Salvador Grimaldo

El regreso de Woltemade a tierras alemanas terminó en un memorable intercambio de golpes entre Newcastle y Leverkusen que no le sirvió a ninguno de los dos. Un gol y una asistencia de Gordon les sirvieron a los ingleses para remontar el tanto inicial del conjunto de las aspirinas, obra de Bruno Guimarães en propia puerta, pero una diana de Grimaldo en el último suspiro colocó el 2-2 final en el marcador. El empate deja al Newcastle decimosegundo y al Leverkusen vigésimo, impidiendo a ambos cuadros levantar el pie del acelerador en las últimas dos jornadas de la fase de liga en Champions.

Sin el técnico renano Hjulmand en el banquillo, que se ausentó por “motivos personales” según el club, pero con Grimaldo plenamente recuperado, el Leverkusen firmó un gran inicio de partido y se adelantó con algo de fortuna. Un córner ejecutado por Aleix García derivó en un cabezazo de Andrich que rebotó en Bruno Guimarães y terminó en el fondo de la red visitante. Golpe de suerte de un conjunto de las aspirinas que, salvo una pena máxima de Thiaw sobre Schick que el VAR terminó anulando, se vino abajo y permitió recomponerse al Newcastle.

Tanto que, nada más comenzar el segundo período, directamente decidió regalarle el tanto del empate a los ingleses. Se le hizo de noche en la salida de balón a Flekken, que intentó regatear a Woltemade y le derribó cuando el delantero estaba a punto de robarle el cuero. Gordon no perdonó desde el punto de penalti, dándole alas a un Newcasle que terminó remontando en un cabezazo de Miley a centro del imperial Gordon. Se tambaleaba el Leverkusen. Estuvo a punto de encajar algún gol más. Hasta que apareció Grimaldo para finalizar una gran jugada con su pierna derecha y rescatar un punto para los suyos.

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