Dimitrievski y Vázquez salvan al Valencia sobre la bocina

Lo de Cartagonova fue una cosa de locos; con un final que tardarán en olvidar De Blasis y que les alivia lo que no está escrito a Corberán y compañía. Mira que pasaron cosas en los ciento y veintitantos minutos que se prolongó la eliminatoria, aunque todo se resume en dos: el penalti parado por Dimitrievski en el 119’ y el gol de Jesús Vázquez en el 121’. Ahí acabó el sueño del Cartagena, que otra vez (y van tres) se quedó a las puertas de eliminar al Valencia; ahí despertaron los blanquinegro de su pesadilla en tierras murcianas, que por momentos les hizo revivir aquella derrota útil de Valdano contra Las Palmas, la tanda de penalti de Guadix, la alineación indebida de Novelda o la eliminación del Valencia de Benítez en Alicante. Pero no fue el caso, aunque el peaje a pagar son los minutos de más que les tocó jugar.

El partido fue una montaña rusa de sensaciones, emociones y dominios. Alfredo Ortuño, a sus 34 años, con una larga trayectoria en el fútbol, aunque solo cinco partidos en Primera División de los más de 500 que suma en sus piernas, hizo lo que quiso con cuantos defensores de Corberán se encontró durante la primera mediahora. Ni le frenó Cömert ni tampoco Iranzo ni le cogió la medida en los balones largos Santamaria. El Cartagena se aprovechó de su ímpetu del yeclano y también de la desidia blanquinegra, un equipo que trotó por el campo durante la primera media hora y que solo espabiló cuando ya iba por detrás en el marcador por algún arreón puntual de Largie Ramazani, que reaparecía tras dos meses de baja.

El Cartagena, en todo momento bien ordenado, se aprovechó del sinfín de pérdidas no forzadas del Valencia para acercarse a Dimitrievski. Corberán tiró de rotaciones y lo que casi hizo fue tirar la Copa. El único con rol de titular era Danjuma y el neerlandés fue quien regaló el balón al rival en la acción del gol de Ortuño (tres eliminatorias contra el Valencia, tres goles) Quizás alineó demasiados recién salidos de enfermería (Ugrinic, Foulquier, Ramazani…), seguramente otros evidenciaron el porqué de su suplencia en Liga (Raba, Santamaria o Cömert).

El Cartagena dependía de sus fuerzas para conseguir lo que tan cerca estuvo de lograr en 2022 y 2024: eliminar al Valencia. Como era de esperar, a los de Javi Rey la segunda parte se le hizo pesada, larga, eterna. Con un Valencia que con la salida de Hugo Duro, Thierry, Rioja, Diego López y Javi Guerra se pasó los más de los minutos en campo contrario. Su asedio acabó con el gol de Lucas Beltrán, su primero desde que llegó al Valencia. Lo merecía el argentino, la verdad. Restaban 11 minutos y los de Corberán, con un espíritu del que adolecieron en los inicios de la velada, con más frescura en sus piernas que los rivales y sobre todo con las ideas claras de Rioja, intentó ahorrarse 30 minutos más de fatiga. Pero sin éxito. El Cartagena resistió. Así que a la prórroga.

Comenzaba un mini partido de media hora y lo hizo con una ocasión de Chiki que envalentonó a los de Rey y a su público. El Valencia se volvía a diluir, cuanto menos se guardó el colmillo que le había permitido empatar, y el Cartagena resucitó, disfrutando incluso de sendas ocasiones de Diego Gómez y Kevin Sánchez. Corberán achuchó a los suyos en el tiempo de descanso de la prórroga y ahí la mala suerte se cebó con ellos, con dos remates al palo de Hugo Duro y Rioja. Entre medias, De Blasis, con la veteranía de sus 37 años, sacó de sus casillas a Santamaria y éste fue expulsado.

El Valencia se quedaba con uno menos y siete minutos por delante para que alguno de los dos equipos evitara los penaltis. Y éste pudo ser el Cartagena, precisamente con un penalti (bastante dudoso por manos de Almeida, aunque sin VAR nada había que revisar). Pero De Blasis lo malogró, adivinándole sus intenciones Dimitrievski, y prácticamente en la siguiente acción, tras un córner, llegó el gol de Jesús Vázquez. Un final de locos.

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