El Rayo ya vuela en su competición favorita

El Rayo ha despegado desde Mollerussa en su torneo fetiche, la Copa. Bebé, Diego Méndez y Camello dieron alas a los franjirrojos, que tuvieron enfrente a rival muy serio que llegó a empatar el partido. Un cabezazo de Nico igualó el gol de Bebé en una falta directa. A pesar de esas turbulencias, los de Iraola se sobrepusieron y el canterano Diego Méndez aprovechó un lío en el área para marcar y firmar el debut ideal. Ya con toda la artillería sobre el campo, Camello sentenció y reavivó el sueño copero de la Franja, que ansía aterrizar en la final de esta edición, destino que ya acarició el pasado vuelo. Mientras, el Mollerussa demostró con ilusión, trabajo y talento, que está muy por encima de lo que dice la categoría en la que juega.

Mollerussa se volcó con los suyos. Las gradas estaban repletas para ver a su equipo, que salió con el once titular, y a un Rayo donde Camello era el único habitual en Liga. Eso no importó. Los locales salieron con el cuchillo entre los dientes, sin miedo, sin complejos. Putxi mandó alto un lanzamiento de falta, que había cometido previamente Mario Suárez sobre Jofre, pero el Rayo se fue desperezando poco a poco. Lo intentó Diego Méndez con una volea desde la frontal, que despejó Enric de puños y después, Bebé puso un centro al área que no pudo cazar Camello, gracias al buen trabajo de Sasha achicando agua. El 0-0 sólo aguantó 22 minutos. Lo que tardó Bebé en coger el balón para tirar un libre directo. La especialidad de la casa. El extremo dibujó con el interior una parábola perfecta, que superó la barrera y ante la que nada pudo hacer el meta catalán.

Se venía una tromba de llegadas rayistas, pero aquello quedó en chirimiri. La conexión de Chavarría y Pablo Muñoz volvió a asomar, pero el remate se le marchó desviado al extremo. El Mollerussa lo intentó a la contra, acompañado por los cánticos de ‘sí se puede’ en la grada. Eso le llevó en volandas y firmó un gol de Primera, no regional, sino de élite. Genís Soldevila cogió la pelota, hizo un caño a Mumin y asistió desde la izquierda a Nico, que puso de cabeza el 1-1 en el 32′. Después, Nteka y Pablo Muñoz no llegaron a conectar un centro de Camello y Adriá probó a Diego López sin fortuna, de ahí que el empate reinara al descanso.

No hubo cambios ni de onces ni de filosofías, en la reanudación. La posesión era cosa de los madrileños, mientras que los catalanes se aferraban a su intensidad y su motivación. Pico y pala. El peligro de la Franja circulaba por la izquierda, pero el 1-2 nació en un barullo en el área del Mollerussa, propiciado por una falta botada por Bebé. Diego Méndez enganchó un rechace con el exterior y el balón encontró los huecos precisos entre la defensa y Enric para adelantar de nuevo a los rayistas en el 51′. El debut soñado para el centrocampista, que hizo de todo en la medular y todo bien. Entonces, los de Iraola dieron un paso al frente. Chavarría, Bebé... pisaron mucho más los dominios de Enric.

Llegaron los cambios para dar oxígeno a un partido que no estaba ni mucho menos cerrado. Mumin y Chavarría taponaron a Totti, que encarnaba a la perfección el espíritu del Mollerussa. Según avanzaba el tiempo, los locales echaron el resto y buscaron las jugadas de estrategia, su punto fuerte. Pero su fe terminó cuando Camello sentenció (1-3) con un disparo cruzado, tras una pared con Trejo, en el 77′. Para entonces, el Rayo ya había sacado la artillería. Trejo acarició el cuarto, pero se lo frustró Bernat. Los de Jordi Cortés dieron la cara hasta el final y fueron el orgullo de una ciudad que respiró aquel fútbol de los 80...