El Cádiz hace aguas con la Arandina

El Cádiz naufragó ante la Arandina (2-1), equipo de tres categorías inferior y farolillo de su grupo, en un partido que nunca debió jugarse por las lamentables condiciones del campo de juego. Los locales se adaptaron mejor al estado del terreno, pero lo cierto es que comenzaron ganando el partido desde la arenga en vestuarios, en la que su entrenador Álex Izquierdo, definió a la perfección lo que significaba para ellos este encuentro: “Creer en vuestro yo de 10 años, en ese niño que quería jugar un día contra un Primera División”. Y vaya si creyeron.

Las fuertes lluvias que cayeron antes y durante el encuentro en Aranda de Duero dejaron el campo impracticable, con grandes charcos. Era más fácil jugar un partido de waterpolo que uno de fútbol, pero curiosamente, Hernández Maeso decidió que se disputara el encuentro. Los estragos del terreno de juego comenzaron pronto, en un balón atrás de Chust a Aznar, en el que el central se confió y casi acaba en el primer gol de los locales. Mientras en una portería el balón rodaba rápido por el césped mojado y el fuerte viento, en el otro todo era parones en los grandes charcos que se formaron.

Casi sin tiempo para adaptarse a las deplorables condiciones del campo, llegó el gol de la Aranadina, en un fuerte remate raso de Haji que sorprendió a Aznar. Los burgaleses sabían que tenían mucho ganado si se adelantaban en el marcador. El Cádiz intentaba trenzar sin éxito para buscar la igualada. En cuanto uno de los jugadores de Sergio trataba de conducir el balón, el esférico se quedaba atrás. El partido era una lucha por la supervivencia y por no perder los nervios.

Pasaban los minutos y la Arandina seguía tratando de aprovechar su mejor condición sobre el campo. Ayoub pudo poner el segundo para los suyos en otra salida a la contra en la que incluso Aznar se cayó antes del disparo, pero el brasileño estuvo rápido de reflejos para blocar el remate. Al Cádiz, al menos durante la primera mitad, le podía salvar un balón parado para conseguir la igualada. En el 34′, Navarro la colgó de esta manera y tras un gran disparo de primeras de José Mari y mejor parada de Adrián, el balón dio en el palo. Fede, perro viejo, estuvo atento para lanzarse con todo y poner la igualada.

La segunda parte dejó menos fútbol que la primera. Los balones en largo se hicieron constantes en un campo lamentable, en busca de algún error de la defensa. Esto y el balón parado era la mejor baza de ambos equipos. Caprichos del destino, en una falta lateral de la Arandina, Pesca remató con la cabeza para poner el 2-1 en el marcador. No podía haber un mejor nombre para marcar en un campo así. Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo de los de Sergio, ante un equipo que se cerró bien en banda, que incluso tuvo ocasiones para matar y que estará en el bombo del sorteo de dieciseisavos. Honor para ellos.

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