Carcedo, un español tras el cuento de hadas del Pafos

Juan Carlos Carcedo, 52 años recién cumplidos, está a punto de redondear con final feliz el cuento de hadas del Pafos, que hace no mucho deambulaba por campos de Segunda chipriota y al que en tres años ha hecho campeón de Copa, de Liga, y que este martes puede meterse en la fase final de la Champions si es capaz de hacer bueno el 1-2 que consiguió nada menos que en el Pequeño Maracaná de Belgrado ante el Estrella Roja, un club de más de 300 millones de euros de presupuesto que triplica al Pafos. “Seguramente sí sea el partido más importante de mi carrera”, dice el riojano casi ya al final de la conversación que mantiene con AS en las entrañas del Alphamega Stadium de Limasol, donde el Pafos juega sus partidos porque su estadio no está habilitado para jugar competiciones europeas.

Acompañado de Sebas Domínguez y Sergio Corona, dos ayudantes a los que conoció en su época con Emery en Sevilla (“claro que tengo muchas cosas de Unai porque hemos trabajado doce años juntos”), Juan Carlos Carcedo aterrizó en Chipre recomendado por Cristiano Giaretta, entonces director deportivo del Watford. La idea del Pafos, de capital ruso, le sedujo. “Teníamos el deseo de entrenar fuera, sabíamos que había un proyecto y que, deportivamente, si lo hacíamos bien podíamos jugar en Europa. El primer año ganamos la Copa, el segundo la Liga y accedimos a octavos de Conference. Y ahora estamos a un paso del sueño”. Tampoco ha sido sencillo. Hace dos años, Carcedo tuvo que gestionar una plantilla con 17 nacionalidades distintas. Diferentes idiomas y maneras de pensar o religiones. “Manejar un grupo tan heterogéneo es lo más difícil. Hemos tenido que cambiar entrenamientos porque había gente de distintas religiones que hacen el Ramadán, o cambiar jugadores de habitación por los diferentes horarios de rezos. Ha habido que adaptarse y entrenar a las siete de la tarde por las temperaturas”.

El Pafos mira ya a los ojos a los grandes de Chipre, el Apoel o el Omonia de Nicosia; o a históricos como el Apollon o el Anorthosis. “Xavi Roca también está haciendo un buen trabajo en el AEK Larnaca”. El Pafos ha doblado la cifra de aficionados que acude a sus partidos. Y algo de efecto llamada ha debido tener. A sus 38 años, un histórico como David Luiz, con quien Carcedo había compartido vestuario en Arsenal y PSG cuando era ayudante de Emery, dio el sí a uno de los dueños, Roman Dubov, y hace de padre espiritual de los jóvenes. “Quería volver a Europa y se ha podido hacer. Nos va a ayudar porque la experiencia en este tipo de partidos, aunque sea desde fuera, va a ser importante. Además, casi la mitad del equipo es entre brasileña y portuguesa y, en el día a día, es como un maestro. Venía con falta de forma física y lesionado, pero pronto podrá ayudar en el campo”. De ganar, el Pafos podría emparejarse en el sorteo de este jueves con Madrid, Barça, Atlético, Athletic o Villareal. “Prefiero no pensar, hay que centrarse en el Estrella Roja”. Hervirá al Alphamega de Limasol. Carcedo cree contar, además, con un aliado especial. “La humedad es tremenda; y si no la has sentido nunca puede notarse”. Si no es eso, será el rugido de la gente. Pafos está a noventa minutos del final feliz de su cuento de hadas.

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