El Gernika se deshace del Leganés en los penaltis

“Es una cura de humildad. El campo condiciona, pero no es excusa. Hemos tenido ocasiones para haber metido, pero no hemos estado al nivel que tenemos que estar. Felicitar al Gernika, ha hecho un buen partido. Las mejores ocasiones han sido nuestras, pero no ha sido suficiente. Hay que hacer más y hoy no lo hemos hecho”. Así de cabizbajo se fue Idiakez tras protagonizar uno de los batacazos del día en la primera ronda de Copa, esa que suele elegir víctimas casi todos los años y, en esta ocasión, el Leganés ha sido uno de los que salen tocados, ante un Gernika que era un manantial de ilusión. Bueno, o tal vez no tanto porque a muchos equipos de Primera y Segunda este torneo suele ‘incordiar’.

No es el caso del Gernika, que planteó uno de esos compromisos con ansias de gesta. Larrazabal es perro viejo y puso en marcha una estrategia para aguantar en la primera parte y buscar las cosquillas posteriormente, esperando el fallo pepinero. El plan le salió redondo, En el inicio de la segunda mitad Qasmi tuvo una ocasión clara que pudo decantar el choque, pero el portero Altamira empezó a gestar su día para la historia. A raíz de esa acción, el Gernika se vio espoleado y creció su intensidad, aunque el conjunto de Idiakez también mostró las garras en un par de lances, en los que siguió encumbrándose Altamira. Antes de llegarse a la prórroga ya pudieron dejar pasaportado el cruce Vega y Juwara. En el tiempo suplementario, lejos de amilanarse ante el rival de superior categoría, el conjunto foral se creyó que podía hacer la machada. Físicamente aguantaron como pudieron, con calambres y escenas agónicas. El balón residía más en el área de Riesgo que en la local.

Los penaltis repartieron los papeles de héroes y villanos. La tanda reglamentaria acabó con empate a cinco. Anotaron Navarro, Muñoz, Agirre, Arnaiz, Juwara, Raba, Iriondo, Cissé y Berasaluze. Luego convirtió Carpio y paró Altamira a Naym García. Curiosamente, el nuevo ídolo de Urbieta era seria duda, el jueves se veía fuera por molestias en la espalda, “esta semana nos ha dado mucha tabarra por la noche el crío, no se duerme”. Ayer se ejercitó “y me encontré con esas mínimas sensaciones”, Larrazabal le preguntó si podía jugar “y a una oportunidad así no se le puede decir que no”.

Altamira prosigue con el relato de la épica: “Fue muy grande el día del ascenso hace siete años (a Segunda B). Me dejó marcado, no recuerdo otros grandes escenarios como el de hoy. No sabía que el futuro me tenía deparado este regalito”, sonreía el meta local. La ambición no se detiene aquí, pero quieren disfrutar del éxito: “Vamos a conformarnos con esto y que pase el siguiente”. El meta gernikarra no es de los que estudia los penaltis de jugadores rivales, no cree en eso, “prefiero fiarme de la intuición, lo que le ves a la cara, el apoyo... no creo en eso de entrenar los penaltis”. Eso sí, vieron vídeos del Lega, pero más generales “para defender lo mejor posible” y les ataron bien. Ahora no tiene ninguna preferencia en el sorteo del miércoles, tal vez se pide un rival cercano: “El Athletic te hace ilusión, vendría todo el pueblo, en este campo todo se iguala, el balón bota y no es fácil jugar, el que más intensidad tiene suma. Cuanto más gordo sea el que nos toque, mejor, más motivados estaremos”.

El técnico del Lega presentaba otro semblante: “Felicitar al Gernika, desearle lo mejor. Ojalá les toque un Primera y puedan disfrutar aquí de una fiesta. Para nosotros esto es una cura de humildad y espero que nos sirva para entender que si no vamos al cien por cien a todos lados, no le podemos ganar a nadie”.