David López iguala el golazo de Kike Barja y da aire al Girona

El Girona sigue sin ganar, pero tampoco pierde y sumó un punto ante Osasuna que le sirve para salir, a la espera de lo que haga este lunes el Getafe en su visita al Celta, de los puestos de descenso. Un pequeño respiro para un conjunto que no despeja los fantasmas de Montilivi porque solo ha sumado dos puntos de los últimos 18. Eso sí, parece que va recuperando el gen competitivo porque trató de tú a tú a un Osasuna perfectamente trabajado y que se queda en la octava plaza.

Seis cambios en su equipo titular presentó Míchel, empezando por la portería con la aparición y debut de Gazzaniga, con el objetivo de volver a ganar y encontrar la primera meta a cero del curso, pero no todo va a ser magia. Es cierto que el conjunto gerundense arrancó bien el duelo, pero se le vio nervioso en el último pase y eso hizo crecer a un Osasuna que tardó en sobreponerse a la lesión de Abde en el 7′. Apareció Kike Barja y, tras media hora de fútbol control, los de Arrasate olieron sangre. Nacho Vidal, en el 31′, tuvo una ocasión clarísima para hacer el 0-1 tras un centro excelente de Moi Gómez, aunque quien mordió de verdad fue Kike Barja. El extremo, en el 38′, firmó un golazo, que oposita a tanto de la jornada. Se comió a Yan Couto en el cuerpo a cuerpo por un balón dentro del área pese a que el defensa del Girona tenía ganada la posición y puso la pelota en la escuadra de un Gazzaniga que no pudo hacer nada. Con el 0-1, un sudor frío recorrió Montilivi, pero el miedo a caer no hizo colapsar a los rojiblancos. Aleix García no se escondió y, en la última acción del primer tiempo, puso un balón perfecto al corazón del área. Ahí lo recogió Yangel Herrera, que no se vio con capacidad para definir (seguro que se le pasó por la cabeza el cabezazo que malogró tres días atrás en Almería) y asistió a David López que, con fortuna, remató a gol.

El Girona trató de aprovechar el subidón de llegar al descanso con un gol a favor durante los primeros minutos de la segunda mitad, pero fue un duelo marcado por los arreones. Los gerundenses no lograron encontrar la verticalidad que precisaba el duelo, ni con Riquelme y Reinier sobre el terreno de juego, porque Osasuna no les dio un respiro con una buena presión y una zaga sin fisuras. Eso sí, al final pudo haber éxtasis en Montilivi. En el 93′, Stuani tuvo el tanto de la victoria, el 2-1, pero se estrelló en el mano a mano con Sergio Herrera. El colegiado señaló fuera de juego cuando el meta desvió el balón, pero si hubiese marcado el uruguayo, el VAR lo habría validado. Al final, un punto que debe servir de punto de inflexión para el Girona y para confirmar a Osasuna como candidato a puestos europeos.