El campeón de Copa se olvida de ganar y casi de la Champions

El Athletic ganó la Copa, se paseó con la gabarra por las frías aguas de la ría y por una marea humana, y se vio rebosante de éxito, con una euforia que atiborró su tripa de fútbol. Indigestión. Quedaba la guinda de pelear por la Champions, pero las piernas viajan más paralizadas que un cerebro ambicioso. Desde ese éxito en La Cartuja, dos empates en casa, ante el Villarreal y Granada, que le relegan mucho con respecto al Atlético, el cuarto en estos instantes. El equipo nazarí sigue agarrado a Sandoval, suma una victoria y un empate, pero este punto tan notable les sirve para poco en su búsqueda del milagro de la permanencia. Se parecen algo los dos compromisos postcoperos: la grada arremetió contra el colegiado en ambos casos. Bien es cierto que superar el despropósito de Cuadra Fernández era imposible, así que Iglesias Villanueva simplemente suspendió. Todos se fueron malhumorados, hasta un penúltimo clasificado al que le hacía falta algo más de bagaje. Si contra el Submarino los leones brindaron un gran espectáculo, ante el penúltimo de la tabla faltó claridad, sólo se movieron con el corazón, entraron mal al choque y eso se paga caro. Es curioso: el cuadro del Nuevo Los Cármenes ha sacado dos puntos este año ante los vizcaínos, un par de empates a uno, sin marcar, con tantos en propia puerta. Es el segundo equipo que puntúa en el nuevo San Mamés sin tirar a puerta, tras el colista Alavés en 2021, ante una grada vacía por la pandemia (0-0).

Pellistri se cayó a última hora del once. El uruguayo, asediado por un virus gastrointestinal, dejó su puesto en el once a Antonio Puertas alineación. El Athletic salió con menos efervescencia que otras tardes. El Granada iba a por todas y en un córner en el minuto 6 logró el premio. Gumbau la puso en acción desde la esquina, peinó sin querer Iñaki Williams, fuera de su hábitat, y despistó a Unai Simón. Una jugada muy extraña. Los nazaríes no eran el típico equipo al que la Segunda División llama a la puerta con insistencia, metido atrás, como si fuera un autobús estacionado en un hangar. Presionaban arriba y a los leones les costaba la salida inicial del balón. Eso sí, cuando superaban ese primer agobio y alguien se infiltraba entre las dos líneas de cuatro de medio campo hacia atrás, provocaban el hipo de los andaluces. El punto bajo de intensidad vizcaína se disipó con el empate de Guruzeta, el decimocuarto tanto de este titán rojiblanco. Arrancó él mismo la jugada, llegó la pelota a Nico Williams, que apuró hasta línea de fondo. Rebotó el cuero en Rubio y despejó de mala manera Batalla. El balón a media altura lo remató Guru.

El conjunto de Valverde se activó a través de los unos contra uno de Nico:, su ímpetu y la colaboración de Sancet resultaron claves. Pero se pasaron de frenada sus compañeros, el choque se revolucionó en exceso, hubo un desorden galopante y el descontrol no les iba del todo bien. El Granada dejaba tres arriba en cada saque de esquina bilbaíno y creaba problemas. Síntoma de grandeza. Los de Sandoval jugaban alegre con la pelota, exhibían unos recursos que pocos podían sospechar con un vicecolista. En el minuto 33, de nuevo la tuvo Guruzeta, en un tiro a puerta suave esquivando a Batalla. Pero la sacó de la raya Ignasi Miquel, el que había roto el fuera de juego. El partido seguía siendo bastante rarito y se vistió aún de forma más marciana con un extraño rifirrafe de Simón, el hombre tranquilo, en el descanso con Batalla. Se fue a buscar al argentino.

El Txingurri puso a Yeray porque no se fiaba un pelo de la tarjeta que había visto Paredes, que, además, arrastraba ciertas molestias. Nada más arrancar el segundo tiempo cambió la estrategia y sacó un córner en corto, que precisamente remató con un potente disparo el central de Barakaldo y casi se cuela en la red. Los leones iban llegando, pero de forma intermitente, un arranque y parón, arranque y parón... les faltaba insistir en varias oleadas seguidas para hundir a los granadinos atrás. No había ritmo, así que Valverde probó con Berenguer por dentro para desordenar algo a los visitantes. Los laterales no eran profundos y el lío estaba montado en muchos ataques.

El choque empezaba a ser espinoso. Méndez hizo una entrada fuera de lugar a Yuri, que lleva tres años sumido en desgracias, especialmente tras una acción similar de Carvajal en la conclusión de la campaña pasada, que le dejó KO en el peroné. El lateral izquierdo montó en cólera al sentir su tobillo derecho muy dañado. Iñaki probó con un disparo lejano, al que respondió Batalla. Raúl García, ovacionado por la grada tras anunciar que deja el fútbol ,salió para el asedio en los nueve minutos finales. Pero el día estaba como suele decirse ‘de que no’. En el tramo final el cuadro nazarí ofreció una nueva muestra de debilidad atrás, tras unos cuanto remates de una zaga hasta entonces muy solidaria y hermanada con el centro del campo, Iñaki cazó una pelota suelta que no fue entre los tres palos. La salida de Herrera dio algo más de claridad en cuanto a ideas, pero el Athletic solo jugó con el coraje que se le presupone. Y si escasean las ideas, el fútbol no te sonríe.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.