El devorador de ‘nueves’
Rüdiger secó a Osimhen en Nápoles, como ya hizo con Haaland y Gakpo en la pasada Champions. Especializado en arietes grandes, su próximo reto en el Clásico es Lewandowski... si llega.
La imagen recorre las redes sociales: durante la primera parte del Nápoles-Real Madrid y en plena contra del equipo local, Antonio Rüdiger recuperando la posición con ese sprint tan típico en él y tan heterodoxo en general, alzando mucho las rodillas y apenas pisando con la punta de los pies. Lo cómico de la imagen distrae de lo importante: en apenas un par de segundos recortó los diez metros de ventaja que le llevaba Osimhen, ariete del Nápoles. El famoso galope del alemán tiene su propia cuenta de Twitter (@RudigerRunning, con más de 5.000 seguidores) y queda como la nota curiosa de una noche en la que el ex del Chelsea volvió a evidenciar que, ante ‘nueves’ de perfil físico y de gran talla, no hay nadie mejor que él para sacar adelante el trabajo.
Rüdiger se marchó del Diego Armando Maradona con números notables: 42 pases buenos de 48, seis duelos ganados de ocho, tres recuperaciones y sólo seis pérdidas. Y lo más importante, redujo a Osimhen, autor de 31 goles la pasada temporada y de cinco en la presente, a casi nada. El nigeriano sólo se le escapó una vez, en un cabezazo ante el que respondió Kepa. Fue su único remate entre palos y apenas dio ocho pases en todo el encuentro, se impuso en sólo cuatro duelos de 16 y perdió hasta ocho balones. El gran motivador de esa ausencia por parte del ariete fue un Rüdiger que se sabe imprescindible para Ancelotti.
El alemán arrancó el curso consciente de las lecciones de la temporada anterior: Militao y Alaba partían con ventaja y las oportunidades llegarían entre rotaciones, lesiones y sanciones. Pero el guion cambió cuando Militao se rompió el ligamento cruzado anterior en agosto y el Madrid no fue al mercado para cubrir una baja. Rüdiger ascendió automáticamente a titular indiscutible, con Alaba como acompañante y con Nacho peleando por hacerse con un sitio en el centro de la zaga en los grandes días.
Y partidos como el de Nápoles refuerzan ese ‘statu quo’, aunque no es la primera vez que Rüdiger evidencia su capacidad para frenar a grandes delanteros; la pasada campaña ya dejó varios ejemplos. El más recordado, sin duda, fue su duelo ante Haaland en la ida de semifinales de la Champions en el Bernabéu. El noruego pasó desapercibido y el Madrid mereció el triunfo, aunque finalmente se tuvo que conformar con el empate. La vuelta reforzó la figura del germano: Militao se recuperó y ocupó su sitio en la defensa, mandando a Rüdiger al banquillo. Haaland lució sólo algo más que en Madrid, pero el resultado general fue un desastre: 4-0 a favor del City, a la postre campeón de la Champions.
No fueron los únicos partidos brillantes de Rüdiger en la pasada Champions: también jugó todos los minutos en octavos ante el Liverpool. En los primeros minutos de la ida Salah hizo lo que quiso desde el costado derecho del ataque, dando un gol y marcando otro, pero el ariete del Liverpool, Cody Gakpo, se fue de vacío. El Madrid remontó en Anfield (2-5) y también ganó en la vuelta, y en ambos partidos Rüdiger dejó a cero a Gakpo. Sus marcajes pegajosos ya son marca de la casa, aunque él defendió su método en una entrevista con AS: “No he visto ninguna tarjeta roja en los últimos cinco años. La gente sabe que me gusta ser agresivo en el campo, pero también que actúo de la manera más limpia que sea posible”.
Lewandowski es el reto
Sin duda, tiene un lunar Rüdiger en su paso por el Madrid: los Clásicos. El curso pasado presenció cinco, aunque con participaciones diversas. En el 3-1 del Bernabéu en Liga, apenas dispuso de dos minutos; no jugó nada en el 0-4 de vuelta de Copa; y en los tres en que fue titular y disputó todos los minutos sólo conoció la derrota (2-1 en Liga, 0-1 en la ida de Copa y 1-3 en la final de la Supercopa).
Lewandowski es el reto para él: el polaco tampoco se salió en esos duelos, aunque en la Supercopa de Arabia anotó un gol y entregó otro, y al Madrid le costó contenerle en los Clásicos del pasado curso. Rüdiger tiene ya su punto de mira fijado en ‘Lewy’ y en el primer duelo oficial del curso entre los dos eternos rivales, el 28 de octubre en Montjuïc (16:15 horas). Eso, claro, si llega el polaco a dicho encuentro, pues salió lesionado de la visita a Oporto del Barça y su presencia en el Clásico es dudosa.