El Mónaco puede con Osimhen

El Mónaco sigue vivo en la Champions y eso, en una temporada de momento para olvidar para los de Pocognoli, es una excelente noticia para un equipo acostumbrado a los descalabros europeos. Los monegascos, gracias a un gol de Balogun, doblegaron por la mínima al Galatasaray, que fue de más a menos y terminó sucumbiendo ante el único equipo que tuvo hambre de victoria durante los 90 minutos. Un triunfo que le asienta en el Top-24 y que mantiene intactas sus opciones de clasificarse a la siguiente ronda de la Champions.

El partido fue precioso. No existieron las defensas. Cada jugada no terminada por un equipo se transformaba, en segundos, en una ocasión para el otro. El Louis-II, el estadio del Mónaco, se llenó de turcos. Fue un infierno turco el que tuvieron que soportar los pupilos de Pocognoli, abucheados de manera atronadora cada vez que recibían el balón.

El Galatasaray tiene mucho dinero y muy buenos jugadores. En ataque es capaz de juntar en una misma jugada a Gündogan, Sané y Osimhen. Y eso para una defensa tan endeble como el Mónaco no es una buena noticia. Los otomanos llegaron continuamente a la portería de Hradecky, siendo el nigeriano, un delantero insaciable, la mayor amenaza monegasca.

Sin embargo, los equipos turcos son capaces de fichar a estrellas en ataque y olvidarse de lo más importante, defender. El Mónaco no aprovechó en la primera parte los latifundios que dejó su rival a su espalda. Lo intentó Akliouche continuamente, la joya de la corona de un equipo en horas bajas en cuanto a producción ofensiva. Fue un milagro que el partido se fuera 0-0 al descanso.

El Mónaco salió con ahínco de vestuarios. Arrinconó al Galatasaray, lo sometió y lo puso nervioso por primera vez en el partido. Una torpeza de Davinson Sánchez sobre Minamino fue señalada como penalti por el árbitro tras revisarlo en el monitor del VAR. Sin embargo, Zakaria, que hizo una especie de paradinha antes de disparar, se estrelló contra Çakir.

El fútbol cambia en cuestión de segundos. Çakir estaba siendo el héroe del Galatasaray. El portero sintió un pinchazo y pidió el cambio antes de un córner. Entró Guvenç sin calentar. Balogun aprovechó la indecisión del cancerbero para resarcirse de los dos fallos que había protagonizado anteriormente. El estadounidense puso el 1-0 e instaló la tranquilidad en un Mónaco que estaba perdonando oportunidades que normalmente se pagan en la Champions. Los monegascos aguantaron y se llevaron un triunfo vital para sus aspiraciones europeas.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí