y Mirandés empataron un partido en el que los blanquivioletas merecieron más en la segunda parte. Tan verdad es la anterior afirmación como que los jabatos se pudieron llevar el partido en una serie de ocasiones en los últimos minutos que pudieron acabar en gol. Los locales cierran su mala racha de dos partidos perdidos, mientras que los rojillos siguen con su buena tendencia a domicilio.

El Mirandés, como la semana pasada la Cultural, entendió que el Real Valladolid tiene problemas para generar fútbol y asociaciones por dentro, mientras que los centros no llegaban a su destino porque Latasa no es ese delantero que gana los duelos dentro del área y, cuando impacta con el balón, no acierta demasiado. De esta manera, los jabatos tenían claro que tenían que salir en velocidad y, sobre todo, buscar las jugadas ensayadas. De esta manera, Petit pudo embocar en la primera, mientras que en la segunda Barea sí acertó y el tanto subió al marcador, previo paso por VAR por una posible falta sobre Iván Alejo.

En ataque, los blanquivioletas se estrellaban frente a los tres centrales mirandeses y sólo Tenés probó fortuna desde fuera del área. Por banda no tuvo mucho más peligro el equipo local. Los centros de Alejo desde la derecha no llegaban a una cabeza pucelana, mientras que las incursiones por la izquierda de Garri no encontraban tampoco mejor destino. Incluso en una brillante intervención del canterano, que puso un balón sensacional a Federico, el dominicano no llegó por centímetros. La mala primera parte de los pucelanos acabó con bronca, la primera de la temporada, del respetable.

En la segunda parte, los pucelanos mejoraron más por corazón que por cabeza y calidad. El equipo de Almada, ya sin Lachuer que ahora mismo es la mayor decepción de la temporada, empujó a su rival buscando el empate desde el primer minuto. De esta manera, lo probaron Federico, Tenés, incluso Latasa, que cabeceó muy bien, pero el meta del Mirandés se puso la capa de héroe. El triple cambio en los blanquivioletas ayudó a mejorar la asociación por dentro. Chuki y Ponceau crearon alarma en la defensa rojilla que se fue tirando hacia su área, provocando en estos 45 minutos 12 córners.

Incluso Tomeo llegaba a la línea de fondo. Y de una jugada elaborada, con el central llegando hasta el límite del campo, apareció el francés Ponceau con un sensacional taconazo para empatar. Entonces se tocó a rebato en Zorrilla. Pudieron marcar Jorge Delgado y Chuki, pero de manera increíble el balón no entró. Justo hizo cambios valientes, metiendo a Carlos y Eto’o... el hijo del mítico marcó, en fuera de juego, y se estrelló posteriomente con Guilherme, mientras que el andaluz pudo marcar en el descuento, pero su tiro se fue por poco. El Pucela pudo ganar... y también perder.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí