¡Bravo por la Sub-19!

Es más que probable, por no decir seguro, que dentro de unos años nadie recuerde a la Selección Sub-19 que este domingo ha ganado a Francia (2-0) en la final del Europeo de la categoría (12º título para España, nueve con la denominación actual y tres de la antiguo Torneo Juvenil FIFA) por su juego vistoso y su alegría con la pelota. No importa. El equipo que ha formado José Lana, sin la calidad individual de otras generaciones, tiene un espíritu competitivo único y una capacidad para superar las adversidades que permite vislumbrar un gran futuro y empezar a soñar, por qué no, con el podio en los JJ OO de Los Angeles 2028. La jerarquía de Yarek, la contundencia de Simo, los dotes de mando de Chema Andrés y Gerard Hernández, la velocidad y pillería de Dani Rodríguez y Mella, el olfato de Fortuny y el talento de Iker Bravo (MVP del Europeo) son motivos más que suficientes para afrontar con optimismo el futuro a medio plazo de la Selección.

Como en la gran mayoría de finales, el respeto mutuo entre los dos equipos impidió un arranque vertiginoso. Ambas selecciones pelearon por el control en el medio del campo en los primeros compases y las ocasiones llegaron con cuentagotas. Un cabezazo de Bouabré por un lado, una carrera en el área entre Dani Rodríguez por otro... Pero nada con verdadero peligro durante los primeros 20 minutos. Pasado ese tiempo, Francia tomó la iniciativa del juego y España, acostumbrada a tener la pelota, se vio en el papel que menos le gusta, el del equipo que espera atrás, resiste y espera su oportunidad. Los chicos de José Lana intentaron revertir la situación intentando alargar la posesión cada vez que recuperaban el balón, pero Francia, liderada por un gran Bouabré, un extremo de la cantera del Mónaco al que habrá que seguir de cerca, estaba mejor posicionada sobre el césped y no dejó que La Rojita se sintiera cómoda durante la primera media hora.

Sufría España, que en el 34′ necesitó de una estirada magistral de Raúl Jiménez a un tiro de Soumahoro para evitar que los franceses se adelantasen en el marcador. Una jugada clave por lo que llegaría unos minutos después. En el primer acercamiento de España en más de 20 minutos, Iker Bravo se asoció con Mella en la frontal del área. El extremo del Depor retuvo la pelota hasta que el delantero le tiró una diagonal por dentro y le devolvió la pelota a Bravo, que ya en el área se perfiló y disparó raso con la derecha. Bengui llegó a tocar la pelota, pero no lo suficiente como para impedir que el balón sobrepasara la línea de gol con cierto suspense en el 41′.

Récord absoluto en el torneo

Bravo estuvo a punto de calcar su gol, esta vez asociándose con Dani Rodríguez, al inicio de la segunda parte, pero esta vez Bengui puso la mano más firme. A partir de ahí, le tocó sufrir a España, que a medida que pasaban los minutos tenía más problemas para frenar a un Bouabré desatado. Inexplicablemente, Diomandé, seleccionador francés, le cambió cuando faltaba todavía media hora para el final.

Lana también movió ficha y metió a Assane Diao sabiendo que a España le tocaba correr y el plan no tardó ni un minuto en dar resultados. En su primera acción, el del Betis se hizo una carrera de 40 metros con la pelota en una contra y al intentar regalarle el gol a Rayane, Jacquet se cruzó y lo introdujo en su portería. Iker Bravo, también a la contra, estuvo a punto de anotar el 3-0 con una vaselina, pero su remate se fue lamiendo el palo. No lo lamentó La Rojita, que es ya en solitario la selección con más títulos de la categoría.

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