Kroos, quédate

En el postpartido del Clásico, el vestuario madridista recibió una figura enorme enfundada en un traje oscuro con camisa blanca nuclear, a juego con su dentadura. Era Tom Brady, el mejor quarterback de la historia de la NFL. Lo que en Sudamérica se conoce como mariscal de campo. Una suerte de traducción muy libre que encaja como un guante con cómo se maneja, en su deporte, Toni Kroos.

El alemán ordena, manda y ejecuta. Como hacía Brady, escanea opciones, busca soluciones y sobre todo, encuentra grietas. La que le insinuó Vinicius sacando a Kim Min-Jae de la cueva bávara, Kroos la explotó sin piedad. Le hizo una señal a Vini con el brazo derecho de ‘te voy a poner la pelota ahí’ en referencia a la espalda del central coreano y ahí la colocó, rasita y con la velocidad justa para que el turbo del brasileño se encontrase un balón manso y Neuer a placer. Es la tercera vez que se repite la maniobra. Kroos otea sin prismáticos, ve el resquicio débil, mediante una seña activa la velocidad de Vinicius y touchd... ¡gol!

La capacidad de Kroos para continuar siendo prácticamente infalible es asombrosa. Lo corroboran los datos. Su 95,7 por ciento de acierto en el pase es el mejor porcentaje en esta Champions. Sus 696 pases son, también, el récord de esta edición hasta el momento.

Es habitual ver a los grandes quarterbacks indicar a sus receptores con un gesto a dónde va a mandar el ovoide. En el caso de Kroos, siempre con Vinicius, la primera vez fue en el Clásico de marzo de 2020. Kroos le pidió el desmarque con el brazo izquierdo, Vini le hizo caso y terminó en gol con la ayuda de Piqué. El 7 de abril de 2021, en la ida de cuartos contra el Liverpool, mismo método y resultado. El teutón desveló el truco a su compañero y Vinicius le arrancó las pegatinas a Alexander-Arnold para marcar el 1-0.

“Hay que estar concentrado para esos balones, Toni lo hace fácil y me ha regalado este gol, nos conocemos bien...”, aseguró Vinicius ayer en Múnich. Kroos, como si fuera un pase más de los suyos, devolvió el piropo. “Mucho crédito para Vini, que me ofrece el pase con el movimiento, por eso la puse al espacio...”, explicó el 8 blanco, que como buen mariscal de campo, sabe poner en valor las virtudes de sus receptores. “El pase no ha sido tan, tan especial. Vinicius también es listo, sabe cuándo se tiene que mover al espacio, donde ahí ya es difícil pararle”.

Esfuerzos cada vez más medidos

Tanto le gustó su propio partido a Kroos que no le gustó ser sustituido. Como le pasaba a Brady, es un perfeccionista nato y se fue sin poder terminar de firmar su obra en Múnich. Se le está dosificando. Esta temporada ‘sólo’ ha sido titular 31 partidos, la cifra más baja desde su primera temporada pero no en el Madrid, en el Bayern (2010-11). Hay Kroos para más y la pelota, la de su continuidad, la tiene en su tejado.

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