CHAMPIONS | REAL MADRID 2-SHAKHTAR 1

Aprobados y suspensos del Madrid ante el Shakhtar: Vinicius y Valverde son dos ciclones

Vini y Rodrygo marcaron los goles de un partido con un resultado que supo a muy poco. El uruguayo necesita nuevo apelativo, puesto que Halcón se le queda corto y voló más que nunca.

Rodrigo JiménezEFE

Recital de fútbol con regusto amargo. Victoria, nueve puntos y liderato más que consolidado, pero el chorro de ocasiones merecía un resultado mucho más abultado. Valverde creció aún más y estuvo en todas partes y Vinicius fue un diablo incontrolable, pero faltó puntería para cerrar una noche que podía haber sido histórica. Benzema no logró desquitarse de su penalti ante Osasuna, pero se gustó en un papel de generador. Ancelotti reservó a Modric y no le dio minutos.

Lunin: Segunda titularidad consecutiva y partido muy plácido hasta la primera llegada con peligro del Shakhtar. Poco pudo hacer ante la semichilena de Zubkov, pero le ‘robó' una portería a cero que era importante tanto para él como para el equipo. Estuvo providencial en una ocasión donde Mudryk no pudo resolver ante su compatriota y Mendy. Más allá del tanto, estuvo cómo con el balón en los pies, participando en la construcción sin rifar el esférico.

Carvajal: Un día más, le tocó bailar con la más fea. Mudryk, “el mejor extremo de Europa tras Mbappé y Vinicius”, estuvo desaparecido durante gran parte del choque y el leganense estuvo tranquilo. Además, tuvo la inestimable ayuda de un Militao que tenía la misión de ser su sombra ante el arma más peligrosa de los ucranios. Sin embargo, el ‘10′ logró soltarse las cadenas en un contragolpe tras el descanso donde el lateral solamente pudo seguirle. En esta ocasión, el ángel de la guarda fue Ferland Mendy.

Militao: Imperial. En su regreso al once dejó claro que no quiere salir de ahí. El Madrid defendió en bloque alto en el inicio del choque y en las tímidas salidas del Shakhtar, ahí estaba la exuberancia del brasileño para poner la venda ante si quiera que hubiera herida. De buscar un pero, Zubkov remató demasiado solo en el tanto visitante, en una zona que debe ser territorio de Militao y Alaba. Demostró además que no le quema el balón y realizó algún envío en largo de muchos quilates.

Alaba: Encuentro menos lustroso que el de su compañero, más centrado en ser la base de la construcción y en ser el último hombre. Eso sí, cuando el contexto lo permitía, se asomaba al área rival. Alaba tiene alma de lateral y visos de mediocentro y se nota. La tranquilidad del sólido partido de Militao le permitió sumarse al ataque sin remordimientos. Cuando el Shakhtar exigió un poco más en en los minutos finales no pudieron con la pareja de centrales.

Mendy: Avanza el calendario y Mendy es cada día más titular. Con actuaciones como la de este miércoles es natural. Sólido atrás, estuvo providencial en la citada cabalgada de Mudryk, que se plantó en área y se le hizo de noche cuando apareció el francés. En ataque le penaliza sus maneras poco ortodoxas, pero no duda ni un ápice a la hora de romper líneas con conducciones. Formó una buena sociedad con Vinicius y lanzó algún centro peligroso.

Valverde: De Pajarito a Halcón, pero ya se debe buscar la siguiente evolución. En teoría, mediocentro. Solamente en teoría, porque su exhibición física fue enorme. Permitió que Rodrygo ocupase una posición más centrada, como segundo delantero, mientras que él ocupaba los espacios del brasileño sin descuidar el centro del campo. Se asoció con ‘los de arriba’ y volvió a sacar de pasear el cañón recalibrado que tiene en la derecha. Ancelotti no acabó contento con la presión de su equipo contra Osasuna y con el uruguayo en el campo es otra historia. A su actuación le faltó el gol y no fue por no intentarlo hasta de libre indirecto. Lo mereció.

Tchouameni (75′): No fue la actuación más rimbombante de Tchouameni. No cometió fallos y firmó un encuentro correcto. No obstante, con un Shakhtar tan poco agresivo, su poderío físico podría haber marcado más diferencias y se le vio timorato a la hora de pisar el tercio del campo rival. Lleva ya muchos kilómetros en las piernas y Ancelotti decidió convertirle en el primer cambio cuando se le fueron agotando las pilas: Camavinga ocupó su lugar.

Kroos: El alemán arrancó como una moto, haciendo jugar y siendo uno más en la presión incansable de la primera media hora. La construcción del fútbol merengue pasaba por él y, sin exigencias rivales, estuvo comodísimo. No obstante, en la segunda parte perdió el control del partido por momentos junto a Tchouameni.

Rodrygo (80′): El matrimonio de Rodrygo con el gol se afianza. Falso extremo y falso delantero, se movió por todo el frente de ataque con solvencia. Liberado, se asoció, tiró paredes y se entendió con Benzema a la perfección. Puso la guinda a su partido con un tanto más. Está con confianza y se nota, se atreve más, tanto a la hora de encarar como a la de disparar. Son ya cuatro goles y el primero en la que es su competición.

Benzema: Karim disfrutó y regaló fútbol. La sociedad con Vinicius, Rodrygo y Valverde es incansable y fue uno de los encuentros donde más ocasiones generó el Madrid en los últimos tiempos. Algo que sin el francés hubiera sido imposible. El problema, como el de los blancos, es que con tanto disparo y ‘uy’, no consiguieron matar el partido. Benzema tuvo varias de esas que el año pasado iban a la jaula. En el 88′, Trubin le realizó un paradón impresionante en un mano a mano pelín escorado.

Vinicius: Un ciclón. Vinicius consiguió marcar un día más al Shakhtar y son ya cuatro (y tres asistencias) en cinco partidos. Y pudieron ser (muchos) más. Y ese, como decíamos, fue el mayor debe de los de Ancelotti. Levantó al Bernabéu con varios regates de videojuego, especialmente una especie de cola de vaca en la primera parte que acabará en sus ‘highlights’ particulares. Son ya siete tantos esta temporada, pichichi del equipo, aunque se quedará con el amargo de que podría incluso haberse llevado el balón a casa. El mejor junto a Valverde.

También jugaron

Camavinga (75′): Sustituyó a Tchouameni e hizo las veces de ancla defensiva, sin demasiada incidencia en el juego.

Asensio (80′): Lo del balear con la portería rival es una relación más que consolidada. Apenas tuvo los 12 minutos finales, pero tuvo tiempo a rozar el 3-1 con un disparo que terminó en el palo.

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