Drama en Los Cármenes

Era un partido a vida o muerte. El Granada podía colocarse a cuatro del Celta, el Almería seguir agarrándose a la categoría. Pero ninguno logró su objetivo. En un partido de necesidades, entre el último y el penúltimo se mascó la tensión. Pero ninguno logró el objetivo de sumar los tres puntos, lo único que podía mantener la fe de la salvación. Un empate que no vale a nadie. Un punto que deja a los dos con un pie y medio en Segunda.

Salió Medina con la idea de hacerse con el balón con Villar y Melendo en el once, el Almería con Viera y Embarba de inicio. Y parecía que el conjunto nazarí no se estaba jugando la vida, como quien esta en la zona tranquila. El Almería tenía más intensidad y más agresividad en los duelos, al contrario que un equipo rojiblanco dormido. La tuvo Uzuni a los seis minutos en un saque de banda que le dejó sólo delante de Maximiano, pero tardó un mundo en tirar, lo suficiente para que llegase la defensa a tapar el remate. Entonces, Hongla falló en un pase en la medular, la robó Pubill que avanzó y mandó un misil que se estrelló en el larguero y se coló en la portería. Un gol que fue un jarro de agua fría para Los Cármenes, que enmudeció. El Granada, lejos de reaccionar, se quedó el shock. Tanto que en una falta lateral Embarba hizo el segundo en un error defensivo importante, pero fue anulado por fuera de juego. Aún así, los nazaríes no reaccionaban. Y Lozano volvió a marcar, pero de nuevo en fuera de juego. Estaba el Granada jugando con fuego porque todo lo que no fuera ganar era dar un paso atrás. Tenía el balón, pero un dominio estéril ante un Almería cómodo. Y, a la media hora, Medina cambió la idea. Metió a Maouassa por Gonzalo Villar. Pero no conseguía el Granada hacer daño. Algún balón parado, un remate sin demasiado peligro para Maximiano y poco más. Con una monumental pitada, el partido se fue al descanso. Porque el Granada había tirado la primera parte.

Tras la reanudación salió otro Granada ya con Boyé en el campo. Un equipo más intenso y agresivo, que ganaba en los duelos y quería encontrar a Maximiano. Salió con todo y la primera la tuvo Hongla en un córner que remató fuera por milímetros. Después fue Langa la que evitó el gol de Pellistri cuando ya se cantaba el empate. Pero el Almería también tenía sus llegadas porque, tras el arreón inicial con varios córners, los almerienses también tuvo las suyas con Lozano y Arribas como protagonistas. El tiempo, los nervios y la necesidad jugaban en contra del Granada. Pero, a un cuarto de hora para el final, apareció Gumbau para meter un balón imposible a Uzuni que no falló en el mano a mano para poner el empate. El Granada se vino arriba empujado por la grada, que sí creía en la remontada. Tres minutos después, Gil Manzano pitó penalti a favor de los nazaríes por un derribo a Maouassa. Pero el VAR le llamó y tras la revisión lo anuló. Esto bajó los ánimos del Granada y el partido se convirtió en un ida y vuelta. Los almerienses lo intentaban con muchas espacios, el Granada teniendo el balón y llegando con todo. Lo intentó Boyé, también Pozo. Pero nadie marcó. Un empate que condena a ambos equipos ver la salvación lejos, demasiado lejos...