Cuando el Chelsea bailó bajo la lluvia en un Di Stéfano desangelado

Es un déjà vu con matices: en 2021, el Real Madrid se topó con el Chelsea tras eliminar al Liverpool. Un duro sendero que el destino ha querido repetir dos años después, aunque adelantando una ronda. Aquel enfrentamiento fue de semifinales, último escalón antes de una final fijada para Estambul, pero que finalmente se disputó en Do Dragão y dejó a los blancos sobre la lona, en la que ha sido la última eliminación europea. Desde entonces: la ‘Champions de las remontadas’ y esta, donde cuatro partidos separan a los de Ancelotti de... sí, Estambul. Donde debía jugarse aquella final de 2021. Se cierra el círculo.

Buscarán mejor suerte los madridistas, entonces dirigidos por Zidane y capitaneados por Ramos. La ida se disputó en el Di Stéfano, guarida en funciones durante las obras del Bernabéu; un estadio que, consecuencia de la pandemia, presentó un aspecto desangelado. Ni un espectador. Todos tuvieron que seguir a través de los televisores como el Chelsea fue muy superior a los blancos y les dejaron con vida para Londres, donde un 2-0 sentenció la faena. En Madrid y bajo un diluvio de época, Pulisic abrió el marcador en el primer cuarto de hora tras regatear a Courtois y fusilar con la diestra.

El Casemiro-Modric-Kroos fue claramente sobrepasado por la energía del Kanté-Jorginho-Mount. Tal fue la superioridad, que el Real Madrid sólo hizo un tiro a puerta en toda la noche: el gol de Benzema, de volea tras cuerpear para ganar un balón muerto en el área. Pudieron ganar los de Tuchel, que vieron a Werner perdonar dos clamorosas ante Courtois. El 5-3-2 de Zidane, con Marcelo y Carvajal como carrileros, no funcionó. Y el empate, que no supo todo lo amargo que podía tras lo que se vio sobre el césped, fue sólo un retardante de lo inevitable. El Chelsea perdonó en el Di Stéfano, pero ejecutó en Stamford Bridge.