El Burgos piensa en grande

El Burgos piensa en grande. Tras asaltar el feudo de Ipurua por vez primera en toda su historia, el conjunto blanquinegro vuelve a saborear los playoff a costa de un Eibar que persigue de cerca, a un punto de distancia. Un golpeo de un Fer Niño, recién ingresado en el terreno de juego, tocó en Nolaskoain, para delirio de la hinchada castellana desplazada al municipio armero. Los azulgranas, basándose en un fútbol insulso, con el que no crearon apenas ocasiones, revivieron los fantasmas del último golpe vivido en casa frente al Espanyol. En el recuerdo quedaron las buenas sensaciones obtenidas de Butarque.

En los prolegómenos del encuentro, la peña Eskozia la Brava hizo entrega a Sergio Álvarez de su galardón habitual al jugador más bravo de la temporada pasada. Aunque esa bravura bien la echó en falta un Eibar plano y sin ideas durante todo el partido. Llevando el control del esférico como era de esperar, los armeros se prodigaron demasiado con él sin apenas generar peligro. Un tímido acercamiento de Matheus desde la frontal, que no consiguió darle dirección, fue una de las pocas intentonas de los locales. Mario Soriano y Aketxe encontraban la espalda de la pareja de mediocentros burgalesa, pero en el último tercio la creatividad armera de las últimas jornadas brilló por su ausencia.

El Burgos, por su parte, espoleado por los más de trescientos aficionados que se desplazaron a Ipurua con el fin de alentar a sus jugadores, se encontró cómodo durante gran parte del primer envite, prolongando su soltura en el segundo. Ya fuera defendiendo el área en centros laterales o cuando lo hacían más alto presionando la salida de balón eibartarra, los de Bolo neutralizaron lo poco generado por los azulgranas. Incluso gozaron de oportunidades para derribar la muralla de Zidane. Matos, con un zapatazo que se marchó desviado, y Edu Espiau, sorprendiendo al meta galo con una vaselina, metieron el miedo en el cuerpo a toda la parroquia guipuzcoana. Previo aviso del desenlace final.

Con la misma pasividad con la que transcurrió el primer acto, dio comienzo el segundo. Los armeros abusaron de los envíos horizontales, que el Burgos se encargó de castigar. Una pérdida de Aketxe en el centro del campo, con todo el bloque eibartarra expuesto, supuso la galopada de un Matos que no pudo culminar su jugada individual entre los tres palos. Etxeberria, poco conforme con lo que veía en el césped rápido optó por mover sus piezas. Sergio León, Tejero y Vencedor hicieron su comparecencia dentro del mismo, pero no con el mismo resultado. La feroz resistencia burgalesa anuló por completo a unos armeros en pleno quiero y no puedo. Hasta que su esfuerzo tuvo recompensa.

Desde un saque de banda desde el costado izquierdo, el cuadro blanquinegro encontró la oportunidad que se ganó durante todo el choque, y no la desaprovechó. Curro Sánchez, en el área y libre de marca, con una asistencia sutil, habilitó al recién ingresado Fer Niño. El ‘9′ no lo dudó, y engatilló el balón con un potente disparo que Nolaskoain desvió ligeramente para desgracia de los armeros presentes en Ipurua. Los azulgranas lo intentaron hasta el final por tierra, mar y aire, pero no era su día. Por lo que les toca remar más que nunca para recuperar el puesto de ascenso directo, además de hacer lo propio con su fortín, nuevamente derribado. En esta ocasión, ante un rival que no lo había conseguido hasta el momento y que toma el asalto del hogar armero como un punto de partida para regresar a la categoría reina. Repitió la misma victoria por la mínima de la ida.