El Burgos es de hormigón

Ni que fuera de hormigón armado, el muro del Burgos es prácticamente impenetrable. Esta tarde, tras una lección defensiva y de efectivas en ataque, acaso una combinación perfecta, el equipo de Calero arrasó el Estadio de Gran Canaria ante una UD Las Palmas que, tras su racha de imbatibilidad ha perdido dos partidos en cinco días y el liderato en favor, precisamente, de su rival de hoy.

Tras hacer todo lo posible por ganar en Huesca, el equipo de García Pimienta apenas pudo hacerle daño hoy a un Burgos excelente en defensa y con las ideas claras en ataque. Pudo empatar Las Palmas por medio de Moleiro, pero se vio sentenciada en el descuento ante un equipo excelentemente bien trabajado.

Por momentos, horadar la roca defensiva del Burgos parece una misión imposible. Ni que los futbolistas de Calero fueran piezas del mismo equipo de futbolín, en su propio campo se mueven exactamente igual, con una armonía absoluta, acaso un grupo perfectamente entrenado, de cualquier manera un equipo en el que cada uno ejecuta a la perfección los movimientos que le tocan. La hueste de Calero esperaba atrás perfectamente pertrechada, mientras que Las Palmas, más allá de algún conato de peligro de Sandro, no encontraba huecos en la empalizada rival durante los primeros minutos de partido.

Haciendo mella en la paciencia local, comenzó poco a poco el Burgos a dar señales de vida en ataque. Tanto fue así que solo un atentísimo Valles, en la ocasión más clara de la primera parte, le birló el gol a Atienza. Seguía percutiendo el equipo castellano ante la impaciencia de Las Palmas, que mecía el balón a una velocidad impropia de esta ocasión.

Ni que fuera por abrasión y cabezonería, empezaron los muchachos de García Pimienta a dejarse notar arriba especialmente a través de Loiodice, un todoterreno. De hecho, un pase al corazón del área burgalesa del mediocentro francés no encontró a Sandro por milímetros, aquellos que ganó Valles para adelantarse a Gaspar cuando este le ganó la espalda a Coco. Antes del descanso dio tiempo a que Park se lesionara y a Sandro mandara un nuevo y serio aviso sobre la portería de Caro.

Tras el receso, afrontaba Las Palmas el partido con ganas de marcar cuando antes, mas el Burgos consiguió bien pronto enfriar la temperatura local. Enredados como estaban en la tela de araña blanquinegra, los futbolistas de García Pimienta entraron soberanamente en bajada cuando Curro cazó un gran paso de Matos para superar de manera espectacular a Valles en el corazón del área grancanaria.

La daga en el corazón local se pudo clavar todavía más si Atienza llega a colar ese balón que se fue al larguero de Valles. Esa suerte fue a parar a Mumo, que hizo el 0-2 en el descuento, con Las Palmas a la desesperada. Mientras, Caro, tan rápido de reflejos como bueno perdiendo tiempo desde el primer minuto, siempre con la connivencia de Ávalos Barrera, el peor del partido, le sacó dos manos prodigiosas a Moleiro y Viera, esta ya cuando el tiempo se consumía. Ni siquiera ante 10 jugadores, tras la expulsión de Atienza, tuvieron los locales opciones de victoria.