Vinicius avisa al City
En Mallorca, el brasileño exprimió sus minutos para engrasarse aún más de cara al Etihad. Regateó y chutó más que nadie en Son Moix en poco más de media hora.
En grandes o pequeñas dosis, Vinicius está engrasado. Ancelotti optó por darle descanso en Mallorca. De inicio al menos. El gigante azul que asoma el miércoles invitaba a la precaución. Eso sí, no completa. En el 63′, al campo. Ya había descerrajado el duelo Tchouameni y el 7 disfrutaría de poco más de media hora con el partido en un puño. El Madrid no amplió la renta, pero Vini advierte al City. En 31:30 minutos fue el jugador (junto a Modric) que más regates completó (cuatro) y quien más chutó. En total (cuatro) y a portería (tres). La gran ocasión de Valverde que salvó milagroso Nastasic nació de un desborde del brasileño. Acarició la asistencia en otro caracoleo en línea de fondo sin suerte al encontrar rematador. Y probó a Rajkovic sin tino, pero sin mesura. Vinicius selló minutos efervescentes en Son Moix... mirando hacia el Etihad.
Y lo hizo haciendo caso omiso a la banda sonora que le acompañó. “Se sabía que era un ambiente especial para él. Pero cuando ha entrado ha sido peligroso, ha encarado, estaba fresco... Los pitos son normales. Los pitos son sinónimo de éxito”, aseveraba Ancelotti. Un capotazo a Vini en un campo donde la grada le increpó e insultó racialmente en el pasado. Escenario donde se las tuvo tiesas con Maffeo y Raíllo. Este sábado todo se ciñó a pitada por intervención. El quid estuvo en lo deportivo, como ocurrirá el miércoles contra el City. El Madrid necesitará su mejor versión en Mánchester y Vinicius llega fino. Son Moix fue buen aperitivo.
Como lo fue el duelo del Bernabéu, al que, como Mallorca, le faltó la guinda del gol. En la ida ante los citizen, Ancelotti sorprendió colocando a Rodrygo en la izquierda y Vini algo más centrado. Como nueve y no falso. El resultado, doblete de asistencias. Un pase milimétrico a la espalda de los de Guardiola que selló su compatriota y un centro que Valverde convirtió en oro de volea. Y una sensación de que faltó pólvora para que el triunfo táctico de Carletto hubiera derivado en triunfo deportivo. Erró el Rayo su doblete con un chut centrado y el de São Gonçalo elevó demasiado un mano a mano ante Ortega. Faltó puntería, pero la receta funcionó. Todo apunta que el de Reggiolo repetirá pizarra.
A la caza de Jude
Vinicius está mentalizado. Y en forma. Más allá de las dos últimas noches. La 2023-24 comenzó trastabillada. Se perdió 31 días (seis partidos) por una lesión muscular en la pierna derecha y posteriormente 44 días más (siete encuentros) por un desgarro en el fémur. Un futbolista que parecía de titanio, sangrando. Pero el cambio de año cortó la hemorragia. De problemas físicos y de estado de forma. La falta de ritmo lastró sus números, al tiempo que Bellingham goleaba a lo Cristiano. Jude llevaba 17 tantos el 31 de diciembre, Vini sólo seis. Vaticinaba Ancelotti en noviembre que tanto él como Rodrygo meterían “más goles que Bellingham a lo largo de la temporada”. E insistía: “No tenemos ninguna duda”.
A 14 de abril, la afirmación está próxima a ser realidad. El centrocampista inglés lleva 20, el de Osasco 16 y Vinicius, 18. En lo referente al 7 blanco, acompaña sus festejos con nueve asistencias y un penalti forzado. Hasta Año Nuevo, 0,55 goles y 0,28 asistencias por 90 minutos. Desde entonces, 0,75 y 0,31. En definitiva, por cada partido completo, Vinicius participa en 1,07 tantos de manera directa. Esa reubicación, mínima porque en la práctica totalidad de la temporada se ha desempeñado como ariete, a una posición más centrada es entendida en el cuerpo técnico blanco como una manera de acercar al festejo a Vinicius.
Algo que ha hecho con asiduidad en una Champions que ha convertido en su propio jardín. Líder en las tres últimas temporadas en participaciones en goles (29, por los 26 de Mbappé), en asistencias (15, por las 10 de De Bruyne), pases decisivos (65), regates exitosos (98) y duelos ganados (197). El contexto como aviso a Guardiola.
Con la vista en 2022
Y sin perder de vista a 2022. No lo hizo la temporada pasada (4-0), pero Vini sabe cómo bailar en el Etihad. En otro encuentro que venía de nalgas, en el curso anterior convirtió la banda mancuniana en su autopista. Dejó atrás a Fernandinho y batió con clase a Ederson. Fue el 3-2 en un 4-3 final donde el resultado fue la mejor noticia para Ancelotti. El resto está escrito en dorado en la historia blanca, la 14. Sin ese eslalon, nuestro protagonista quizá no hubiera podido marcar el gol de París. En el Etihad tiene cara y cruz. El miércoles busca el lado bueno de la moneda.