Xavi acaba con un fantasma
El Barça logró, al fin, una gran victoria fuera de casa en Europa. El técnico devuelve a la primera línea continental al club dos años y medio después. El plan es insistir en la idea.
Todavía no se había salido completamente de la pandemia cuando, después de perder 3-0 ante el Bayern en el Allianz Arena de Múnich, un partido a puerta cerrada, Xavi dijo: “Esta es nuestra realidad y me jode mucho”. Aquella noche, diciembre de 2021, el Barça se despeñó hacia la Europa League. Por primera vez en veinte años, el Barça quedaba fuera en una primera fase de la Champions. Al año siguiente, en un grupo traicionero, de nuevo con el Bayern y también con el Inter, el trompazo fue mucho más doloroso por inesperado. Pese a la grandeza de los rivales, los fichajes de Koundé, Raphinha o Lewandowski exigían mucho más de un equipo que no dio el nivel, estuvo sensiblemente perjudicado por los arbitrajes en Múnich y Milan y terminó, otra vez, en la Europa League, donde tampoco demostró grandeza. Si en la temporada 2021-22 había sido el Eintracht de Frankfurt, el curso pasado fue el Manchester United.
El 2-3 en el Parque de los Príncipes, justo el lugar donde habían empezado las noches negras del Barça con el 4-0 del curso 2016-17, fue mucho más que una victoria. Xavi terminó con un fantasma que había perseguido al club durante siete años. El 3-0 de Turín, la noche fatal de Roma con el gol de Manolas; el 4-0 de Liverpool; el 2-8 de Lisboa contra el Bayern… Pero, más recientemente, también el 1-4 contra el PSG, el 0-3 contra el Bayern, la eliminación contra el Eintracht. O hasta las noches extemporáneas esta temporada en Hamburgo contra el Shakhtar; o en Amberes, que han complicado el Mundial de Clubes para los azulgrana. El Barça tenía la necesidad de sacudirse a lo bestia los fantasmas europeos. En París les dio un buen zapatazo porque, además, la noche amenazó con ser negra otra vez, después de que Dembélé y Vitinha, en un periquete, levantaran un 0-1.
Esta vez, el Barça sí estuvo firme y demostró que los tiempos también cambian. Futbolistas como Koundé, Cubarsí, Araújo, Cancelo, Gündogan, Raphinha, Lamine o Lewandowski (en el caso del polaco sí, pero del otro lado) no habían vivido ninguno de esos desastres, especialmente el del 2-8. No están en su mochila. Estuviesen o no en la cabeza de otros como Ter Stegen, De Jong y Sergi Roberto, en el Parque de los Príncipes se puso fin a un capítulo negro de la historia del Barça, Una victoria que bien puede apuntarse Xavi, que se comprometió a devolver la competitividad del Barça en Europa y que, a la espera de la vuelta, está a 90 minutos de devolver a los azulgrana a una semifinal europea nueve años después. De momento, el Barça volvió a ganarse el respeto de Europa unos cuantos años después. El plan de Xavi es no apartarse un milímetros en el partido de vuelta de lo que hizo en París. Jugar con personalidad y optimizar los recursos que tiene. En el Parque de los Príncipes, se saltó la construcción cuando era preciso y se adaptó con maestría al PSG. Jugó con transiciones rápidas dirigidas por Lewandowski y con el fútbol directo que permitían los desmarques al espacio de Raphinha. Simplificando el fútbol, el Barça ha conseguido acabar con un fantasma.
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