Carlos Martínez luce con un hat-trick y destroza a la Ponferradina

El Andorra bailó a la Ponferradina al son de un fantástico Carlos Martínez. El delantero se desquitó de un inicio de Liga sin gol con un hat-trick arrollador. Desquició al bloque berciano a base de ambición y pegada y ello lo aprovechó el Andorra volver a sonreír y tomar oxígeno. Todo lo contrario de una Ponferradina que acumula ya siete jornadas sin ganar y se mete de lleno en un lío. José Gomes queda tocado y este domingo podrían ser equipo de puestos de descenso, depende de lo que haga el Lugo este domingo ante el Mirandés.

Eder Sarabia demandó, tras encadenar cuatro partidos sin ganar, paciencia, calma y confianza y sus jugadores solo tardaron siete minutos en darle fuerza. Christos puso el balón en el corazón del área y ahí lo recogió Carlos Martínez, ante la mirada de toda la zaga rival, para iniciar su festival. El delantero, que se repuso tras resbalar antes del centro, no falló. El 1-0 fue un golpe durísimo para una Ponferradina que solo hizo que perseguir sombras y el 2-0 ya fue matador. 21 minutos le bastaron al conjunto de Eder Sarabia para superar a un maltrecho rival y al que la línea de tres centrales no favoreció nada. Amo, Pascanu y Diéguez mostraron fisuras preocupantes y la reacción así era imposible. Tampoco tuvieron excesiva fortuna en la definición Hebir y Derik en sus ocasiones.

En el descanso, José Gomes, viendo la inoperancia, dio entrada a Dani Ojeda y Erik Morán y cambió de sistema. Se pasó al 4-2-3-1 y hubo mínimos brotes verdes. Naranjo, por ejemplo, en el 57′ intentó un golazo desde fuera del área, pero el balón se marchó desviado. No parecía el día y, además, el Andorra no levantó en ningún momento el pie del acelerador y siguió creando peligro. Hasta que, en el 67′, llegó la sentencia. Christos, Hector y Carlos Martínez rubricaron una acción de videoteca y pusieron en pie a un Estadi Nacional que recupera su aura triunfal. Al final, en el 82′, Edu Espiau tuvo una ocasión inmejorable para maquillar el resultado, pero nada. Los focos, la tranquilidad y la alegría fueron para Carlos Martínez y su Andorra.