Granados, un talento español ‘escondido’ en Brujas

Alejandro Granados (30-5-2006) es la cuota española del Brujas. La suya es una curiosa historia. Nacido en Alicante, sus padres, cubanos, volaron a Orlando por cuestiones laborales cuando él tenía nueve o diez años. Fue entonces cuando empezó a jugar en algunas academias de Florida hasta que llamó la atención del Orlando City, que lo reclutó. Con más de 1,80 de altura, zurdo de buen toque, y con capacidad para jugar en el doble pivote o como interior en el 4-3-3, la FEF recibió un buen chivatazo. En Estados Unidos había un jugador susceptible de ser seleccionado. Con 15 años, Granados ya había debutado como profesional en una Liga de filiales que hay justo por debajo de la MLS. Su carrera iba hacia arriba.

Es posible que Julen Guerrero fuese una de las personas que cambiasen su carrera. El entonces seleccionador Sub-17 se lo llevó al Europeo de Debrecen, donde le dio confianza y minutos. Aquella era la España de Lamine, y acumulaba scouts en las gradas. Granados jugó casi siempre, marcó algún golazo y demostró un nivel que llamó la atención de varios clubes. Entre ellos, el Brujas, que pagó casi un millón y medio de euros por su traspaso. Capitán del equipo de la Youth League el año pasado, Granados se ha terminado de cocer en el NXT, el equipo filial que el Brujas tiene en la Segunda División belga. Renovado hasta 2027, la semana pasada dio un paso más en su progresión. Al fin, debutó con el primer equipo en un partido de Copa belga contra el Aalst Lede. En Bélgica, aterrizó con su madre, pero ahora ya se maneja solo en un piso cercano a la Ciudad Deportiva que el Brujas se construyó y donde viven casi todos los jóvenes de la cantera.

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