ENTREVISTA AS | JAIME SÁNCHEZ

Jaime Sánchez: “La Séptima no era una final, eran 32 años de espera”

Jaime fue el primer cambio aquel 20 de mayo de 1998 contra la Juventus. Ahora, como Director de la Factoría del Val de su RSD Alcalá, atiende a AS y recuerda con una sonrisa el día que cambió la historia reciente del Real Madrid.

DiarioAS

En el minuto 66, Pedja Mijatovic marcaba en el Amsterdam Arena un gol que cambió la historia del madridismo. En el 81′, Jaime Sánchez (Alcalá de Henares, 50 años) sustituía a Morientes y era el primer cambio de aquella final de Champions contra la Juventus. Un chico del barrio, como se define, cumplía un sueño que le dibuja una sonrisa cada vez que lo recuerda. El día en el que la Séptima entró al fin en la vitrina del Madrid, el 20 de mayo de 1998, Jaime fue el jugador ‘número 12′ de la final ante la Juve. Capello le recuperó del Racing, pero fue Heynckes quien le ‘apadrinó’ y le permitió formar parte de una de las páginas más doradas del madridismo. Afable y bromista, Jaime atiende a AS desde su cargo actual de Director de la Factoría del Val, la cantera de la RSD Alcalá donde se formó futbolísticamente.

25 años de la Séptima. Una generación veía la Champions como el sueño imposible y de repente...

Es que el partido con la Juve no era sólo una final, nos jugábamos el sentimiento de muchos madridistas durante 32 años. Todo el mundo lo dice, la Séptima fue la más relevante.

Pensar en Ámsterdam imagino que le pondrá la piel de gallina.

Fue casi una semana allí y en los días previos bien, pero cuando llegó la final el sentimiento cambia. Ahora quieren ganar, es otra final, pero aquello eran 32 años de espera. La gente no la habíamos visto en color... No obstante, yo veía al equipo en el vestuario y en los ojos sólo se veía la imagen del partido de la Juve. Era sorprendente el nivel de concentración.

¿Cómo recuerda ese camino hasta el 20 de mayo de 1998?

El año de la Séptima había sido bastante irregular. Empezamos bien, pero luego se torció el camino en Liga y no nos metíamos en Europa (terminaron quintos). Nos la jugábamos todo a una carta. Pero este equipo y la Champions... ¿Qué tiene este equipo y la Champions? No lo sé, pero cuando suena la música es otro rollo. ¿Qué haces diferente? Lo mismo, pero tiene otra connotación. Es una sensación... Uno se transforma. No haces nada distinto, pero el sonido de la Champions y en el Bernabéu... Es grandísimo. Por eso todo el mundo sueña con ganarla.

Así lucía el Amsterdam Arena el 20 de mayo de 1998, con ambos equipos listos para la acción.Diario AS

¿Se sufrió mucho?

En la Champions, el que dice que no sufre miente. En liguilla empezamos bien, ganando al Rosenborg. Dimos luego una exhibición en Oporto. Ya nos marcaban como favoritos. Y llevábamos 32 años sin ganarla, insisto. Empezamos muy bien, pero nos la terminamos jugando con el Rosenborg y perdimos. Si nos llegan a meter uno más, no hubiéramos dependido de nosotros mismos. Luego ganamos al Oporto y pasamos bien. En la eliminatorias no lo pasamos bien. Con el Leverkusen... El gol con la puntera de Monsieur Karembeu. En Dortmund primero aquí, y Karembeu metió también con la puntera. En la vuelta nos apretaron una barbaridad. Era el campeón de Europa. Pero nosotros íbamos, íbamos, íbamos y teníamos una dinámica positiva. En Liga cambiaba y no sé por qué, no hacíamos nada diferente. No te relajabas, pero... No sé, te la tenías que jugar a una carta. Perdimos en casa con el Barça, con la famosa peineta de Giovanni. Pero en Champions mantuvimos una línea muy regular.

Me habla del día de Dortmund, no se puede pasar por alto lo de la portería...

Una locura. En la grada empezaron a tirar, a tirar, a tirar, y la arrancaron. No se sabía si íbamos a jugar, si nos echaban fuera... Luego no entraba la portería por la boca de vestuarios. Terminamos a la 1 de la mañana. ¡Los alemanes se quejaron!

“En el gol nos tiramos todos encima de Pedja, no sé cómo salió vivo”

Jaime y la celebración del gol de Mijatovic

¿Y qué se piensa en un momento como ese?

