CHAMPIONS | PSG

Un abismo entre Messi y Mbappé

La escasa sintonía que exhibieron Messi y Mbappé en Múnich remite a un tema futbolístico. Jugaron muy lejos el uno del otro y apenas conectaron.

El Bayern fue el Bayern, el PSG fue el PSG. La caída parisina en la Champions remite a las causas de eliminaciones anteriores, al verse un equipo inconsistente y sin alma competitiva, pero también escenificó la apocada conexión entre Messi y Mbappé en el partido. Apenas enlazaron, apenas se aprovecharon de la atención que generan tanto el uno como el otro en los rivales. Hubo un abismo entre los dos que acabó con el PSG en la lona. Una vez más.

Entre Messi y Mbappé se intercambiaron sólo cinco pases (tres del argentino y dos del francés). La cifra, de por sí, resulta elocuente, más si se establecen comparaciones con el mapa de conexiones con otros compañeros. Messi, por ejemplo, como armador ofensivo que fue, se alió con otros siete jugadores del PSG más que con Mbappé. Como explicación surgen varios motivos, ninguno relacionado con una supuesta falta de implicación de ambos. Messi pidió una y otra vez el balón y participó de lleno en la creación: 73 toques, tres pases clave, 19 balones perdidos... Mbappé, por su parte, no dejó de lanzar desmarques, aunque no entró tanto en juego como le gustaría. Sólo intervino 32 veces de forma directa y no ganó ninguno de los cinco duelos principales que afrontó.

Mapa de ocasiones creadas por Messi.
Mapa de remates y goles esperados de Mbappé.

Reflejados los números, conviene encontrar las razones. La principal justificación residió en la distancia entre uno y otro. Galtier apostó por engordar el centro del campo con hasta tres jugadores, pero aun así Messi bajó a recibir a esas zonas con Mbappé muy adelantado (ver los campos de calor inferiores). De esta forma, su posible conexión quedó reducida a jugadas de transición en las que el argentino buscaba poner a correr al francés con algún envío en largo. Fue algo episódico y fallido.

Zonas de influencia de Messi.
Zonas de influencia de Mbappé.

Esa lejanía entre Messi y Mbappé se dibujó durante todo el encuentro y limitó la actuación de ambos. No sacaron provecho de las vigilancias que hacía el Bayern sobre ellos. Kimmich y Göretzka estaban pendientes de Messi; Stanisic y Upamecano de Mbappé. Cuando Messi venía entre líneas, hubiera convenido que Mbappé estirara más o apareciera en un escalón intermedio. Cuando el francés se abría o lanzaba la ruptura a modo de señuelo, se echó en falta que Messi pisara más zonas de ataque. En las situaciones que se dieron estas circunstancias, el PSG apuró al Bayern. Lo mismo que ocurrió en la única ocasión que se asociaron en un ataque posicional. Una sola vez en un partido que volvió a dejar en la cuneta al PSG en Europa y que exhibió la desconexión entre Messi y Mbappé.

Conexión directa de Messi y Mbappé.

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