El tormento de Süle con el sobrepeso: “Mentalmente estaba mal”

La semana previa a la Decimoquinta en Wembley, en Dortmund casi se hablaba más de la polémica alianza del Borussia con una empresa de armas y del evidentísimo sobrepeso de Niklas Süle que del propio Real Madrid. Lo de Süle generó burlas, dentro y fuera de Alemania. El capitán borusser, internacional alemán y ex del Bayern enfilaba el gran partido del año con una silueta digna, siendo generosos, del primer día de pretemporada. Sus casi dos metros (mide 1,95) apenas lograban camuflar una oronda figura que difícilmente entraba en la ropa de entrenamiento. Una leyenda como Felix Magath fue durísimo: “Tiene diez kilos de más”. Carne de memes. Y un peaje mental del que aún sigue intentando salir el central internacional con Alemania. Por el camino se le fue aquella final contra el Madrid y poder jugar la Eurocopa, pero hoy es otro, aunque aún no del todo.

“Mentalmente estaba mal, no era capaz de hacer las cosas correctas”, admitió durante el pasado verano el propio Niklas en una entrevista en Sport1, donde abordó por primera vez esos problemas de salud mental que emergían a la luz en la báscula. “No me podía motivar, lo intentaba, pero no podía, hasta que recibí ayuda”. El paquete de rescate vino en tres fases. Primero, con una intervención a través de una larga conversación, por parte de su gente de confianza, para abrirle los ojos. Luego, con ayuda psicológica. Se puso en manos de un coach mental para recuperar esa desmotivación extrema (”sus consejos valieron su peso en oro”) y el tercer tramo fue pasarse el verano reinventándose en lo más puramente físico. Durante dos semanas, dos chefs le prepararon al milímetro un plan de choque alimenticio que comenzó en sus propias vacaciones. Consciente de que su gusto por las hamburguesas y la comida basura generó dudas al Borussia incluso en la mesa de negociaciones durante su fichaje, el zaguero atajó por lo sano, nunca mejor dicho. Dieta y pesas. “Necesitaba hacerlo de manera urgente porque no puedo estar para nada satisfecho de mi temporada pasada, fallé en todas mis expectativas”. No culpa a Nagelsmann de perderse la Euro. “Es comprensible, recuerdo estar viéndoles jugarla y yo metido en el gimnasio para bajar peso y pensar, ‘¡mierda, yo tenía que haber estado ahí!”.

Le ficharon un sustituto

El fútbol de élite no espera a nadie y a Süle tampoco. Nagelsmann no se lo llevó a la Mannschaft y el club se movió en el mercado para fichar a Waldemar Anton, del Stuttgart, precisamente uno de los centrales que le sustituyó en la gran cita continental. No hacía falta ser muy espabilado para entender el mensaje. Y Niklas lo captó. Trabajó horas extra y ahora aprieta para intentar recuperar lo perdido. “Me fui de vacaciones queriendo ser un Niklas Süle 2.0 y creo que lo he conseguido, el fútbol está en la cabeza y estoy muy feliz por el camino que he emprendido”.

No le está siendo fácil. El 17 de agosto sintió de nuevo lo que era ser titular en la primera ronda de Copa contra el Phönix Lubeck de Regional y Sahin ha ido valorando su ascendencia sobre el grupo, con titularidades en Bundesliga y Champions (en Brujas) hasta que el 5-1 en Stuttgart el pasado 27 de septiembre puso en paréntesis el redondear su recuperación y le devolvió al banquillo. Para colmo, una pequeña epidemia de gripe en el vestuario le hizo perderse este último partido antes del Bernabéu. El final feliz a su año de tormento está aún por escribirse.

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