Hay mucha tensión. Primero flipas. ¡Es que se ha caído una portería! Eso no te lo esperas. Hay que traer una... Empiezas a pensar. Hubo un momento donde todo estaba en el aire. No dependía de nosotros, pero se llegó a respirar que se podía suspender.

Y ya en la final, el favorito era la Juve. ¿Había algún plan?

Nada, ser nosotros mismos. Nuestros jugadores eran iguales o mejores. Illgner, Panucci, que había ganado la Copa de Europa y era uno de los mejores laterales del mundo, Robertiño Carlos, que era un avión y, para mí, el mejor lateral izquierdo de la historia junto a Maldini. Fernando Hierro, Manolo Sanchís... Redondo, que es el jugador más impresionante que he visto en mi vida. Karembeu, que iba a ser campeón del mundo. Pedja, el Moro, Raúl... Sí que es cierto que teníamos que parar a Zidane. Si parábamos a Zidane, parábamos el caudal ofensivo de la Juve. Al final la Juve era la solidez de un grupo con la magia de Zidane y Del Piero. Logramos pararlo y eso hizo que tuviéramos opciones. Pero el plan era ganar (risas). Si no entra la pelotita de Mijatovic...

¿Se habla mucho antes de un partido como ese?

No hablamos mucho. De hecho, no recuerdo la charla, sinceramente. Estaba enfrente el mejor equipo que había y nosotros éramos candidatos a ganarla. Sí o sí. Da igual cómo. Y tengo que destacar a Heynckes, un gran partícipe del éxito.

“No fue un año sencillo para Heynckes. Una o dos semanas antes no quería ser el entrenador de la final. Imagínate la tensión que había. Lorenzo Sanz le convenció y fue un gran partícipe del éxito”

Jaime, sobre la figura de Jupp Heynckes

No fue un año fácil para él.

No, no pasó un año sencillo. Recuerdo que una o dos semanas antes no quería ser el entrenador de la final. No quería. Decía que no podía más. Y creo que le convenció Lorenzo Sanz. Fíjate el nivel de tensión que había. Hablamos de un Real Madrid que había sido quinto en Liga y estábamos en la final de Champions. Jupp fue muy importante y un grandísimo entrenador para el Madrid. Yo le debo mucho. Jugué con él prácticamente de todo. De centrocampista, de lateral... Me quiso llevar con él al Benfica. Es como un padre para mí. No es fácil confiar en un chaval que viene del Racing de Santander y ponerle de titular en la Supercopa contra el Barcelona...

“Karembeu le hizo un marcaje a Zidane que no jugaron ni Zidane ni él. Si Zidane se va al baño, te vas con él”

Jaime, sobre el cambió táctico que cambió la final

Y en la final, además, fue el primer cambio del partido, poco después del gol de Pedja.

El gol fue una alegría enorme. Todo el mundo estaba protestando por el posible fuera de juego, pero que sigan protestando (risas). Con 1-0 crecen las posibilidades de poder jugar. En ese partido, el míster habló conmigo porque Karembeu había tenido unas molestias y no se sabía si podría jugar. Me dijo que estuviera listo por si no se recuperaba a tiempo. Pudo jugar y vaya partido que hizo. Le hizo un marcaje a Zidane que no jugaron ni Zidane ni él (risas). Me acuerdo al principio del partido con Zidane que decías: ‘Madre mía, que vienen los indios’. Ese cambio táctico fue clave. Hierro le dijo a Karembeu: “Aquí no jugáis ni tú ni él”. Si Zidane va al baño, te vas con él (risas). A partir de ahí, el equipo fue para arriba. Y cambió todo totalmente. Con el gol me mandó calentar y a los dos minutos ya salí, en el 80′.

Mijatovic se lanzó a abrazar a Fernando Sanz para celebrar el gol y después todo el equipo se unió el abrazo sobre el césped.Getty Images

El gol tardó en llegar, eso lo hizo casi definitivo.

Sí, pero tuvieron tres o cuatro ocasiones más que... ¡ojo! Tuvieron una de Davids en el punto de penalti que tira y va a las manos de Illgner. Creo que fueron los diez minutos, bueno 15 con el añadido, más largos de la historia del madridismo. La primera situación que vivo en el partido fue con Del Piero. Recibe y le pegué una patada, un castañazo... (risas). Era la tensión, en ese momento daba todo igual.

