¿Qué hacer con Rüdiger?

Vinicius contra Haaland. Todos los focos del planeta fútbol les apuntaban. El brasileño brilló: goleador y líder. Al cyborg le desactivaron. 51 goles esta temporada. Suficiente amenaza para tener claro que la mejor defensa era evitar su ataque. Inhibir al gigante noruego. Y Alaba y Rüdiger sacaron sobresaliente. Especialmente el alemán, de matrícula de honor. Sin el sancionado Militao, el berlinés demostró que el traje de mariscal de la defensa blanca también es de su talla. Haaland fue una sombra del tirano que acumula registros estratosféricos. Rüdiger fue el actor protagonista y mandó al futbolista nacido en Leeds a un segundo plano.

Desde el minuto uno, Rüdiger y Alaba tuvieron un ojo para Erling y otro para el resto. Mientras, entre Valverde y Kroos se encargaron de cortar el cable que le conecta con Kevin de Bruyne, una sociedad que es la gallina de los huevos de oro del City de Guardiola. El belga sí apareció con el gol(azo) del empate. Haaland no. Acostumbrado a marcar diferencias con su físico privilegiado, Rüdiger fue la horma de la bota del delantero. En los cuerpo a cuerpo, baile donde habitualmente marca el ritmo el citizen, apenas logró sacar ventajas ante Rambo.

La jugada más peligrosa de Haaland fue en el 52′, pero ahí estuvo Alaba para cortar de raíz. Gündogan encontró su desmarque y tras una zancada larga y en carrera en el área, el austríaco se fue al suelo para poner la venda antes de que apareciera la herida. Y en el 16′ cabeceó bien, desembarazándose de la marca blanca, aunque sin darle veneno al remate. Hasta ahí, amén de un tímido disparo con la zurda. El resto del encuentro de la estrella del Manchester City fue un quiero, puedo, pero no me dejan. El Real Madrid, con Rüdiger a la cabeza, le secó por completo.

De los 22 titulares, Haaland fue quien menos participó, con 21 intervenciones. Por debajo incluso de las 29 de Ederson y lejos de los siguientes jugadores de campo, Rodrygo y Benzema, que entraron en contacto con el esférico en 37 ocasiones. También fue el farolillo rojo en cuanto a pases completados (9) e intentados (12) y en su balanza positiva quedaron sus tres recuperaciones. No es Haaland un futbolista que necesite excesiva actividad para producir, pero la pizarra de Ancelotti le ha dejado bajo mínimos en su debut en el Santiago Bernabéu. Venía de marcar cinco goles al Leipzig y dos al Bayern. 12 en ocho partidos de Champions. En el noveno, se apagó la luz.

¿Y cuando vuelva Militao, qué?

¿Y cuando vuelva Militao, qué? Es la pregunta que mucho madridista reflexiona. Rüdiger se ha erigido como la kryptonita de Haaland. Su mejor partido desde que fichó por el Real Madrid y en el contexto más complicado. Un encuentro donde el del distrito de Neükolln paró al futbolista imparable. A su lado, Alaba redondeó una actuación conjunta excelente. Una pareja que, en la vuelta, apunta a romperse. ¿O no? Militao ha mostrado una cara desconocida en sus últimas apariciones. Contra Girona, Real Sociedad u Osasuna en Copa, el brasileño ha sido demasiado optimista, que diría Ancelotti, con varios fallos que han costado goles al equipo blanco. “Sí. Debe despertar. Y pronto”, disparó Carletto tras la derrota ante los txuri-urdin.

No obstante, durante el resto de la temporada, Militao estaba -y sigue estando- en competición al título honorífico de mejor central del mundo. “Es una opinión de cada uno, pero creo que estoy en el camino”, razonaba antes de la vuelta contra el Chelsea respecto a la lucha por la cima en su demarcación. Resulta quimérico pensar que el de Sertãozinho no vaya a salir de inicio en el Etihad, pero ello implicaría tomar decisiones. En el once de gala de Ancelotti, Militao es el central derecho y Alaba el izquierdo. ¿Y Rüdiger? También se presupone aventurado sentar al ‘anti-Haaland’. ¿Sería entonces el vienés el damnificado después de un encuentro estupendo? Mucho interrogante. Ancelotti tiene tres centrales titulares y un problema. Bendito, pero problema al fin y al cabo.