Casemiro se corona en el King Power Stadium

De tres en tres. Así avanza el United de Erik ten Hag que desde que Casemiro tomó tierra en Mánchester, no conoce la derrota. Atrás quedan los dos primeros tropiezos, frente a Brighton y Brentford, que endurecieron la coraza de los diablos rojos, con nueve puntos en la clasificación de la Premier League gracias al gol tempranero de Jadon Sancho y a los buenos minutos de Casemiro y de Cristiano.

Eso a pesar de que Ten Hag sentó a al astro portugués por cuarta vez -en cinco partidos de Premier- y alineó a Elanga, Sancho y Rashford por delante de Bruno Fernandes y de Eriksen, que mezclaban en el medio con McTominay como ‘stopper’. Un jugador permanentemente vilipendiado por la parroquia mancuniana y con su puesto amenazado por la llegada de Casemiro pero que consiguió cerrar una estupenda primera parte con un éxito del 100% en los takles y en los desplazamientos largos.

El papel de escocés sirvió además para dejar sin ideas al Leicester, con más corazón que acierto en el King Power Stadium. Y con esos mimbres, Rashford no tuvo apenas dificultades para encontrar una grieta en la defensa del equipo de las Midlands, allá por el minuto 23, y dar con Sancho, que apuró el control y recortó a Ward para poner el 0-1 en el marcador, su segundo tanto en esta Premier, que espera mucho del exjugador citizen. Pero después del gol los de Ten Hag no perdieron comba y siguieron llamando a la puerta de Ward, muy atento a los movimientos de Rashford a la espalda de sus zagueros.

Fue entonces cuando el Leicester creció en el juego y se atrevió a combinar con dos hombres de muy buen pie, como Maddison y Tielemans (que finalmente se quedará en los Foxes una campaña más sin opciones de peso para salir), aunque la buena organización de los red devils frustró cualquier acometida de los foxes hasta bien entrada la segunda mitad. Ahí es cuando empezaron los avisos de Madisson, de libre directo, que obligaron a sacar lo mejor de David de Gea, así que Ten Hag desconfió y sacó la artillería pesada, dando entrada a Casemiro, primero, y más tarde, a Cristiano (otro al que las oportunidades de marcharse se le cerraron de par en par). Pero los dos exmadridistas resultaron ser vitales en el tramo final y si Casemiro echó el cerrojo a la meta de De Gea, Cristiano cabalgó para evitar el peligro…