La BMV acaba en E

Por delante, 40 metros de carrera. Casi en meta, a un lado Mbappé, al otro Vinicius. Pero “Endrick tiene huevos”, asintió Ancelotti. Desenfunda y cañonazo desde la distancia. Todo personalidad y valentía. A la red. Broche a una victoria complicadísima ante el Stuttgart. El 3-1 sobre la bocina. “Es capaz de hacer cosas que nadie puede pensar”, se complementó el de Reggiolo. “Si lo falla, le mato”, bromeó Courtois. “Está muy loco”, sonrió Rodrygo. “Lo que importa es marcar”, añadió Kylian. Saltó al campo en el 80′ y tras un cuarto de hora, zas. El mejor resumen, como hiciera el curso pasado con Güler, el de Carletto: “Tiene un golpeo muy fuerte y muy rápido. Se ve que tiene algo especial”. Endrick compra oportunidades con goles.

Ya son dos tantos en apenas 20 minutos (sin contar descuentos). En su debut liguero ante el Valladolid, a los cuatro minutos, y anoche contra el Stuttgart. Cada 10′ rompe un cántaro. Promedio irreal, pero reflejo de la realidad del brasileño. A sus 18 años y 58 días, le tocó a la máxima competición continental. El zurdo de Taguatinga se entrenaba en la Champions. Con el Madrid y en el Bernabéu. Palabras mayores. No para un chico acostumbrado a los flashes y a los récords. El zarpazo al equipo suabo le sirvió para apuntarse alguno nuevo. Nadie había marcado tan joven con el equipo blanco en Copa de Europa ni en cualquier competición internacional, al destronar a Raúl (18 años y 113 días), en los 122 años de historia del club. Siempre coqueteando con imposibles.

Con Brasil tardó cuatro minutos en presentarse con diana al Bernabéu, en Wembley ‘esperó' hasta el 9′ y con Palmeiras escribió un libro de hitos. Debutante más joven (16 años, 2 meses y 15 días), goleador más precoz (16 años, 3meses y 4 días), primer futbolista en ganar títulos en todas la categorías del club (sub-11, sub-13, sub-15, sub-17, sub-20 y como profesional)... Y volviendo al blanco, también se une a un listado de debutantes goleadores tanto en Champions como en Liga. Morientes, Cristiano, Isco, Asensio, Bellingham... y ahora Endrick, un adolescente que se cocinó el mejor regalo de boda posible. Su mejor luna de miel.

“Tenía a Mbappé y Vini, pero la mejor opción fue tirar”

¿Cómo lo vivió? “Entré como extremo derecho y en la primera jugada pasé a Vinicius, pero no pudo hacer gol. Y en la segunda tenía a Mbappé y Vini, pero la mejor opción fue tirar. Cuando estaba a punto de entrar al campo, Rüdiger me dijo que estuviera listo para hacer el gol. Estoy muy contento por mi debut y mi primer gol en Champions en mi carrera”. Lo explica con sencillez, con la inocencia que le ha hecho conquistar al vestuario. Para muestra, el propio Rambo, avivando la broma de Charlton: “Endrick... ¡No, no! Perdón, quería decir Bobby (carcajada). Tiene muchísima personalidad y gracias a Dios funcionó. Si no, hubiera sido un problema enorme”. Chascarrillos repetidos por todos sus compañeros, que pasaron de la incomprensión a la sonrisa cómplice cuando decidió “fumarse” (Courtois dixit) a Mbappé y Vinicius.

Números

Fue su partido con mayor rodaje. Exprimido al máximo, además. Efectividad máxima. Un remate entre los tres palos, gol. Sólo falló un pase (6/7). Generó una jugada dorada en la que dejó solo a Vinicius. No regaló esfuerzos: dos recuperaciones y una entrada exitosa. Y se dio un baño de masas en la celebración, para mimetizarse con una grada encendida. Como Brasil, un país enloquecido en redes con la actuación del 9 de la Verdeamarela. Endrick no pretende correr antes de andar, pero siempre ha quemado etapas a toda velocidad. En el Madrid (y en la selección brasileña), también.

Mbappé, Bellingham, Vinicius o Rodrygo, los cuatro fantásticos, aglutinan focos. Con razón, pues el Rayo, el mejor atacante blanco del encuentro en una actuación irreverente, cocinó el gol que terminaría enjaulando Kylian. Mientras que en Vini germinaron brotes verdes tras un duelo oscuro, más allá del gol y el penalti forzado, ante la Real. Pero Endrick quiere entrar en esa ecuación lo antes posible. Que sea el Madrid de Mbappé, Bellingham, Vinicius, Rodrygo... y Endrick. Consciente del complicado contexto que se le presenta cuando todas las piezas figuren en el puzle, se siente preparado. Contar con un cañón en su pierna izquierda y confianza que rompe moldes ayuda.

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