Gatillazo histórico del Zaragoza
Un error clamoroso del Poussin acabó de condenar a un equipo aragonés triste y reservón, que nunca fue superior al Atzeneta de Tercera RFEF. Nuevo ridículo de Escribá en la Copa, que no da más de sí.
El Real Zaragoza de Fran Escribá es una verdadera ruina, un equipo derrumbado y en caída libre, que sigue de mal en peor y que en el campo de El Clariano, en Onteniente, y frente al modestísimo Atzeneta, de Tercera RFEF, ha completado esta noche un nuevo ridículo histórico en la Copa del Rey, el segundo consecutivo con Escribá al mando. Un error clamoroso de Poussin, uno más, le acabó de condenar, pero en ningún momento se mostró superior a su rival. Fue un equipo triste y reservón, reflejo directo de su entrenador, que hace un mes y medio que no da más de sí.
Escribá viene hablando de cenizos, pesimistas, forofos o incrédulos, pero el fútbol siempre acaba tirando de la manta y el Zaragoza sólo ha ganado un partido de los últimos once y se marcha a la primera de cambio de la Copa tras otra eliminación estruendosa.
Escribá presentó en El Clariano un once plagado de suplentes, salpicado con dos futbolistas del filial, como el lateral izquierdo Juan Sebastián, que hizo su debut oficial con el Zaragoza, y el mediocentro Vaquero, y con Valera, situado esta vez en la banda izquierda, como único titular habitual.
Precisamente, fue Valera el primero que amenazó la portería rival, pero Ferri, el guardameta local, conjuró su disparo dentro del área con una acción providencial. El árbitro le negó después a Bermejo un claro penalti antes de que el Atzeneta se sacudiera el dominio inicial del Zaragoza e impusiera su plan de partido durante casi toda la primera parte.
Pero a los veinte minutos, cuando más empujaba con su presión el Atzeneta y menos le duraba la pelota al Zaragoza, Mollejo, siempre con la caña preparada, abrió el marcador con la zurda al aprovechar un servicio de Bermejo, el más peligroso y clarividente en ataque del Zaragoza. O el único. A Sergi Enrich, por ejemplo, ni se le vio. Fue una nulidad.
Poco le duró la tranquilidad al equipo de Escribá, porque apenas cuatro minutos después, en un despiste general de la defensa, Brandon se adelantó a Lluís López y desvió con la puntera a la red un centro-chut de Encada que se paseó por el área. El gol desconcertó al Zaragoza, otra vez plano y previsible, muy incómodo en un campo de césped artificial, y sólo dos minutos después Gorxa estrelló un disparo en el palo aprovechando un error de Poussin, al que le superó el bote del balón.
El Zaragoza se hizo con el mando tras el descanso, gracias al repliegue de líneas del Atzeneta, que se metió en su campo y encomendó su suerte a una contra afortunada o a una acción a balón parado. El equipo aragonés insistió mucho, pero le faltó precisión en los últimos metros para romper la muralla naranja. En realidad, le faltó de todo. Su mejor jugada fue un disparo lejano al larguero en el minuto 55 del debutante Juan Sebastián, que dejó una actuación muy notable en El Clariano, de lo poco rescatable del Zaragoza, al que volvió a condenar un error garrafal de Poussin al intentar despejar el balón ante Uclés. Quedaban aún veinte minutos para el final, pero el Zaragoza ya era puro humo, una nulidad, un completo ridículo.
RESUMEN
REAL ZARAGOZA: Poussin; Luna, Mouriño, Lluís López, Juan Sebastián (Maikel Mesa, 84’); Bermejo, Toni Moya (Francho, 78’), Vaquero (Jaume Grau, 67’), Valera; Mollejo (Manu Vallejo, 78’), Sergi Enrich (Iván Azón, 67’).
Árbitro: Guzmán Mansilla (C. Andaluz). Amonestó a Héctor Camps (40’), Vaquero (45’) y Carrasco (75’). Toja directa a Mikel Insausti, entrenador de porteros del Zaragoza, en el 75’.
Goles: 0-1 (20’): Mollejo. 1-1 (24’): Brandon. 2-1 (70’): Uclés.
Estadio: El Clariano. 2.100 espectadores.
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