Jaime Sánchez, durante la entrevista en el Centro Deportivo Wanda Alcalá de Henares.Javier Gandul

¿Qué sintió cuando Mijatovic marcó el tanto?

Cuando Pedja va al banquillo a abrazar a Fernando Sanz nos tiramos todos encima y no sé cómo salió vivo. Un éxtasis. Mucha presión, mucho sentimiento, muchas emociones. Eso nos daba energía extra para aguantar ese resultado.

“En la celebración no sabíamos ni lo que hacíamos. Dijimos que si ganábamos nos rapábamos el pelo al cero. Ese día daba todo igual”

Jaime, sobre la celebración de la Séptima

La celebración fue apoteósica, Madrid estaba a reventar.

Estábamos en una nube. Fíjate que el champán nos lo tuvo que dar la Juve. No habíamos comprado ni el champán. Nos bebimos el suyo. Es que los favoritos eran ellos (risas). Nos lo dieron sin problema. Y llegar a Madrid y ponernos en coches descapotables, como hicieron los Amancio y compañía 32 años antes... Te sentías el César. Y en Cibeles era en plan ‘no sabía que había tanta gente en Madrid’. No sabíamos ni lo que hacíamos. Dijimos que si ganábamos nos rapábamos el pelo al cero. Ese día daba igual todo.

Jaime, en su etapa en el Real Madrid.Ben RadfordDIARIO AS

Vuelta a La Factoría del Val, con un ojo en los banquillos

¿Y ahora? Como decíamos, Jaime está al frente de la Factoría del Val, de la cual habla orgulloso. La cantera del RSD Alcalá que le sirvió de trampolín al Real Madrid. Allí conoció a Vicente del Bosque, que hacía en La Fábrica las funciones que ahora tiene Jaime en su ciudad natal. “Hay 840 chavales, distribuídos en RSD, promesas y fútbol femenino. Estamos encantados con el trabajo que hacen, con la capacidad formativa de nuestros entrenadores”, explica, y arranca de nuevo el cuestionario.

¿Cuál es el objetivo que se busca en categorías formativas?

Queremos jugadores que sean personas, personas que quieran ser jugador. Al revés no nos interesa. Queremos que estén formados en valores. Lo inculcamos a nivel de jugadores, pero también de padres, entrenadores... Hemos implantado la figura de coordinador de padres y se encargan de transmitir los problemas que surjan al jefe de área. Si así no se puede solucionar, ya entramos nosotros. De esta manera se hace una especie de filtración de problemas y además hacemos partícipes a los padres. Hay que escucharlos, siempre.

¿Hasta qué punto funciona el modelo?

Muchas de las canteras de Madrid, Getafe, Leganés..., se surten de nuestros jugadores y eso es un orgullo para nosotros. Queremos que los chavales sea felices y crezcan. La formación es una etapa muy importante.

Jaime Sánchez, con uno de los equipos del Alcalá que entrena en el Centro Deportivo Wanda Alcalá de Henares.Javier Gandul / Diario AS

Un poco lo que hacía Del Bosque con vosotros en La Fábrica del Madrid...

Sí. Yo estoy aquí para poder ayudar desde la experiencia. Me he criado en campos de tierra, en mi barrio. Trato de transmitir cercanía para que los chicos me cuenten sus inquietudes. Yo estoy aquí para hablar con ellos, desde la naturalidad. Siempre hay que hacer lo que te gustaría que hicieran contigo.

Hay mucho trabajo didáctico, entiendo.

Los chavales son chavales. Se tienen que equivocar. Desde el error se aprende. No hay que meterles presión, sólo el disfrutar compitiendo. Esa debe ser la premisa. El fracaso verdadero es que el chaval no disfrute. Y disfrutar es venir a entrenar, ser serios, tener unos valores, un trabajo en equipo. Que se vea que esa formación está sirviendo para algo. Es que, sólo el 0,1% llegará lejos. Por eso, que se quede la persona. Que sea lo que sea en el futuro, arquitecto, bombero..., que se quede dentro lo que aprendió aquí como deportista.

¿Y en el futuro, qué objetivo tiene en el horizonte?

Yo estuve entrenando en Tercera. Me vine a Alcalá, pero mi objetivo es ser entrenador. Quiero ayudar a la cantera donde me he criado, pero siempre tengo en mente volver a entrenar. Aunque estar aquí es muy gratificante, ayudar a los chicos, dar consejos... Pero me gusta sentir esa adrenalina de los banquillos.

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