Vuelta al infierno

El viejo Carlos Tartiere ya no está. Ya no estaba cuando el Atlético jugaba su último partido en Oviedo, un 5 de mayo de 2002. Lo hacía entonces en el nuevo Tartiere, en el barrio de La Ería, a poco más de un kilómetro de donde se levantaba el viejo. Ese cuya foto se venía a la cabeza en cuanto la bola del sorteo emparejó a ambos equipos para disputar hoy (20:00) los dieciseisavos de final de la Copa del Rey (sigue el partido en directo en AS.com). El viejo Carlos Tartiere. Antic en el banquillo, Luis Aragonés enfrente, en banquillo de casa, el asturiano. El penalti que Estaban le paró a Hasselbaink en el 84′ que hubiera podido evitar ese 2-2 que confirmaba el desastre, el infierno, el descenso a Segunda, el peor día de la vida de un rojiblanco.

El viejo Tartiere ya no está, pero Oviedo espera al Atlético para volver a enfrentarse a los rojiblancos en partido oficial dos décadas después. Entre 1930 y 2002 se midieron en 82 ocasiones. Los asturianos buscan unos octavos que no alcanzan desde hace 23 años. Los rojiblancos, cauterizar heridas pasadas y curar las de una 22-23 que, sin competición europea ya y a 11 puntos de la cabeza en LaLiga, se agarra a la Copa.

La referencia de ‘Van Bastón’

Enfrente, Álvaro Cervera que llegó a Oviedo después de sus siete años en Cádiz y que tres veces se ha enfrentado al Atlético y no le ha ganado ninguna, las tres derrota. Un Cervera que ya ha repetido en más de una ocasión que no le gusta la Copa pero en esta competición quiere que su Oviedo se parezca al de LaLiga y compita el pase. De ahí que mantendrá su apuesta por el 4-4-2 con un estilo bien definido: incómodo para el rival, que espera en su campo y busca hacer daño con espacios. Mier y Miguelón, Borja Sánchez y Aceves, que rescindió ya su cesión, son las bajas. Borja Bastón, canterano rojiblanco, generación Koke, Morata, todos de 1992, la referencia. Diez goles lleva entre todas las competiciones, máximo goleador del Oviedo esta 22-23, su segunda en el club.

Simeone ya ha demostrado en las dos rondas anteriores que no quiere sustos, que no habrá rotaciones, que jugará con los mejores que tiene. Que la luz de Griezmann alumbrará esos dos-tres pasos más atrás que abren el campo a todos los demás, que Barrios puede entrar en el once para jugar con Koke en lugar de Kondogbia, y que Nahuel puede entrar por Llorente. Eso ensayó ayer a diferencia de lo de anteayer. Viajará hoy a Oviedo, por la mañana, la ciudad donde se consumó el descenso al Infierno para borrar con un paso adelante, a octavos de esta Copa, lo que tanto dolió y se lloró.