OPORTO-ATLÉTICO DE MADRID
¿Qué fue de Jackson Martínez?
El colombiano fichó por el Atlético en 2015, tras anotar 92 goles en tres temporadas con el Oporto, pero en Madrid nunca encontró su mejor versión y acabó saliendo en el mercado de invierno de esa misma temporada.
Hablar de Jackson Martínez (36 años), pese a su indiscutible trayectoria en el fútbol profesional, es hablar de lo que pudo ser y no fue. El colombiano asombró a media Europa en Portugal, durante tres años en los que alcanzó, de manera consecutiva, el premio a máximo goleador de la competición con el Oporto. Parecía llamado a seguir la estela que años antes había dibujado su compatriota Radamel Falcao, pero su difícil adaptación al conjunto rojiblanco, potenciada por unos problemas en el tobillo que, más tarde, le acabaron obligando a retirarse de forma prematura, truncaron su proyección.
De gran envergadura, zancada amplia e imponentes dotes físicas, el delantero demostró también un gran olfato goleador durante los tres cursos que estuvo en el conjunto portugués, donde más sobresalió. Algo que le permitió ir convocado con la Selección Colombiana en el Mundial de 2014 y llevó al Atlético de Madrid a firmarle por 35 millones y cinco temporadas en la campaña 2015/2016. Sin embargo, en el Calderón tan solo fue capaz de anotar tres dianas en 22 partidos y, ante la falta de continuidad y las malas sensaciones, salió del club en ese mercado de invierno. A partir de ahí, nunca volvió a ser el mismo. Puso rumbo a China y, tras volver nuevamente a Portugal años después, en 2020 anunció su retiro futbolístico. Actualmente, se dedica a la música y a su familia. Es cantante de rap con temática cristiana y sigue una vida tranquila junto a los suyos.
Unos comienzos difíciles
Natural de Quibdó (Colombia), su madre le puso Jackson de nombre, en referencia a Michael, el mito del pop. Allí, más concretamente en el pueblo de Chocó, creció pegado a un balón. Su padre había sido futbolista y él vivió siempre ese ambiente en su casa. Pese a ello, se interesó antes por el baloncesto. “Me llamaba mucho la atención, pero entendía que tenía un mayor potencial en el fútbol”, comenta en el programa colombiano ‘Se dice de mí’. Comenzó a jugarlo desde pequeño y, rápido, fue consciente de su destreza. Su poderío físico y su capacidad para anotar no entendieron ni de las dificultades económicas que atravesaba su familia ni de las botas de gama baja, y mil veces cosidas, que calzaba. Pronto, llamó la atención de Independiente de Medellín, equipo que le reclutó para las categorías inferiores y le dio la alternativa en el fútbol profesional.
En Independiente debutó en 2004, pero no fue hasta la temporada 2008/2009 cuando se consolidó de manera definitiva como uno de los baluartes del torneo colombiano. Tanto es así que el Jaguares Chiapas de México le fichó el curso siguiente. En el club mexicano permaneció tres temporadas, en las que sumó 36 goles. Su adaptación al equipo no fue fácil y en más de una ocasión el jugador ha reconocido que llegó a plantearse, entonces, dejarlo todo y regresar a su país tras las críticas recibidas. Anotó nueve goles en 13 partidos, en su primer curso y siete en 21, en el segundo. Cifras que mejoró exponencialmente en el tercero, con 20 en 35 encuentros. Su última temporada, principalmente, hizo que el Oporto pusiera sus ojos en él. El elenco de los dragones vio en colombiano una perfil continuista a la delantera de la que había gozado en los últimos años, con Falcao y Hulk como principales exponentes, y pagó nueve para hacerse con sus servicios. Allí, se convirtió en uno de los delanteros con mayor proyección del continente.
