El banquillo es de Champions

Cuando el Bayern marcó en el Bernabéu el gol que ponía al Madrid contra las cuerdas, la solución para el equipo blanco estaba en el banquillo. Cuando De Bruyne abocó la eliminatoria de cuartos a los penaltis, dos de los cinco lanzadores del Madrid veían el partido desde el banquillo. Cuando al Madrid se le atascaron partidos como el del Sevilla, el Nápoles o Las Palmas, la solución llegó desde el banquillo. Cuando los infortunios en forma de lesiones comenzaron a asolar el vestuario madridista a principios de temporada, el banquillo salió al rescate. Y así hasta 37 veces, 37 goles, si consideremos a los jugadores que antes de arrancar la competición no partían con la vitola de titulares. Joselu, héroe de otra noche mágica en el Bernabéu, es su máximo exponente, con 17 dianas. 5 de esos 17 goles los ha marcado en partidos en los que no fue titular.

El delantero no ha sido el único que partiendo desde un rol secundario se ha erigido en protagonista. Brahim es, con 10 tantos, el otro gran goleador de la ‘unidad B’ de Ancelotti. Pero hay más jugadores que han aportado su granito de arena. Rüdiger (aupado como titularísimo por la lesión de Militao), Modric, Lucas Vázquez y Güler han hecho dos goles cada uno. Ceballos marcó en Berlín e incluso un canterano como Nico Paz aportó su cuota con el 3-2 al Nápoles en el Bernabéu (4-2 final). A todo ello hay que sumarle 31 asistencias. En la secuencia del gol que clasificó al Madrid para la final de Wembley intervienen cinco jugadores que estaban fuera del teórico once tipo: Modric, Camavinga, Nacho, Rüdiger y el definidor Joselu.

El gallego pasó de pedir perdón al Bernabéu por su falta de acierto ante el Nápoles a convertirse en el titán que lleva al Madrid a Londres. Un partido, aquel frente al equipo partenopeo, en el que los cambios de Ancelotti resultaron cruciales por primera vez esta temporada. Nico Paz y el propio Joselu se encargaron de dar la victoria al Madrid. Rodrygo rubricó la victoria en Copa contra la Arandina antes de otro partido en el que los suplentes tuvieron una actuación estelar. En la semifinal de la Supercopa ante el Atlético, Joselu y Brahim resolvieron la eliminatoria en la prórroga. Ocho días más tarde, el gallego forzó la prórroga en el cruce de octavos de Copa en el Metropolitano.

En Liga también vinieron puntos. Las victorias que dieron Tchouameni en Las Palmas (1-2) y Modric ante el Sevilla (1-0). El gol de Güler para marcar su primer gol como madridista y redondear la goleada (4-0) al Celta. O el tanto de Bellingham al Cádiz para aderezar la tarde en la que se conquistó la Liga 36.

Eso los que han salido desde el banquillo. Porque cuando Ancelotti les ha reclutado para el once también han sido decisivos. En esta Champions, sin ir más lejos, Brahim abrió la lata en el partido contra el Braga en el Bernabéu y en la eliminatoria de octavos contra el RB Leipzig. O la victoria en Berlín, que fue 100% ‘made in unidad B’. Un banquillo de lujo que lleva al Madrid a Wembley.

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