João Mario echa un cable a la Real Sociedad

Solo De Vrij y Acerbi repitieron en Da Luz ante el Benfica en la alineación inicial del Inter Milan respecto al último choque de la Serie A, ante la Juventus (1-1). La rotación masiva de Simone Inzaghi, en la que guardó en la despensa a los Lautaro Martínez, Marcus Thuram o Barella entre los ocho cambios que ejerció ante la inminente visita el próximo domingo del Nápoles al Giusseppe Meazza pareció desplegar una alfombra roja al Benfica. Al menos, en el primer acto. El Inter, con un ojo y medio en la Serie A tras asegurar su pase a octavos la pasada jornada, pareció fiarlo todo a esa final en Milán por el liderato del grupo en la que solo le vale ganar y fue cazado de inicio por Las Águilas.

João Neves domó tanto a Klaassen como a Asllani, y Frattesi, el GPS elegido por el técnico italiano para indicar el norte futbolístico al Inter a falta de Barella, fue engullido por la alta actividad del trío de centrocampistas del Benfica. A los lisboetas no les hizo falta si quiera una versión superlativa, como ya es rutina esta temporada, de Di María. João Neves, que apunta a otra venta millonaria del Benfica, tomó desde bien los estribos del partido y embaló a su equipo hacia un botín, que si bien ya era inútil para soñar con los octavos de final, sí resulta útil para trasvasar el sueño de levantar un título continental a la Europa League 61 años después desde que Bèla Guttmann lanzara su maldición.

34 minutos tardó en triturar al subcampeón de Europa con un João Mario sobrenatural, que se apuntó el MVP del partido adornado con un hat-trick que recordó a su versión superlativa (23 goles; 15 asistencias) de la pasada temporada. Todos calcados, sacando a relucir esa extraordinaria faceta de llegador, esta vez desde el extremo izquierdo, dada la presencia de Rafa Silva en la zona del ‘10′. En el primero se alió con el VAR y una sensacional dejada de cabeza de Tengstedt para disparar de primeras. En el segundo contó con la alianza inesperada de Asllani, del que condenó en boca de gol un error en la salida de balón. Con ese gol se convirtió en el primer jugador del Benfica que marca dos goles en los primeros 13 minutos de un partido de Champions League. El único compatriota en hacerlo fue Ricardo Quaresma, en 2015, con el Oporto ante el Bayern Múnich. Pero faltaba la guinda. Otra vez con Tengstedt fundiéndose en labores de extremo tras sentar a Acerbi y sirviendo en bandeja de plata para que el portugués solo tuviera que empujar en boca de gol.

Sin embargo, los inescrutables designios del fútbol transformaron al Inter, un muñeco de trapo en la primera mitad, a gobernador de la segunda. El peritaje del VAR dio por bueno el 3-1 de Arnautovic tras enjaular un balón a la salida de un córner que peinó Bisseck en primera instancia. Cinco minutos después, Frattesi revivió los viejos fantasmas europeos del Benfica con un sensacional gol de volea. Bisseck, internacional sub-21 alemán y una de las apuestas de futuro del club, evitó la sentencia de los portugueses con una segada providencial cuando Da Luz ya se levantaba para celebrar el cuarto. Pero fueron los italianos los que celebraron el gol del empate, de Alexis Sánchez, cuando el VAR notificó al árbitro que Otamendi clavó sus tacos sobre el tobillo del recién ingresado Marcus Thuram dentro del área.

Con Barella, también ya en el campo, el fútbol del Inter se oxigenó y el Benfica acabó siendo presa de su propia intensidad para perder dos puntos que pudieron ser tres si el centrocampista italiano hubiera mandado dos centímetros a la derecha un zurdazo que escupió la cruceta. El mismo tobillo por el que poco antes habían expulsado a António Silva minutos antes por una aparatosa entrada y que acercó la voltereta final de los de Inzaghi, que quedó incompleta. Aún así, el 3-3 final dibuja dos finales: Inter - Real Sociedad, por el liderato del grupo; y Salzburgo-Benfica, por el pase a la Europa League.

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