Rodrygo, en su momento mágico
El brasileño se ha entonado justo antes de su escenario preferido: las grandes noches. Van dos partidos seguidos marcando. Lleva 15 goles y ya se asoma al desafío de los 20, su récord personal.
Algo tiene Rodrygo con las grandes noches. Con los partidos de enjundia. Un feeling que quiere volver a sentir. El propio City fue víctima de su leyenda hace dos temporadas, cuando el brasileño anotó uno de los dobletes más inverosímiles en años –si no en todos los tiempos– para mandarle a la lona y cambiar el guion de la historia. Paradojas de la vida, también fue justo después de un doblete en Liga (en un 4-0 al Espanyol, la tarde del alirón). Y es que es ahí, en las tablas donde a la mayoría de los tenores les tiembla la voz, cuando él se entona como pocos. Y justo ahora llega ese momento. La Champions, el suyo.
Le pilla bien, porque arrastraba una losa en forma de sequía que empezaba a pesar demasiado. Hasta el España-Brasil sólo había marcado un gol desde Arabia (al Girona). Uno, en 13 partidos. En más de dos meses. Pero fue en aquel amistoso donde empezó a encontrar la pólvora perdida. Con la inocente, pero inestimable ayuda de Unai Simón, dibujó una vaselina perfecta para hacer el 2-1 y volver a marcar. Una especie de pregón que se confirmó ante el Athletic.
Reto personal: 20 goles
Ahí, en el último partido que se ha jugado, fue el autor del doblete de la victoria (2-0). Y la gran estrella. En ausencia de Vinicius, sus dos goles se cocinaron por la banda izquierda. El primero, un derechazo al palo largo desde la frontal y el segundo, un chut sutil por el primero, tras firmar un recorte sobresaliente para deshacerse del defensa. Dos zarpazos que le han hecho alcanzar los 15 goles y ponerse a tiro del que es su gran desafío personal: llegar a los 20, la que sería la mejor marca de toda su carrera. Está ahí, lo sabe.
Vuelve la ‘VBR’
Rodrygo se ha reencontrado con el gol en el momento exacto y transmite hambre de cara a lo que llega. Ilusión por repetir otra noche memorable. El martes, el City en el Bernabéu. Un partido grande, de los que, sin haberle encontrado aún una explicación lógica, le quedan como anillo al dedo. Será titular, acompañado de Vinicius (de vuelta tras cumplir sanción y casi un mes sin jugar) y Bellingham. En sus botas reside la esperanza del madridismo, que llenará el estadio hasta la bandera. Será un partido mayúsculo. Momento Rodrygo.