Época dorada en Oporto
En los tres años que estuvo en Dragão ganó una Liga portuguesa y dos Supercopas, y se labró el estatus de ídolo absoluto. Durante su periplo, el equipo se clasificó en dos ocasiones para las rondas finales de la Champions. En la primera (12/13) el Málaga de Pellegrini les apeó en octavos, y en la segunda (14/15) fue el Bayern, en cuartos, su verdugo. En todas esas aventuras, el de Quibdó tuvo un gran protagonismo, principalmente en el apartado goleador. Tanto es así que solo lo conseguido en esos tres años, sumado a un único gol con el Atlético a la temporada siguiente, le convirtió en el colombiano que más goles ha marcado (14), junto a Falcao, en la máxima competición europea, récord que actualmente sigue ostentando. Llegó a ser pieza clave también en la Liga NOS, con 77 goles, y se marchó del club con 92 tantos entre todas las competiciones.
Con su Selección ya llevaba varios años en el candelero. Tras debutar el 5 de septiembre de 2009, su gran rendimiento le había llevado a participar en 2014 en el Mundial de Brasil, junto a hombres como James Rodríguez o Cuadrado. Sin embargo, sus problemas físicos, siempre con el tobillo como origen, lastraron lo que parecía que iba a ser una larga y satisfactoria trayectoria. Su último partido con los cafeteros lo disputó el 12 de noviembre de 2015, contra Chile. En ese encuentro tuvo que ser sustituido en el 85′, precisamente por una lesión en el tobillo.
Fiasco atlético
Ya por entonces militaba en el Atlético. El conjunto rojiblanco le fichó ese verano, a razón de 35 millones, ante la marcha de un Mario Mandzukic que sólo completó una temporada en el club (20 goles). Pero, con Simeone, Jackson nunca encontró su sitio. Ese jugador arrollador y potente que había demostrado ser en Portugal mutó, en los escasos siete meses que vistió la camiseta colchonera, a timorato y fallón. Tampoco le ayudaron las lesiones. Si bien durante toda su carrera había tenido problemas de tobillo, dada su fisonomía, ese esguince con Colombia el 12 de noviembre, en un parón de Selecciones, le apartó también del Atlético siete partidos (cinco de Liga y dos de Champions), cuando acumulaba cuatro titularidades consecutivas en la competición doméstica (ante Real Sociedad, Valencia, Deportivo y Sporting). Regresó el 30 de diciembre frente al Rayo, pero ya no volvió a gozar de continuidad. Jugó algunos minutos en otras seis ocasiones, hasta que el 2 de febrero firmó por el Guangzhou chino (42 millones). Se marchó con un balance de 3 goles en 22 partidos.
Partir al país asiático, según ha comentado a posteriori, nunca fue su prioridad. Pero la situación le llevó a cambiar de aires en una liga menor que nunca llegaría a ver al mejor Martínez. Su experiencia en China fue traumática. En las dos temporadas que perteneció al club, estuvo 18 meses de baja, a consecuencia de dos operaciones de tobillo. Metió cuatro goles en los 16 partidos que disputó. Rendimiento que llevó al Guangzhou a rescindir su contrato unilateralmente en marzo de 2018.
Una nueva vida
Tras esa dura etapa, retornó a Portugal en busca de mejores sensaciones. Pero, a pesar de gozar de una mejor salud, en el Portimonense no alcanzó nunca el nivel que le había catapultado años atrás en esa misma liga. El primer curso (18/19), lo cerró con nueve tantos en 27 partidos. Sin embargo, su pobre rendimiento en el segundo (19/20), con un gol en 24 encuentros, sumado a las malas sensaciones que arrastraba, le llevó a colgar las botas el 7 de diciembre de 2020, con 34 años.
Actualmente, se dedica a la música. Su pasión por la religión y el rap le han llevado a convertirse en cantante de música cristiana. Ha lanzado dos discos: ‘Las dos Puertas’ y ‘No temeré’, y lleva una vida con la que asegura sentirse en paz, resguardado en su familia y en la espiritualidad, lejos de los vicios que reconoce haber tenido. “No sería la persona que soy hoy si no hubiese pasado por todas las dificultades que pasé”, ha comentado a posteriori.