Eindhoven, mito y amuleto
La ciudad donde el Sevilla ganó la Primera Europa League y cimentó la Séptima pone a prueba la nueva versión del equipo de Mendilibar. El PSV lo gana todo en casa.
Ganar o por lo menos no perder esta noche en Eindhoven debe convertirse en credo para el Sevilla si los nervionenses pretenden conservar la mayor parte de sus opciones de pasar a octavos de Champions (sigue el partido en directo en As.com). También, incluso, para agarrarse a ese clavo ardiendo que en su caso suele ser clavo ‘glorioso’, el quedar terceros y clasificarse al menos para las rondas eliminatorias de la Europa League. Con el Arsenal como probable vencedor del grupo, en el empate casero ante el Lens de la primera jornada se comenzó a declarar el estado de urgencia europea para un equipo que ha renacido a medias, en juego y resultados, en el campeonato liguero, pero que debe confirmar esa mejoría y la calma de Mendilibar durante los dos partidos que quedan hasta el parón de selecciones.
Eindhoven formó parte del Imperio de España desde 1583 hasta 1629, durante nada menos que 46 años. Pero pertenecerá al Sevilla durante mucho más tiempo, posiblemente para la eternidad. Se eriza la piel de directivos y aficionados, también la de Jesús Navas, cada vez que se encuentra entre las gradas del Philips Stadion, ese lugar donde el capitán palaciego y otro grupo salvaje de jugadores cimentaron el 10 de mayo de 2006 una gloriosa era continental que incluye Siete Europa Leagues, 14 finales europeas y un montón de clasificaciones Champions como la que le permite ahora revisitar este estadio del Brabante Septentrional, una región que colinda con Bélgica.
Eindhoven es mito y fue amuleto. Ya rememoró el Sevilla aquella primera final durante el pasado mes de febrero, tras caer precisamente desde la máxima competición continental al playoff de Europa League y camino de la Séptima. Enfrente estuvo, estará también hoy, Luuk de Jong: un delantero que apenas vivió dos temporadas (y otra, cedido, en el Barcelona) al calor de Nervión, pero que entre críticas y reconocimientos logró dejar un sello imborrable: en agosto de 2020 marcó un gol en la semifinal contra el United y dos en la final, ante el Inter, para contribuir de manera decisiva al título más extraño, el que se jugó en Alemania a partido único por culpa de la pandemia.
De Jong parece haber recuperado la puntería que provocó su fichaje por el Sevilla, o más, y acumula durante este inicio de temporada 11 goles en 13 encuentros oficiales para tener al PSV como líder destacado y triunfal de la Eredivisie, torneo en el que ha ganado todo hasta el momento. Con el juego atrevido y alegre que propone Peter Bosz, el equipo de Eindhoven no acusa de momento la marcha de algunas de las estrellas que brillaban la pasada campaña como Xavi Simons o Sangaré, del propio Gakpo, que se marchó al Liverpool en invierno. Brillan en su lugar, además de Luuk, el menudo extremo Noa Lang o el organizador Jerdy Schouten, gran duda por cierto en el once local hoy debido a unos problemas físicos que le han dejado KO los últimos partidos.
Mendilibar viajó con Óliver y En-Nesyri, ya recuperados, pero sin Erik Lamela. Cuatro días después de la derrota en Montjuïc, el entrenador vasco sigue disponiendo de mimbres para refrescar al equipo aunque futbolistas como Badé, Sow, Lukebakio u Ocampos merezcan no salir gracias a su magnífico rendimiento. Aparecen dos dudas no triviales, ambas en la parte de atrás: saber si Sergio Ramos formará de nuevo en el once y, también, si habrá rotaciones en la portería: en LaLiga. el noruego Nyland le ha comido la tostada a Marko Dmitrovic.