Último baile de Kroos y Nacho dispara la esperanza

“La presentación en el Bernabéu, ¡es en lo que más estoy pensando!”. En la Catedral de la Almudena, con Comunidad, Ayuntamiento y Cibeles aún en el horizonte, Bellingham sólo tenía una cosa en mente: el coliseo blanco. En la 36, un festival robó la fiesta. Ni Taylor Swift arrebataría el summum de la Decimoquinta. El broche a una “temporada de 10″ (Ancelotti dixit). La ‘abdicación’ de Kroos en Valverde fue la imagen del penúltimo escalón, en la Diosa. Y sobre las 22:15, la expedición con ‘freed from desire’ a todo trapo, capitaneada por la última Orejona y por el padre de Carvajal y su caballo, con una afición que tiñó de blanco el Paseo de la Castellana como escolta, rumbo a la traca final. Un paseo de 30 minutos y de 24 horas. De Wembley al Santiago Bernabéu, que proyectaba los highlights de la final para abrir boca. A 1.300 kilómetros de Londres terminó la fiesta. El sueño de Jude, que pidió el micrófono. Para dar el chupinazo al epílogo... en castellano: “Madridistas, os quiero muchísimo. Somos los campeones de Europa, los reyes de Europa. ¡Hala Madrid!”.

En el centro, la pantalla titánica que mostró el triunfo ante el Dortmund, rodeada por un videomarcador 360º ya santo y seña del Bernabéu 2.0. A través de la pasarela, después de una presentación que diseñada en el futuro, aparecían los héroes, con Carlo Ancelotti, ya trajeado, a la cabeza, seguido de su cuerpo técnico. Y uno a uno, los jugadores. De Nico Paz a Courtois, en cuenta regresiva. El “hey Jude” a coro cuando apareció el 5, el último abrazo a la grada de Bellingham, su gran anhelo, como respuesta. Vinicius y su 7 disparaban los decibelios. Pasaban todos, excepto cuatro, los capitanes. El último en subir a la plataforma de la victoria, Nacho y un apéndice inseparable, la Decimoquinta. Y respondió el Bernabéu y sus compañeros: “¡Nacho, quédate!”.

Tras elevar la Orejona al cielo de Madrid, alrededor de las 11:35 de la noche...: “Buenas noches Bernabéu, ha sido una temporada espectacular. Una temporada para soñar. Trabajamos para noches como esta, como la de ayer (por la final). ¡Tenemos 15 Copas de Europa! Somos los reyes de Europa, del mundo, del Universo. Es un orgullo ser el capitán de esta plantilla”. Y el broche, un mensaje en primera persona que, con su futuro en el aire, instaló la esperanza en el corazón del madridismo: “Ojalá sigamos haciendo historia”. Una revelación velada. O no...

La pareja inseparable se separa

Mucho más claro fue Luka Modric. Con la renovación ya apalabrada, como informó AS, la verbalizó a su forma. Cuando la banda sonora se lo permitió, “gracias por el apoyo todo el año... ¡Hasta la temporada que viene!”. Cumplirá los 39 años de blanco (9 de septiembre), aunque no soplará las velas junto a su inseparable Toni Kroos. “Antes de todo, gracias. Por la despedida inolvidable en este estadio. Gracias por diez años aquí. Inolvidable. Sólo puedo decir gracias. Hala Madrid. Os quiero”, sonrió el alemán, visiblemente emocionado. En su Last Dance. El último en el Bernabéu y el último de blanco madridista.

El primer festival en el coliseo blanco de un Bellingham que cantó el ‘Cómo no te voy a querer’ como trampolín a Ancelotti, que selló la ceremonia: “Lo bonito de ganar títulos es poder compartirlo con vosotros en noches como esta. Seguiremos juntos. Luchando, compitiendo. Este estadio es capaz de generar una ‘eneryía’ que nos permite hacer cosas que pueden parecer impensables. Todo el mundo sabe que 90 minutos en el Bernabéu son ‘molto longo’. Una celebración en tres pinceladas. El ‘anuncio’ de Luka Modric, la despedida de Toni Kroos y la esperanza con Nacho... Y “a por la siguiente”.

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